La UE boicotea actualmente la Presidencia húngara para protestar por las anteriores gestiones diplomáticas emprendidas por su cuenta por parte del primer ministro, Viktor Orbán, que se entrevistó con Volodímir Zelenski, Vladímir Putin y Donald Trump sin siquiera consultar a las instituciones de Bruselas o al resto de socios europeos. Pero este malestar, lejos de frenar su campaña, la estimula. Ahora, Orbán está trabajando en una cumbre para forzar la paz en Ucrania , de nuevo sin contar con el resto de la UE y apoyado en los Gobiernos de China y Brasil. Más allá de la pretendida paz, el mandatario húngaro está exhibiendo una nueva esfera de influencia global en la que, muy visiblemente, la vieja Europa queda relegada.La semana pasada, al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el líder húngaro se reunió discretamente con representantes de China y Brasil para pedir a sus Gobiernos una labor de mediación que lleve a Moscú y Kiev a la mesa de negociaciones. Les expuso su proyecto y comentó la posibilidad de que en la reunión también participen los jefes de Estado y de Gobierno de Francia y Suiza, según informó el diario suizo \'Weltwoche\'. Pero se trata de una incorporación altamente improbable, puesto que Francia, al igual que el resto de los países de la UE, está en contra de sentarse con Putin a negociar en la misma mesa, al igual que se opone a esta línea de política exterior alternativa y ajena a las instituciones europeas. Las intensas negociaciones de Orbán con Pekín y Brasilia son un «impulso renovado para la paz» después de que fracasaran sus intentos de convencer al presidente ucraniano Zelenski de que «se le está acabando el tiempo». Así lo habría explicado el propio Orbán a sus homólogos chino y brasileño , provocando conscientemente el enfado de Bruselas.Noticia Relacionada estandar No Hungría quiere salir del sistema de asilo europeo Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín Se suma a la iniciativa de Países Bajos de solicitar una cláusula de exclusión voluntaria del sistema europeo de inmigración y asiloGuiños a PekínPara conquistar el apoyo de Pekín a su proyecto, Orbán está tomando en Europa posiciones que benefician a China, como su voto en contra a la imposición de aranceles a los coches eléctricos procedentes del gigante asiático. «Hungría se opone a los aranceles y esperamos que en los próximos años podamos lograr una cooperación económica civilizada, tranquila y mutuamente respetuosa con China», ha declarado su ministro de Exteriores, Péter Szijjaaártó, en un comunicado en el que reprocha a la Comisión Europea que eluda los intereses de los productores europeos. «Si Europa quiere mejorar su competitividad, no puede hacerlo mirando a China como a un rival», ha dicho. Con Brasil pueden surgir dificultades, después de que en marzo la embajada húngara en Brasilia albergase durante dos noches al expresidente Bolsonaro, para que éste pudiese evadir su arresto, y fuese objeto de una investigación. La administración del presidente brasileño Lula da Silva tomó estos hechos como una provocación.Orbán está tomando en Europa posiciones que benefician a Pekín, como su voto en contra a la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinosLas autoridades europeas insisten en que estas misiones de paz de Orbán sólo pueden llevarse a cabo exclusivamente en nombre de Budapest. La UE condenó la invasión que Moscú lanzó a principios de 2022, que violó el derecho internacional, y Kiev ha rechazado cualquier posibilidad de negociar con el Kremlin una paz que no incluya la retirada completa de las tropas rusas de todos los territorios ucranianos, también Crimea, anexada unilateralmente en 2014. El Gobierno ucraniano, que considera hostiles los constantes acercamientos de Orbán a Moscú y su oposición al apoyo a Ucrania, está presionando por la paz a través de la victoria y no muestra intención de escuchar las demandas de Putin en el corto plazo. Zelenski dijo el miércoles pasado ante la Asamblea General de la ONU que no hay alternativa a la fórmula de paz que presentó hace dos años. Esbozó su plan para una victoria que obligaría a Moscú a poner fin a la guerra en los términos de Ucrania e insistió en que «todos los intentos paralelos o alternativos de crear la paz son, de hecho, intentos de congelar la guerra en lugar de ponerle fin». Llamó a las naciones a presionar a Rusia: «No dividan el mundo. Sean naciones unidas, esto nos traerá la paz».