La filtración final de documentos desclasificados sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, ordenada por Donald Trump este 18 de marzo, arroja luz sobre una historia poco conocida: el intento de venta en España de un supuesto documento robado de la Comisión Warren en París por un misterioso personaje que firmaba como «Antillín Peris».La Comisión Warren , creada en 1963 por el entonces presidente Lyndon B. Johnson, fue el organismo oficial encargado de investigar el asesinato de John F. Kennedy. Su informe final, publicado en 1964, concluyó que Lee Harvey Oswald actuó solo en el atentado contra el presidente en Dallas. Sin embargo, sus hallazgos han sido objeto de debate y teorías de conspiración durante décadas, con críticos que argumentan que el informe omitió o manipuló pruebas clave. Una supuesta prueba de esa manipulación, que no se llegó a comprobar, llegó a la España franquista.Noticia Relacionada estandar Si Desclasificados 80.000 documentos relacionados con el asesinato de JFK Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York El presidente de EE.UU. aseguró que exigió que los documentos aparezcan «sin partes tachadas»El documento en cuestión, presuntamente robado y vendido en España, podría aportar información inédita o refutar la versión oficial de la Comisión, decía su autor. La identidad real de quien ofrecía el documento, un tal «Antillín Peris», y la autenticidad del material siguen siendo un misterio.Según los informes internos del FBI y la CIA desclasificados incluidos en la publicación de cables secretos de esta misma semana, este individuo envió en septiembre de 1964 una carta en español desde Barcelona al embajador de Estados Unidos en España, asegurando que tenía en su poder información que comprometía las conclusiones oficiales sobre el asesinato de John F. Kennedy y podía ser muy perjudicial para su sucesor, Lyndon Johnson.Los documentos, dirigidos a altos mandos del FBI y la CIA en París y Madrid, muestran que los servicios de inteligencia tomaron la denuncia en serio. La oficina en París remitió el caso al Alto Estado Mayor en Madrid para investigar quién era «Antillín Peris» y qué tan verídica era su historia.[Consulta aquí el documento íntegro ]Según el memorándum, el remitente afirmaba haber obtenido en París, con la ayuda de «amigos americanos» , un documento que había sido sustraído de la Comisión Warren, que se reunía en Washington. Más implicadosSupuestamente, había otros implicados intentando vender la información al director de Paris-Match, y hasta la embajada británica en Francia parecía estar involucrada en la difusión de ese documento.Sin embargo, la investigación en España no llegó a nada. Los archivos confirman que no había rastros de «Antillín Peris» en Madrid y que la carta había sido enviada sin dirección de retorno, reforzando la hipótesis de que se trataba de un alias. El episodio quedó archivado como otra de las muchas pistas falsas y teorías conspirativas que rodearon la muerte de Kennedy y que siguieron alimentando la teoría de una conspiración del estado profundo durante décadas.Lee Harvey Oswald, presunto asesino del presidente JFK abcEsta revelación confirma que, incluso en España, se gestaron narrativas en torno al magnicidio, a solo un año de los hechos. La velocidad con la que se propagaron estas teorías demuestra el impacto global del caso y la desconfianza en la versión oficial, hasta en países aliados de Estados Unidos, como España. Cinco años después, otro personaje vinculado al caso JFK reaparece en los registros: Richard Case Nagell, un ex oficial de inteligencia que aseguraba haber tenido conocimiento previo del asesinato y de la conspiración para incriminar a Lee Harvey Oswald. Un documento secreto de marzo de 1969 confirma que Nagell apareció en el consulado estadounidense en Zúrich, donde amenazó con exponer secretos del gobierno en radio, televisión y la prensa si no obtenía respuesta antes de las 5 de la tarde.Pero lo más inquietante es que desapareció inmediatamente después de hacer su amenaza. Tres días más tarde, el consulado en Zúrich recibió un aviso desde el consulado de EE.UU. en Barcelona: Nagell había estado en España y había hecho amenazas similares.Estos documentos refuerzan la hipótesis de que la conspiración en torno al asesinato de Kennedy no solo fue un asunto interno de Estados Unidos, sino que tuvo ramificaciones internacionales, llegando hasta España.Nagell aseguraba que la CIA y la KGB sabían del plan para asesinar a Kennedy y que él intentó evitarlo. Su paso por España en 1969, amenazando con revelar secretos, sugiere que tenía información que podría comprometer a sectores del gobierno.Papel de Hunt en EspañaEstos no son los únicos episodios en los que España aparece en los documentos sobre el asesinato de JFK desclasificados esta semana por Trump. Por ejemplo, hay un documento largo, de casi cincuenta páginas, con informes y memorándums relacionados con el célebre espía Edward Hunt y sus pasos por Madrid a mediados de la década de 1960 y a principios de la de 1970.Hunt fue uno de los pesos pesados de la CIA en las operaciones para cambios de Gobierno en Hispanoamérica, desde el golpe de Estado en Guatemala de 1954 hasta la fallida invasión de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961. Y se le sitúa -junto a otro agente, Frank Sturgis- en una de las teorías que acusan a la CIA de planear el asesinato de Kennedy.En 1964, EE.UU. decidió enviar a Hunt a España, en donde recaló al año siguiente, y donde se quedó hasta 1966. En los documentos revelados ahora, se desliza que lo hicieron para «enfriar» su situación, después de haberse implicado en «operaciones domésticas», en relación al seguimiento que hizo al que fuera candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Barry Goldwater. En el documento no se mencionan actividades relacionadas con el asesinato de JFK, que no afloraron hasta la década de 1970, pero queda la duda de si tuvieron que ver con su marcha a España. En Madrid, según los documentos, Hunt estuvo casi de vacaciones. Se dedicó a «jugar al golf y escribir libros» (publicó decenas de novelas de espionaje), según los documentos, a sueldo del Gobierno. Después, se metería en muchos más líos, como el escándalo de Watergate, en el que fue uno de los \'fontaneros\' de Richard Nixon, en su intento de tratar de evitar filtraciones mediáticas.España también aparece en otros documentos desclasificados ahora, como el seguimiento al que fuera embajador de Cuba en Madrid a comienzos de 1970, Orestes Guillermo Ruiz Perez o a altos cargos de Exteriores de Cuba, como Sonia Gómez Aragón, en los que se detallan encuentros con personalidades españolas, como el poeta José Agustín Goytisolo. Pero en ellos no se encuentran grandes revelaciones, de momento, sobre el asunto que cautiva a muchos en EE.UU.: dar o quitar pábulo a las teorías alternativas sobre el asesinato de JFK.