Scholz ya había felicitado a Trump por su victoria electoral, el pasado 6 de noviembre, a través de las redes sociales. Pero la primera conversación telefónica entre ambos ha tenido lugar esta noche y han hablado sobre el «regreso de la paz a Europa», según el portavoz del gobierno alemán, Steffen Hebestreit . Con antelación a esta conversación, varios asesores de Trump habían adelantado cuál será la estrategia del nuevo presidente de los Estados Unidos para Ucrania , consistente en el establecimiento de una «zona de amortiguamiento» de 1.287 kilómetros entre los ejércitos ruso y ucraniano para congelar el conflicto durante los próximos veinte años. Las tropas estadounidenses no participarán ni financiarán la misión, sino que serán países como Alemania, Polonia, Gran Bretaña y Francia los que proporcionen las tropas y asuman los costes. Después de la conversación con Trump, Olaf Scholz ha expresado la voluntad del Gobierno Federal de «continuar la exitosa cooperación de décadas entre los gobiernos de ambos países» y ha sugerido que está abierto a hablar con Putin «pronto». «Soy un político responsable, no estoy haciendo esto solo», aclaró anoche en una aparición televisiva, «una conversación con Putin requiere muchos contactos y conversaciones previas con muchos otros».Noticia Relacionada estandar No El Kremlin tilda de «pura ficción» y «totalmente falso» que Putin haya hablado con Trump Niega la información publicada el pasado domingo por \'The Washington Post\' Confirmaba así su giro hacia la comunicación con el Kremlin, que ha estado paralizada desde hace casi dos años, y se desmarcaba de las conversaciones mantenidas hasta ahora por el primer ministro húngaro Viktor Orbán , que acudió a Moscú para hablar con Putin sobre Ucrania sin previamente concertar el contenido de esa conversación con el resto de los socios europeos.La última vez que Scholz habló con Putin por teléfono fue en diciembre de 2022 para pedir una solución diplomática y la retirada de las tropas rusas de Ucrania. El gobierno ruso había declarado a principios del mes pasado su disposición a reabrir la comunicación con Berlín, a pesar de que las relaciones entre los dos países estaban de facto en cero, pero el canciller Scholz sólo ha accedido a cambiar de postura después hablar con Donald Trump y solamente ha acotado que es necesario tener cuidado «de que Ucrania pueda confiar en nosotros y en los demás y no tenga que temer que la dejen sola. Y que, al mismo tiempo, hacemos todo lo posible para garantizar que esta guerra no se intensifique». En la misma conversación, Scholz y Trump han hablado someramente de los previstos nuevos aranceles sobre importaciones estadounidenses de productos europeos. Esta conversación con Trump se ha producido después de que el ganador de las elecciones en Estados Unidos, según informa \'The Washington Post\', mantuviese el jueves una charla telefónica con Vladímir Putin .La postura de Scholz, en todo caso, es la de Alemania a muy corto plazo. Al socialdemócrata le quedan semanas en la Cancillería, después de haber quedado su Gobierno roto y en minoría la semana pasada, y la postura a tener en cuenta es la del líder de la oposición conservadora, Freidrich Merz , que según todas las encuestas será el más votado en las inminentes elecciones anticipadas. Lo que Merz hará, según sus propias palabras, es plantear la relación con el futuro presidente estadounidense «con una postura recta». Merz da la razón a Trump en determinados puntos. «Tenemos que pasar de ser una potencia media dormida a convertirnos nuevamente en una potencia media líder», ha dicho por ejemplo el candidato a canciller de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Merz observa que los estadounidenses son mucho más agresivos a la hora de hacer valer sus intereses y considera que el resultado de la relación bilateral «no debería significar que sólo una parte se beneficie, sino más bien que lleguemos a buenos acuerdos buenos para ambas partes». «Seamos concretos: necesariamente compramos aviones de combate F-35 a los estadounidenses , pero debemos negociar mantenerlos nosotros. Sería un buen negocio para ambas partes», ha puesto como ejemplo, «observo a Trump, hablo con mucha gente que lo conoce muy bien y lo que me dicen es que hay que enfrentarlo con rectitud y claridad».En la improvisada campaña electoral que se avecina, cabe esperar un realineamiento de todos los partidos en materia de política exterior. Las encuestas adelantan que hasta un 25% del voto alemán será prorruso, si se suma el resultado de la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) y el de la extrema izquierda de Alianza Sahra Wagencknecht (BSW) . La necesidad de mantener las relaciones comerciales con Estados Unidos llevará tamibén a los grandes partidos democráticos a moderar su hostilidad hacia Putin, hacia quien parece reorientarse la diplomacia estadounidense.«A Trump hay que agarrarlo por su vanidad, abrazarlo e invitarlo a una cumbre lo antes posible», aconseja Wolfgan Ischinger , exembajador alemán en Washington y exdirector de la Conferencia de Seguridad de Múnich, segurmente el mejor experto en relaciones trasatlánticas, que insiste en que «a veces olvidamos que no fueron Barack Obama o Joe Biden quienes hicieron llegar las primeras armas reales a Ucrania, sino Donald Trump». Recuerda que fueron las llamadas jabalinas, armas antitanque lanzadas desde el hombro. «No creo ni por un segundo que Donald Trump quiera presentarse ante el público mundial como alguien que sacrifica a Ucrania sin luchar», dice, «lo que sí espero es que intente conjurar una solución con diplomacia personal, es decir, la famosa llamada telefónica a Putin. Y esto puede ser algo que no guste a nuestros amigos ucranianos». Ischinger prevé «un acuerdo entre Washington y Moscú» y, «en el peor de los casos, una división territorial, por ejemplo Crimea y Donbás a Rusia, a cambio.No es un escenario agradable, pero definitivamente tendremos que adaptarnos». «No creo que Trump esté de acuerdo con un acuerdo en el que se le pueda acusar después de haber permitido a Putin subyugar finalmente a Ucrania», prevé, y señala que «la cuestión importante es si lograremos que Donald Trump se coordine con nosotros en tales consideraciones, que tenga en cuenta los intereses y objetivos de sus aliados europeos en la OTAN».