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Marine Le Pen, amenazada de inhabilitación, decidirá el lunes si salva al Gobierno de Barnier

Francia se encuentra en un callejón político e institucional sin una salida fácil: con el presidente Emmanuel Macron y el Gobierno de Michel Barnier amenazados con una moción de censura, sin presupuestos del Estado, con los mercados internacionales inquietos, con colosales y crecientes deudas y sin mayoría política de ningún tipo para poder avanzar. La llave temporal de la crisis está ahora en manos de una Marine Le Pen amenazada de inhabilitación política inmediata y para quien la Fiscalía de París pide cinco años de cárcel por su presunta participación en un caso de desvío de fondos europeos para su partido, Agrupación Nacional (extrema derecha).El Nuevo Frente Popular (NFP), la coalición formada por la extrema izquierda de La Francia Insumisa con socialistas, comunistas y verdes, ha anunciado que presentará una moción de censura contra el Ejecutivo de Barnier el próximo lunes, cuando debe discutirse en la Asamblea Nacional (AN) el presupuesto para la Seguridad Social. Marine Le Pen ha advertido que el actual Gobierno «tiene hasta el lunes para aceptar nuestras condiciones, o estamos dispuestos a votar la censura. Si se salta nuestras líneas rojas, deberá pagar las consecuencias».De momento, el primer ministro ha hecho gestos hacia Le Pen e intentará evitar la censura, que podría discutirse el martes y ser realidad el miércoles. Si el primer ministro consiguiera evitar esa moción de censura dentro de dos días, todavía tendría que sortear otras tantas cuando sea necesario aprobar la totalidad de los presupuestos del Estado, que llevan negociándose desde el mes de septiembre.Noticia Relacionada estandar Si Francia en el purgatorio, Macron en Notre Dame Juan Pedro Quiñonero El presidente francés visita la catedral en mitad de una vorágine de incendios políticos que sacuden al paísSin alternativaEl Nuevo Frente Popular, que carece de un programa común entre sus integrantes, puede presentar la moción, aunque no tiene mayoría parlamentaria para gobernar. Le Pen, al frente del partido más votado de Francia, tampoco tiene mayoría parlamentaria para formar gobierno. Pueden censurar, pero no son una alternativa.Michel Barnier, por su parte, está apoyado por pequeños partidos de centro y derecha, que sólo cuentan con una mayoría parlamentaria relativa, en cohabitación forzada con un presidente, Emmanuel Macron, que tampoco apoya calurosamente a un Gobierno del que forman parte viejos enemigos políticos.Desde hace días, la Bolsa cae, los valores franceses sufren pérdidas y la opinión pública se inquieta: un 72% de los franceses temen las consecuencias de una crisis financiera grave si Francia se quedara temporalmente sin Gobierno.Un 72% de los franceses temen las consecuencias de una crisis financiera grave si Francia se quedara temporalmente sin GobiernoEn caso de que las izquierdas y la extrema derecha votasen la censura, el país quedaría en una situación inédita y catastrófica, pues ni el Nuevo Frente Popular ni Le Pen podrían aspirar a gobernar y el jefe del Estado tendría que intentar la formación de un nuevo, político o técnico, para aprobar unos presupuestos que dividen profundamente a todas las familias políticas parlamentarias.Gobierno técnicoBenjamin Morel , profesor de Ciencias Políticas en la universidad de la Sorbona, comenta el riesgo de nuevas crisis, más profundas, de este modo: «En términos prácticos, Macron solo tendría una alternativa práctica: la formación de un gobierno técnico, sin saber cuándo podría durar ni garantías de ningún tipo». Alain Duhamel , académico, historiador y analista político de gran reputación, ha declarado a BFMTV, primera cadena de información permanente: «Si se consumara la censura, se trataría del huracán político más grave desde la fundación de la V República, entre 1958 y 1962».Desde una óptica muy similar, François Sureau , académico e historiador, resume de este modo la coyuntura nacional: «El Estado tiene deudas abismales, nuestro modelo social está financiado con nuevas deudas, las instituciones funcionan malamente. Y, para coronar esas catástrofes, una banda de zombis de extrema izquierda y extrema derecha afirman que Francia, un país donde el Estado lo controla todo, es un infierno liberal…». Cuando Sureau habla de zombis políticos se está refiriendo a los proyectos más extremistas, como restaurar la jubilación a los 60 años, subir el salario mínimo a 1.600 euros y «romper» o «recortar» las relaciones económicas con la zona euro.Entre un 60% y un 70% de franceses piensan que Emmanuel Macron debería dimitir para «abrir una nueva página política»Entre un 60% y un 70% de franceses piensan que Emmanuel Macron debería dimitir para «abrir una nueva página política». Personalidades centristas y conservadoras, como Charles de Courson y Jean-François Copé , apoyan esa «alternativa», confirmando las divisiones de fondo entre las familias políticas que apoyan al Gobierno pero no apoyan al presidente.Ese callejón político sin salida conocida está agravada por un clima social muy negro. Los agricultores están en pie de guerra desde hace semanas y los ferroviarios han anunciado una huelga general. Según el Instituto Nacional de Estadísticas Oficiales (INEO), se teme la desaparición de 160.000 puestos de trabajo durante las próximas semanas.

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