La capital rusa registró su día más mortífero desde el comienzo de la pandemia, cuya expansión de la variante Delta impulsó a los países como Tailandia, Malasia y Australia a reimponer restricciones para contener los rebrotes de contagios.
Moscú registró este domingo su día más mortífero desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, cuya expansión de la variante Delta, hasta el momento la más contagiosa, impulsó a los países como Tailandia, Malasia y Australia a reimponer restricciones para contener los rebrotes de contagios.
La pandemia deja ya 3.919.801 fallecidos en el mundo y casi 181 millones de contagiados, aunque las campañas de vacunación están permitiendo reducir el número de infecciones especialmente en países desarrollados como Estados Unidos y los de la Unión Europea, que están levantando restricciones.
Esta mejora se ve amenazada por la expansión de la variante Delta, considerada la más contagiosa de las detectadas hasta ahora y presente en al menos 85 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y a la renuencia a la vacunación por parte de algunos.
Esta variante detectada inicialmente en India está causando la tercera ola que asola desde mediados de junio a Rusia, el sexto país con más muertes por la Covid-19 tras Estados Unidos, Brasil, India, México y Perú.
Moscú registró en las últimas 24 horas 144 decesos por esta enfermedad, el balance más mortífero en una urbe rusa, en tanto que San Petersburgo ayer batió el récord con 107 muertes.
Los efectos de esta variante, especialmente contagiosa entre personas no inmunizadas, hacen redoblar los esfuerzos de las autoridades rusas para convencer a sus escépticos ciudadanos de vacunarse.
"Para frenar la pandemia se necesita una cosa: vacunaciones rápidas y a gran escala. Nadie ha inventado otra solución", aseguró el sábado el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
En medio de un nuevo repunte por la aparición de esta variante, Reino Unido confirmó este domingo más de 18.000 nuevos contagios en las últimas 24 horas, la cifra más elevada desde fines de febrero, y más de una veintena de nuevos fallecimientos.
El Gobierno británico decidió aplazar hasta julio el levantamiento de las últimas medidas sanitarias.
La variante Delta está provocando nuevos brotes en países del sureste asiático y en Australia, que parecía haber dejado atrás la pandemia con su política de cierre de fronteras y máxima prevención ante el virus.
Más de cinco millones de residentes de Sídney empezaban este domingo dos semanas de estricto confinamiento tras la detección de más de 110 casos de Covid-19 vinculados a la tripulación de un vuelo internacional.
Restaurantes, bares y cafés cerraron y los ciudadanos fueron llamados a quedarse en casa, lo que dejó el centro de la ciudad prácticamente desierto.
Medidas similares se tomaron en países del sureste asiático, también expuestos a esta variante que causó desolación entre abril y mayo en India.
Tailandia reinstaurará a partirdel lunes restricciones en el sector de restaurantes, la construcción y las reuniones en su capital Bangkok, mientras el Gobierno de la vecina Malasia anunció la prórroga del confinamiento decretado hace un mes.
También Bangladesh comenzará un severo confinamiento para evitar "una situación parecida a la de India", con la que comparten frontera, dijo ayer a la agencia de noticias AFP el vocero del Ministerio de Salud, Robed Amin.
Aun así, la región más afectada del mundo por la pandemia sigue siendo América Latina y el Caribe.
Brasil, sede de la Copa América de fútbol, es el país con más muertes en las últimas 24 horas (1.593), seguido de India (1.258) y Colombia (693).
En el gigante suramericano, los estadios donde ahora juegan estrellas como Lionel Messi o Neymar sirvieron antes como hospitales de campaña para tratar de absorber la marea de pacientes con Covid-19.
Toda estrategia sirve ante el virus, incluso afinar el olfato de los perros para detectar precozmente la infección, como hacen en Ecuador.
En el hospital Pablo Arturo Suárez de Quito, bomberos franceses están adiestrando a 15 perros, expertos en localización de personas, explosivos y drogas, y a sus quince guías humanos para rastrear bolas de algodón impregnadas del sudor de contagiados de Covid-19.
"El objetivo es que puedan reconocer la presencia de la Covid sobre todo en pacientes asintomáticos y en sitios de concentración masiva", explicó Denis Maigua, del Servicio de Gestión de Riesgos de Ecuador.