De acuerdo con sus posibilidades socioeconómicas, entre los niños es disímil el acceso a la tecnología y a internet. Por este motivo es que en las escuelas priorizan la presencialidad.
Los establecimientos educativos atraviesan realidades disímiles de acuerdo con la población infantil que les toca atender. La pandemia del coronavirus ha traído nuevos desafíos en el ámbito de la educación y los docentes maximizan el esfuerzo para sostener de la mejor manera su imprescindible labor.
En Corrientes, el sistema bimodal con presencialidad cuidada se mantuvo hasta que la segunda ola incrementó de forma alarmante los contagios.
A pesar de estar en fase 3, las escuelas ya retomaron el sistema de burbujas hace dos semanas, lo que llevó ajustar los cuidados.
Muchas de las familias de los alumnos que asisten a la Escuela Nº 7 de Capital se encuentran aisladas. Si bien los contagios no están vinculados a la institución, el aumento de casos impacta de forma directa en las tareas educativas.
Así lo confirmó la directora del establecimiento, Lina Lezcano: “Hay cuarenta familias enfermas y cinco docentes”.
“No fue dentro de la escuela, pero es la situación que se está atravesando con el virus”, reconoció.
Tras la reciente vuelta a las aulas, los criterios para combinar la presencialidad y la virtualidad tuvieron que ser reajustados.
“Durante marzo, abril y mayo se realizó un trabajo diferenciado con los alumnos de acuerdo a su nivel de aprendizaje en estos dos últimos años, pero desde que volvimos a la presencialidad asisten quienes no tienen la posibilidad de acceder a la virtualidad”, explicó Lezcano.
La directora reconoció que son numerosos los estudiantes que no poseen celulares o computadoras para poder acceder a la modalidad virtual.
“Desde el año pasado sabemos quiénes cuentan con los medios y quiénes no, por lo que ahora estamos priorizando la asistencia a la escuela de ese grupo”, indicó Lezcano y contó que es una forma de cuidar a los alumnos y a los docentes, ya que solo el 30 por ciento de los trabajadores de la institución están vacunados.
Otra es la realidad del Colegio Iberá, donde por el momento pueden sostener el sistema de burbujas y tiene el 60 por ciento de los docentes vacunados con al menos una dosis.
Héctor Villarreal, el director del establecimiento, indicó a este medio que “nosotros le damos todas las posibilidades a nuestros alumnos, también le entregamos los materiales en formato papel”.
Villarreal destacó que hay mucho acompañamiento por parte de los tutores.
Sin embargo, el impacto del aumento sostenido de contagios se siente: “En la última entrega de mercadería asistieron menos familias porque muchas están aisladas, aunque por ahora no tuvimos contagios dentro de la escuela”, reafirmó. El Litoral