Estamos estresados. Los datos lo muestran claramente. La vida moderna, caracterizada por las demandas constantes del trabajo, las presiones sociales y la incertidumbre económica, ha generado que el 60% de la población española haya experimentado episodios de estrés que impactaron en su vida diaria. Según Casey Means, profesora de medicina de la Universidad de Stanford y autora de Good Energy, "dado que el miedo y el estrés afectan negativamente a todos los aspectos de la salud metabólica (al generar estrés oxidativo, inflamación crónica y disfunción mitocondrial), debemos ser extremadamente selectivos y conscientes de lo que entra en nuestras mentes (al igual que debemos reflexionar sobre lo que entra exactamente en nuestra boca)".
Mejora tu alimentación para mejorar tu estrés
Podemos hacer muchas cosas para reducir nuestros niveles de estrés a diario y, cuidar nuestra alimentación es una de ellas. Ten en cuenta que cada pequeña acción que emprendes en este sentido, suma. Montones de estudios científicos han sugerido que la dieta y la salud intestinal tienen un profundo impacto en nuestros resultados de salud mental a través del eje intestino-cerebro. Como punto de partida, "una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales fomenta una microbiota diversa y saludable, mientras que el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y alcohol puede dañarla, favoreciendo el desarrollo de bacterias perjudiciales y reduciendo su diversidad", apunta el dietista y nutricionista Curro Clavero. Y añade: "A esto se suman aspectos del estilo de vida, como evitar la higiene excesiva, (...) la actividad física regular, el descanso adecuado y el contacto con la naturaleza son elementos que ayudan a mantener una microbiota equilibrada, promoviendo la diversidad bacteriana".