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Orbán escenifica la legitimación del voto prorruso en Austria con su visita al líder de extrema derecha Herbert Kickl

La visita de Viktor Orbán a Viena ya era suficientemente polémica por sí misma: una vez más, el presidente por turno del Consejo de la UE se salta a la torera los protocolos comunitarios y acude a reunirse con el líder de la extrema derecha austriaca del FPÖ, Herbert Kickl , que a pesar del éxito electoral no ha conseguido por ahora formar gobierno. Pero el primer ministro húngaro ha decidido además implicar a un tercer país y ha cargado públicamente desde Viena contra el gobierno de Suecia . «El primer ministro sueco me acusa de representar los intereses de Rusia en Georgia, obviamente porque le han dado instrucciones desde Washington», ha dicho. «¡Qué pena!». Se refería a las últimas declaraciones del primer ministro sueco, Ulf Kristersson , precisando que el reciente viaje de Orbán a Georgia , la penúltima anotación en su agenda internacional, de nuevo sin mandado europeo y por su cuenta, no hablaba en nombre del Consejo de la UE ni de los países europeos. «Quizá en nombre de Rusia», había apostillado Kristersson, en referencia a la afinidad de Orbán con el presidente ruso, Vladímir Putin .Al tiempo que abría este nuevo frente diplomático, Orbán se reunía en el Parlamento austriaco con su nuevo presidente, Walter Rosenkranz , miembro del FPÖ, y con el líder de la formación ultraderechista, Herbert Kickl , en un encuentro al que asistieron también el secretario general del FPÖ, Christian Hafennecker , que preside además el grupo parlamentario de amistad Austria-Hungría, el jefe de la delegación de la UE, Harald Vilimsky , y la diputada Susanne Fürst . Noticia Relacionada estandar Si Berlín, el «refugio seguro» de los oligarcas rusos Rosalía Sánchez | Corresponsal en BerlínTambién ha coincidido, en el marco de la mesa redonda bajo el título \'Weltwoche\', con el excanciller alemán y amigo personal de Putin Gerhard Schröder . En su agenda de viaje no figura, en cambio, ningún encuentro con el primer ministro de Austria en funciones, el conservador Karl Nehammer .Unos minutos antes de que Orbán llegara a la sede del Parlamento austriaco, el líder de Los Verdes, Werner Kogler , ha declarado que «se trata de símbolos y señales, y esta señal es fatal». «Estas campanas de alarma suenan con fuerza, no se pueden subestimar... Es antidemócrata, antieuropeo y comprensivo con Putin... y se presenta así en el corazón de la democracia de Austria». Kogler ha criticado que Orban ha desmantelado la democracia desde que llegó al poder y, al mismo tiempo, «no le da vergüenza embolsarse muchos miles de millones». También ha señalado su compañera de partido, Sigrid Maurer , que la bandera europea habitualmente presente en la sala de recepción del Parlamento ha sido retirada para el encuentro, lo que demuestra que «el FPÖ pone en práctica sus fantasías de extrema derecha cuando esté en el poder».Una foto incómodaEs evidente que, fotografiándose en las escaleras del parlamento austriaco con Kickl, Orbán está enviando una señal de legitimación y victimismo sobre un partido que, a pesar de haber resultado el más votado en las recientes elecciones legislativas, no va a estar presente en el gobierno debido al cordón sanitario establecido por el resto de las fuerzas políticas austriacas. «Quienes se hacen estas fotos con él y utilizan a Orbán como modelo a seguir están dañando a nuestro país y a la gente. En lugar de trabajar en soluciones a los grandes desafíos, Kickl y compañía demuestran una vez más que quieren aislar a Austria y \'orbanizar\' nuestro país», ha reaccionado el líder del Partido Socialdemócarata (SPÖ), Andreas Babler , mientras dos manifestaciones de protesta contra la visita de Orbán coreaban consignas a las puertas del Parlamento. La visita del primer ministro húngaro «no debe entenderse en modo alguno como una aprobación de su política represiva, sino más bien como una oportunidad importante para exigir medidas concretas para proteger los derechos humanos», ha instado en un comunicado la directora general de Amnistía Internacional Austria, Shoura Hashemi , para quien la «erosión sistemática del Estado de derecho, los ataques selectivos a la sociedad civil y la discriminación contra grupos marginados por parte del gobierno húngaro constituyen violaciones flagrantes de las normas internacionales de derechos humanos».Antes de viajar a Austria, Orbán ha visitado Georgia para felicitar allí personalmente y tras su controvertida victoria electoral al partido prorruso Sueño Georgiano. En Tiflis felicitó a los votantes georgianos por «no haber convertido su país en otra Ucrania» y a los europeos por estar votando mayoritariamente «a favor de la paz».

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