La tragedia del accidente aéreo en Washington supone la primera gran crisis que debe afrontar Donald Trump en su segundo mandato como presidente de EE.UU. El choque en pleno aterrizaje de un avión comercial sorprende a Trump muy cerca y muy pronto: en las inmediaciones de la Casa Blanca y en su noveno día al volante de EE.UU. Y, sobre todo, en medio de una reestructuración de las agencias federales y de órdenes ejecutivas para limitar el gasto público que ahora, a la sombra del peor accidente aéreo en EE.UU. en décadas, van a ser miradas con lupa.La tragedia aérea ha ocurrido en plena transformación del Gobierno y Trump tendrá que gestionar esta crisis sin algunas de las principales autoridades del sector de la aviación en sus puestos. El director de la Administración Federal de Aviación (FAA, en sus siglas en inglés) del Gobierno de Joe Biden, Mike Whitaker, dimitió el día anterior a la jura de su cargo de Trump. El nuevo presidente no ha elegido todavía a sustituto, aunque sí al que será su superior, el secretario de Transporte, Sean Duffy . La FAA sí que ha incorporado a un \'número dos\', Chris Rochealeau, que ha sido un alto cargo de la patronal de las aerolíneas.En su primer día en la Casa Blanca, Trump también despidió al máximo responsable de la Administración de Seguridad en el Transporte, la agencia creada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 para dar seguridad en las infraestructuras de transporte.Y, en medio de cambios regulatorios y de búsqueda de recortes, el nuevo presidente también ha comunicado el fin de actividades del Comité Asesor de Seguridad en Aviación, un organismo de expertos creado en 1989 como respuesta al atentado en un vuelo de PanAm el año anterior.Actividad frenética de TrumpMás allá de nombramientos de autoridades, el accidente ocurre en medio de una actividad ejecutiva frenética por parte de Trump para recortar el gasto en el Gobierno federal y para eliminar departamentos y cargos que considera nocivos. En estos primeros días en la Casa Blanca, Trump ha firmado multitud de órdenes ejecutivas en este sentido, algunas de ellas relacionadas con el espacio aéreo. Por ejemplo, la congelación inmediata y generalizada de toda la asistencia federal, con un posible impacto en el sector . Pero también órdenes específicas para aviación, como la que firmó pocas horas después de jurar su cargo el pasado 20 de enero para, entre otras cosas, la eliminación de políticas de DEI (diversidad, equidad, inclusión) en las contrataciones de la FAA.Desde el bando demócrata, algunos han considerado que las órdenes ejecutivas de Trump han supuesto una «congelación de las contrataciones de controladores aéreos», como denunció el pasado 21 de enero el diputado Rick Larsen, el demócrata de más alto rango en el Comité de Transportes e Infraestructuras de la Cámara de Representantes.«La contratación de controladores aéreos es el asunto número uno en la industria de la aviación», aseguró Larse. «En lugar de trabajar para mejorar la seguridad en aviación y reducir los costes para las familias trabajadoras de EE.UU., esta Administración ha elegido diseminar quejas falsas sobre DEI para justificar esa decisión».Primera prueba de fuego de TrumpLa gestión de la crisis de la tragedia en Washington será la primera prueba de fuego de Trump y de los miembros de su Gabinete con responsabilidad directa. En el caso de Duffy, tiene experiencia en Washington, después de haber sido diputado durante una década. Algo de lo que adolece Pete Hegseth, el nuevo y polémico secretario de Defensa, involucrado en la crisis por la implicación en el accidente de un helicóptero militar.