Hace solo cuatro años, Israel y dos de sus eternos rivales árabes se sentaron a la mesa de negociaciones para firmar los llamados Acuerdos de Abraham , que abrieron una vía de paz insospechada para Oriente Próximo. Hoy, cuando se cumple un año de la guerra en la franja de Gaza , el panorama ha cambiado de forma drástica. Se ha producido un salto atrás y la región vive otra de sus fases bélicas más endiabladas desde la creación del Estado hebreo en 1947. Israel ya no se enfrenta solo a los radicales palestinos en Gaza. Después de meses de intercambio de golpes con el movimiento chií Hizbolá en la frontera norte del país, Israel ha invadido el sur del Líbano abriendo un segundo frente de guerra. El tercero podría ser el de Irán -palabras mayores- tras el segundo ataque con misiles lanzado por el régimen de Teherán en solo seis meses . Tel Aviv pondera su venganza, que podría ir más allá de los \'asesinatos selectivos\' de dirigentes jomeinistas. El rumor de que Israel podría bombardear instalaciones petrolíferas iraníes disparó esta semana el precio del crudo en los mercados internacionales.Noticia Relacionada visual Si Viaje al memorial del Nova, epicentro del duelo israelí por la matanza de Hamás Chapu Apaolaza | Enviado especial a Reim (Israel)Un año de guerra en Gaza confirma que Oriente Próximo sigue siendo la última frontera de la Guerra Fría entre Occidente y Oriente, por encima del conflicto en Ucrania. Estados Unidos y Europa por un lado, y China y Rusia por el otro , saben que el mundo sigue teniendo una fuerte dependencia energética con una región que produce el 37 por ciento del petróleo mundial y el 18 por ciento de su gas. Los intereses económicos y geoestratégicos son evidentes en las alianzas forjadas con judíos, árabes y persas por parte de las grandes potencias. Ese factor de geopolítica ayuda también a explicar en parte el hecho insólito de que, doce meses después, siga abierta la guerra en la franja de Gaza .El territorio del que el 7 de octubre de 2023 partieron miles de militantes de Hamás para llevar a cabo una matanza en Israel -1.200 asesinatos en cuestión de horas, toma de 240 rehenes- es tan mínimo que los yihadistas sabían que su acción era suicida. Y también que iban a provocar como respuesta una hecatombe entre los suyos cuando regresaran a sus bases.Territorio arrasadoLa franja de Gaza es una parcela mínima de tierra, equivalente a poco más de la mitad del municipio de Madrid. Un año después del comienzo de la operación militar de Israel, dirigida a «destruir de modo definitivo» toda la estructura de Hamás , los pocos reportajes gráficos obtenidos muestran un territorio urbano literalmente arrasado. La población civil se desplaza continuamente hacia zonas calificadas previamente de \'seguras\'. Los milicianos se esconden en los centenares de túneles -construidos a lo largo de los últimos 17 años, los que lleva Hamás en el poder en Gaza-, y emergen a la superficie para enfrentarse al Ejército israelí, entre los escombros de los edificios.Las fuentes palestinas han ido comunicando a lo largo del año las bajas propias, en su mayoría de civiles. Esta semana el cálculo era de casi 42.000 muertos, en una población de apenas millón y medio en toda la Franja. Un buen porcentaje de los muertos son milicianos de Hamás, que al comienzo de la guerra contaba con unos 20.000 yihadistas. Israel no ha dado cuenta de sus bajas militares. El \'ojo por ojo\' ha sido ampliamente rebasado al cumplirse un año de la guerra en la franja de Gaza. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, bien podría por tanto anunciar el fin del conflicto , después de negociar una tregua a cambio de rehenes -del centenar que queda, se desconoce cuántos aún con vida-. Pero no lo hace. ¿Qué objetivos le quedan por alcanzar? Nadie lo sabe a ciencia cierta porque el propósito de \'eliminar Hamás\' es suficientemente vago y basta para prolongar la operación. Ha trascendido con frecuencia el malestar entre muchos generales israelíes y el Gobierno de coalición entre la derecha del Likud y los partidos religiosos ultraortodoxos. Sobre todo a raíz de los planes de Netanyahu de dejar en el futuro tropas en Gaza -en particular en la frontera con Egipto, el llamado corredor de Filadelfia- cuando anuncie el final de la guerra en la Franja.Dos frentes abiertosLejos de hacerlo, Netanyahu ha ordenado la invasión del sur del Líbano para repetir la operación de Gaza con el movimiento armado chií Hizbolá, más estrechamente vinculado a Irán que Hamás. Son dos frentes abiertos de guerra convencional, a los que se unen la alerta permanente ante otros focos de conflicto : los cohetes procedentes de los rebeldes hutíes (chiíes) del Yemen y los que también lanzan ocasionalmente grupos armados proiraníes en Siria y en Irak. Afortunadamente para Israel, el panorama bélico global se limita solo al mundo musulmán chií, minoritario excepto en Irán. Los viejos rivales árabes del Estado hebreo, en particular Egipto y Arabia Saudí, contemplan expectantes el escenario y con cierto grado de tensión, porque el conflicto armado impacta también en sus propias comunidades nacionales.El \'ojo por ojo\' ha sido ampliamente rebasado al cumplirse un año de la guerra en la franja de GazaA diferencia de lo que ocurre en otras regiones del mundo, en el conflicto de Oriente Próximo importa, y mucho, el factor religioso, que tiene raíces en el Corán y en los dichos y hechos del Profeta, los hadices . Mahoma pasó los últimos años de su vida luchando contra las tribus judías de la península Arábiga, y por esa razón el concepto de la \'defensa del islam\' hace vibrar emociones y despierta sentimientos profundos en todos los musulmanes, sean suníes o chiíes.Causas ante la JusticiaLa determinación con que Netanyahu ha ordenado la invasión terrestre del sur del Líbano, el bombardeo de barrios chiíes en Beirut, el ataque contra zonas rebeldes en Yemen y los asesinatos \'selectivos\' de líderes de Hamás y de Hizbolá, podría esconder -para algunos analistas internacionales- intereses espúreos.El líder del partido Likud sabe que el término de la guerra en la franja de Gaza, o de la operación en el Líbano si sale mal, traerá consigo su final político . Y, con él, la aceleración de una serie de causas por las que tendrá que responder ante la justicia. La internacional, si se ofrecen pruebas de crímenes de guerra. Y la nacional, donde siguen pendientes varios casos contra Netanyahu por presunta corrupción durante su larga estancia en el poder.