La noche de este sábado, por tercer día consecutivo, las calles del centro de Tiflis, la capital de Georgia , volvieron a llenarse de gente para protestar por la decisión del Gobierno de aplazar hasta 2028 las negociaciones con Bruselas para la adhesión a la Unión Europea . Se reprodujeron de nuevo duros enfrentamientos con las fuerzas del orden.Hubo más heridos y otros 50 arrestos , lo que suma ya desde el jueves unas 200 detenciones. La del sábado ha sido la concentración más numerosa desde el jueves y tuvo también a la ciudad portuaria de Batumi como otro de los epicentros del malestar popular. Los antidisturbios emplearon de nuevo cañones de agua, gases lacrimógenos, botes de humo, difusores individuales de gas pimienta y esta vez, según testigos presenciales, también balas de goma.Los manifestantes, por su parte, incrementaron el uso de cócteles Mólotov y, en esta ocasión, se generalizó el lanzamiento contra la Policía de cohetes pirotécnicos, lo que causó un incendio en una de las dependencias del edificio parlamentario. Hubo, según muestran las redes sociales, quienes se agenciaron cañones de fabricación casera para disparar numerosos cohetes al mismo tiempo. De hecho, ya hay quien ha bautizado estas movilizaciones como la « revolución de los fuegos artificiales ».Noticia Relacionada estandar No El nuevo parlamento de Georgia se reúne tras unas elecciones rechazas por la oposición Zurabishvili, la líder de la nación, ha acusado a Rusia de interferir en la votación, una acusación que Moscú ha negadoSin embargo, pese a la fuerte resistencia callejera, los agentes terminaron logrando disolver la manifestación y retirar inmediatamente las barricadas para impedir que dentro de su perímetro se instalen tiendas de campaña, como sucedió durante la revuelta del «Maidán» en Kiev , hace justo diez años. Una situación así complicaría seriamente los esfuerzos policiales para poner fin a las protestas.La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) ha condenado las acciones policiales en Georgia, calificándolas de «desproporcionadas» y «contrarias al derecho de libertad de reunión». La presidenta del país, Salomé Zurabishvili, continúa apoyando y participando en las manifestaciones, afirmando que se trata «de la lucha para regresar a la senda europea».Los fuegos artificiales lanzados por los manifestantes explotan a lo largo de las líneas policiales, afuera del Parlamento de Georgia en Tiflis AFPZurabishvili ha prometido que no entregará sus poderes este mes, como estaba previsto, y no lo hará mientras no se repitan los comicios legislativos celebrados el pasado 26 de octubres, que ella considera «fraudulentos». Algunos diplomáticos georgianos han dimitido, acusando al Gobierno de «aislar al país». También han mostrado su malestar con las autoridades varias estrellas del deporte al tiempo que Washington ha suspendido el acuerdo estratégico que tenía suscrito con Tiflis.Los principales partidos de la oposición georgiana han hecho público un comunicado conjunto deplorando la «violencia sistemática organizada por el partido –en el poder- Ensueño Georgiano contra manifestantes pacíficos y periodistas» y llaman a «luchar en la calles junto con el pueblo para salvar nuestro Estado». Han convocado a una nueva manifestación en la tarde de este domingo en la avenida Rustaveli, frente al Parlamento. Mientras que el Servicio de Seguridad Estatal de Georgia advirtió este sábado que está empezando a observar en los disturbios posibles intentos de «derrocar violentamente al Gobierno legítimo». Así que se ha instado a la población a «tener cuidado y no unirse, voluntaria o involuntariamente, a esta provocación planificada» por la consecuencias penales que pudiera acarrear.