Para Friedrich Merz , es importante tomar la iniciativa y su equipo lleva semanas trabajando en lo que serán sus primeros cien días de gobierno. Si bien es cierto que la aplicación de su proyecto dependerá del margen que obtenga en su acuerdo de coalición, también lo es que el conservador ha puesto como línea roja, para cualquier socio de gobierno, que su política económica y migratoria no son negociables.Lo primero que veremos en su gobierno es que podría tener hasta tres ministerios independientes menos que antes, aunque desea contar con un nuevo departamento específico para la digitalización. Quiere crear un «nuevo Ministerio de Infraestructuras», que fusionará las responsabilidades de la construcción y el transporte, la protección del clima y las redes energéticas. Clima y Energía estaban hasta ahora en la cartera de Economía, que pasará a encargarse de la política del mercado laboral. Explícitamente concebida como una «oferta a los socialdemócratas» en la previsible negociación, es la creación de una especie de superministerio de Asuntos Sociales, que también incluiría el contenido y presupuestos de las carteras anteriormente independientes de Familia y Sanidad.Noticia Relacionada estandar Si Europa, del desdén a las prisas por reflotar sus ejércitos P. De la CuestaEn la misma línea de diseño, prevé la fusión de los ministerios de Exteriores y Desarrollo. Merz ha pensado conceder estos amplios poderes ejecutivos a sus socios de gobierno para que acepten de mejor grado la coordinación de un Consejo de Seguridad Nacional, que estará por encima de todos ellos y que acogerá a su vez el Consejo de Control Regulatorio, que se encarga de reducir la burocracia y que el Gobierno de Olaf Scholz tenía asignado al Ministerio de Justicia. Merz ya ha anunciado que un ministro de Estado para el Voluntariado y el Deporte también trabajaría bajo su propio liderazgo.En cuanto los nuevos ministros hayan tomado posesión de sus carteras, Merz quiere empezar a trabajar en su reforma tributaria integral, que se llevará a cabo en cuatro etapas, con el fin de aumentar la competitividad y detener el «derramamiento de sangre de nuestra economía». Sus pasos centrales serán el ajuste del impuesto sobre la renta a la inflación y aumento de la desgravación básica exenta de impuestos; aumento del nivel del ingresos al que se aplique la tasa impositiva máxima; la introducción de un subsidio más alto para los trabajadores que se desplazan a su puesto de trabajo; la exención de impuestos a las horas extras; la reducción del impuesto corporativo al 25% y la abolición por completo del \'Soli\', el impuesto de trasvase de riqueza a los Länder orientales, el territorio de la antigua RDA comunista.Una de sus medidas más esperadas es la reducción del IVA al sector de la restauración del 19% al 7% y también hay grandes expectativas por parte de los alemanes de más edad ante su intención de dejar de obligar a los pensionistas a presentar la declaración de Hacienda. También quedarán exentas de impuestos las horas extraordinarias.Además de las prioridades económicas, Merz desea dar una respuesta en sus primeros cien días de gobierno a la sensación generalizada en Alemania, ante los reiterados ataques violentos y crímenes perpetrados por refugiados, de que es necesario que algo cambie. Se dispone a establecer controles fronterizos permanentes y rechazo en la frontera de solicitantes de asilo procedentes de otros países de la UE, con lo que está forzando, si no violando, los acuerdos europeos. Merz buscará a medio plazo un endurecimiento de las normas de asilo y migratorias, tanto en Alemania como en Bruselas, pero en sus primeros cien días quiere dar muestras de agilización en las deportaciones de inmigrantes ilegales.En materia social, planea reemplazar el «subsidio ciudadano» por una nueva renta básica, así como abolir el paro para quienes rechacen ofertas de trabajo o falten a citas en el centro de empleo, posiciones duras y más predispuestas a la negociación con los socialdemócratas. Aunque cabe subrayar que, en materia social, Merz carece de complejos. En 2002 perdió su agenda de teléfonos en la estación y la encontró un sin techo, Enrico J., que se enfadó cuando, como agradecimiento, le firmó un ejemplar de su libro, titulado \'Quien no se cambia a si mismo no avanza. Sobre el final de la ilusión del bienestar para la determinación de nuestro futuro\'. Merz aclaró después que firmó el ejemplar sin que la policía le hubiese precisado que el bienhechor vivía en la calle.