El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro , está haciendo todo lo posible para evitar que un eventual regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos signifique un retorno a los años de máxima presión de su primer mandato. Ese período estuvo marcado por el apoyo a un intento fallido de pronunciamiento militar y una serie de sanciones que culminaron en un embargo integral al crudo venezolano, agravando significativamente la ya precaria situación financiera del régimen.Maduro incluso ha felicitado públicamente a Trump por su victoria y, según ha podido saber ABC, se han establecido canales de comunicación indirectos con el presidente electo sobre un tema que este último considera prioritario: las repatriaciones. A través de empresarios, inversores y lobistas estadounidenses que han visitado la residencia de Trump en Mar-a-Lago, la dictadura ha transmitido su disposición a facilitar el suministro de petróleo a EE.UU. y aceptar vuelos de deportación de venezolanos, suspendidos tras el final de las negociaciones con Biden y los suyos.No son solo empresarios estadounidenses con intereses en Venezuela, como el inversor Harry Sergeant, que ha importado asfalto, quienes instan a Trump a evitar el regreso a sanciones duras. También lo hacen ejecutivos de petroleras, como Chevron, que se han beneficiado del mayor aperturismo de la Administración Biden y abogan por mantener la estabilidad para evitar un aumento en precios de gasolina.Noticia Relacionada estandar Si Trump afirma que México cerrará la frontera, pero este lo niega David Alandete La presidenta mexicana, Sheinbaum, recordó al presidente electo que las armas ilegales de EE.UU. inundan su paísCuando Trump impuso un embargo a las exportaciones, la producción de petróleo en Venezuela se desplomó de 1,9 millones a poco más de 300.000 barriles diarios en 2020. Desde entonces, gracias a las concesiones de Biden, con el apoyo de empresas extranjeras como la española Repsol o la italiana Eni, el país ha logrado recuperar parcialmente su producción, superando ya los 800.000 barriles diarios.Dos destacados asesores de Trump, Richard Grenell, quien fue su director interino de Inteligencia Nacional, y Erik Prince, fundador de la empresa militar privada Blackwater y figura clave en operaciones de seguridad, mantuvieron durante el primer mandato de Trump varias reuniones con Jorge Rodríguez y su hermana Delcy, en Caracas y Ciudad de México. Estas reuniones buscaban establecer vías de diálogo, pero no llegaron a concretarse. Los Rodríguez tenían como prioridad la liberación de Alex Saab , testaferro de Maduro, detenido por una orden de Interpol en Cabo Verde y posteriormente extraditado a EE.UU. para ser juzgado. En un gesto de buena voluntad, que no dio resultados, Biden liberó a Saab hace un año, otorgándole un indulto completo. Actualmente, Saab es ministro de Industria en la dictadura.Divisiones republicanasEn el campo republicano, sin embargo, son muchos los integrantes del equipo de Trump que han defendido mantener la estrategia de máxima presión sobre Maduro para forzar un cambio democrático en Venezuela. El más destacado es el senador Marco Rubio , designado como próximo jefe diplomático, cuya confirmación por el Senado se da prácticamente por asegurada gracias al respaldo de varios demócratas. En el equipo de asesores de Trump durante su transición al poder también figura Mauricio Claver-Carone, quien ocupó la cartera de Asuntos Iberoamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y fue el principal artífice de la campaña de presión no solo contra el dictador, sino también contra sus aliados en el ámbito internacional.El que fue responsable de la política hacia Venezuela en la Administración Trump, el embajador Elliott Abrams , afirmó en varias ocasiones a ABC que recibió una considerable presión por parte de las petroleras estadounidenses para reducir las sanciones contra la dictadura, debido a su interés en recuperar las deudas pendientes del régimen. Según Abrams, bajo el mandato de Trump se resistieron firmemente a estas presiones, pero con Biden se revirtieron las sanciones, permitiendo el retorno del negocio petrolero a Venezuela. Esto, explicó, ha supuesto una inyección significativa de dinero líquido para Maduro y su círculo de poder.A pesar de haber impuesto sanciones esta semana a 21 altos cargos del régimen, el presidente saliente Joe Biden ha decidido mantener vigentes las licencias otorgadas a las petroleras Chevron, Repsol, Eni y Maurel para operar en Venezuela. En 2023, la Casa Blanca relajó las sanciones tras el falso compromiso de Maduro de llevar a cabo elecciones libres y justas en 2024, aunque estas medidas fueron revertidas en abril cuando se bloqueó la candidatura de la opositora María Corina Machado.La diputada republicana de Florida, María Elvira Salazar , presidenta de la Subcomisión de Asuntos Exteriores para el Hemisferio Occidental, ha instado a la revocación inmediata de estas licencias. «Las licencias petroleras, que solo benefician a Maduro y sus secuaces, debieron haberse cancelado en cuanto se negaron a reconocer los resultados reales de las elecciones, que mostraban su derrota por dos millones de votos», asegura Salazar. «La falta de acción envía un mensaje claro al mundo de que el liderazgo de EE.UU. es débil y de que se puede actuar con total impunidad».Noticia Relacionada estandar Si EE.UU. presiona a España para que reconozca a Edmundo González David Alandete «Es urgente que los países comprometidos con la democracia se pronuncien», instaEn 2016, tras la victoria de Donald Trump, la dictadura venezolana intentó un gesto de acercamiento al nuevo presidente con el objetivo de revertir las presiones impuestas por la Administración de Barack Obama. A través de la petrolera Citgo, controlada por el régimen, realizaron la donación máxima permitida para financiar los actos de celebración de la investidura de Trump, 500.000 dólares. Los hermanos Rodríguez buscaban impedir sanciones a dos figuras clave del régimen: Tareck El Aissami, entonces vicepresidente de Venezuela; y Samark López, su testaferro y el de Delcy Rodríguez. Sin embargo, ambos fueron sancionados e imputados, marcando el inicio de una estrategia de máxima presión que culminaría con el embargo total al petróleo venezolano. A López se le requisó inversiones millonarias que tenía en EE.UU.La Administración saliente de Biden ha adoptado la inusual decisión de intensificar la presión sobre Maduro, en lo que se interpreta como un intento de influir en las decisiones de Trump y reforzar la posición de los sectores más duros de su equipo. En una conversación con periodistas, un alto funcionario estadounidense instó a España y otros socios internacionales a reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela, tal como ya lo ha hecho Estados Unidos. Sin embargo, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores aseguraron a ABC que «el Gobierno de España no ha recibido presiones de EE.UU. para reconocer a Edmundo González».