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Internacionales

Misión sorpresa de Meloni en Estados Unidos para liberar a la periodista presa en Irán

Giorgia Meloni, por sorpresa, sin avisar a nadie (o casi), puso rumbo a Estados Unidos la tarde del pasado sábado. Hacia la 1:30 de la madrugada, hora italiana, la primera ministra italiana llegó a la residencia privada del presidente electo estadounidense, Donald Trump, en Mar-a-Lago (Florida). La inesperada visita, más bien misión, fue organizada en el más absoluto secreto. Y solo a lo largo del domingo fueron trascendiendo los detalles de la misma.En la agenda de Meloni con Trump figuraban varios asuntos: la guerra de Ucrania, el suministro de gas en Europa, el aumento en la contribución de los aliados comprometida en el seno de la OTAN... Y por encima de todo, un tema especialmente complejo, en el que están implicados tanto EE.UU. como e Irán: el caso de la periodista Cecilia Sala, de 29 años, encarcelada desde el 19 de diciembre en la dura prisión de Evin, en Teherán, bajo la vaga acusación de «violar la ley de la República Islámica de Irán».En realidad, se trata de una represalia por el arresto, tres días antes, del ingeniero suizo-iraní Mohammad Abedini Najafabadi en el aeropuerto de Malpensa de Milán, por requerimiento de EE.UU. Washington acusa a Abedini de formar parte de una asociación criminal y de haber suministrado componentes tecnológicos montados en los drones utilizados por la Guardia Revolucionaria Islámica, el principal cuerpo de seguridad de Irán y, según Washington, una organización terrorista.Noticia Relacionada estandar Si Irán encarcela a una periodista italiana y la utiliza para ejercer presión política Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma Medios italianos vinculan el arresto de la reportera con la detención en Milán de un traficante iraní por orden de Estados Unidos, que pide su extradiciónCálido recibimientoLa líder de Hermanos de Italia recurrió al multimillonario Elon Musk, un personaje clave en el actual equipo de Trump y con el que Meloni mantiene una relación de amistad. Tal y como ha trascendido, la primera ministra italiana pidió a Musk sin rodeos: «Tengo que reunirme con Trump». El presidente electo dio una cálida acogida a Meloni, quien, además, pretende acreditarse como un sólido aliado europeo de la nueva administración estadounidense, con el objetivo de hacer de puente entre Washington y la Unión Europea. «Es muy emocionante, estoy aquí con una mujer fantástica, la primera ministra italiana. Ha conquistado Europa y ha tomado por asalto a todos los demás. Esta noche cenaremos juntos», dijo Trump pidiendo un aplauso para Giorgia Meloni a sus invitados, entre los que estaban los próximos secretarios de Estado y del Tesoro, Marco Rubio y Scott Bessent; el asesor de Seguridad Nacional, Mike Walz, y el futuro embajador en Roma, Tilman Fertitta, así como con la embajadora de Italia en Washington, Maria Angela Zappia. El secretario de Estado, Marco Rubio, al dar la bienvenida a la primera ministra, la describió como «una gran aliada, una líder fuerte». \'The New York Times\' ha publicado que la visita sorpresa de Meloni «aumenta las esperanzas de sus simpatizantes de que la primera ministra conservadora italiana se convierta en el aliado clave de Trump en Europa. Gran parte de este papel implicaría mediar en las tensiones entre otros líderes europeos y el presidente electo, quien ha amenazado con iniciar una guerra comercial con el continente, así como reducir el apoyo estadounidense a algunos países de la OTAN y a Ucrania en la guerra contra Rusia». El periódico neoyorquino, además, ha revelado que «Meloni presionó a Trump con firmeza por Cecilia Sala», con el objetivo de evitar la solicitud de extradición a EE.UU., o al menos obtener de Trump la voluntad de hacer la vista gorda ante las decisiones que Roma podría tomar en los próximos días, incluida la solicitud de arresto domiciliario para Abedini, para para facilitar la liberación de Sala.«Confía en mí»Giorgia Meloni recibió días atrás a la madre de Cecilia Sala en el Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno italiano, en Roma; la abrazó y le prometió hacer todo lo posible para traer cuanto antes a su hija Italia: «Confía en mí», le dijo Meloni. Seguramente es la operación diplomática internacional más compleja a la que se enfrenta Meloni desde que llegó al poder en octubre del 2022. Así lo cree Raffaele Marchetti, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Luiss de Roma: «Este es el primer desafío real al que Meloni se enfrenta en el escenario mundial».La línea oficial del Gobierno es que no se aceptará ningún chantaje, ni de EE.UU. ni de Irán. Italia se enfrenta a un dilema crítico: si no concede la extradición de Abedini Najafabadi a EE.UU., podría facilitar la liberación de Sala, aunque a costa de tensar las relaciones con uno de sus principales aliados. Por otro lado, si concede la extradición del suizo-iraní Abedini a EE.UU., quien está acusado de vínculos con el terrorismo, podría poner en riesgo la seguridad de una ciudadana italiana. El país, por tanto, está entre dos fuegos.Un nuevo caso Aldo MoroEl ex presidente del Senado, el filósofo Marcello Pera, senador de Hermanos de Italia, ha comparado el secuestro-detención de la periodista Sala con el célebre \'caso Aldo Moro\', el exprimer ministro y presidente de la Democracia Cristiana secuestrado por las Brigadas Rojas en marzo de 1978 y asesinado tras 55 días de cautiverio.Fueron jornadas dramáticas entre dos líneas políticas: una partidaria de negociar con las Brigadas Rojas, y otra de firmeza del Estado para no ceder al chantaje de los terroristas. Hoy, nadie en Italia, ni siquiera entre los partidos de oposición, según destacan los medios italianos, defiende que el gobierno de Meloni resista ante el chantaje de los ayatolás iraníes. La línea clara es la de negociar, como expresa el expresidente del Senado Marcello Pera al diario \'Il Foglio\', medio en el que colabora la periodista Sala: «Estamos ante un nuevo caso Moro, un drama humano de Estado. Apoyamos a Meloni en la decisión que tendrá que adoptar y que tiene tintes de tragedia griega».Cambio de rehenesPrecisamente, \'Il Foglio\' escribe que «EE.UU. enseña que cuando un régimen mantiene como rehén a uno de sus ciudadanos, se debe hacer todo lo posible para liberarlo: el intercambio de rehenes no es un escándalo». Añade \'Il Foglio\' que en los últimos diez años, por ejemplo, el gobierno estadounidense ha negociado en varias ocasiones con Rusia e Irán, los estados más especializados en arrestar a ciudadanos occidentales inocentes, a cambio de obtener la liberación de los norteamericanos detenidos; y lo han hecho muchas veces, a través de complicados y dolorosos intercambios de prisioneros.Italia sigue en vilo el drama de Cecilia Sala, cuyas condiciones carcelarias son penosas. Se encuentra aislada en una celda muy pequeña y fría, con la luz siempre encendida; duerme en el suelo con dos mantas, le quitaron sus gafas graduadas y ni siquiera le entregaron el paquete de la embajada italiana con diversos artículos de primera necesidad.Su pronta liberación constituiría un éxito internacional de Giorgia Meloni, aseguran los medios italianos. El diario \'La Stampa\' recuerda que el ex primer ministro Romano Prodi, «con calculada falta de escrúpulos, dijo: \'No me extraña que a los americanos les guste la premier Meloni, porque obedece\'». A la reciente acusación de Prodi responde hoy el director de \'La Stampa\', Andrea Malaguti, escribiendo que Meloni, con su viaje sorpresa para encontrarse con Trump, ha dado una respuesta indirecta a Prodi: \'\'Yo cojo el toro por los cuernos. A mi nadie me puede chantajear, ni siquiera mis amigos americanos\'».

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