En el cuerpo tenemos más de 500 ganglios que forman parte del sistema inmunitario y aunque la mayoría no son palpables, algunos de ellos sí lo son, y tocarlos puede ser útil para detectar determinadas enfermedades.
Normalmente un ganglio se mueve al tocarlo con los dedos (no está enganchado a los tejidos de la zona). Su tamaño es de 1 cm de diámetro o menos y no duele cuando se palpa. Eso es lo que debes sentir si te haces una autoexploración de los ganglios. Los que están ubicados debajo de la mandíbula, en las ingles o en las axilas son los que la mayoría sabemos ubicar, pero hay muchos más.
Los ganglios "se ponen en marcha" cuando hay una infección en alguna parte del cuerpo, por ello si percibimos un ganglio más grande, más firme o con dolor habría que consultar con el médico. Su tacto y su localización ya pueden dar pistas al médico de lo que está ocurriendo en el cuerpo.
LO QUE CONVIENE ANALIZAR EN LOS GANGLIOS
Te habrás fijado que el médico, en un gesto casi automático, suele tocar el cuello (debajo de la mandíbula) cuando hace un chequeo rutinario. Y es que aquellos que están por encima de la clavícula son los que pueden dar más pistas sobre si hay algo que no funciona bien.
Así, una inflamación en el ganglio izquierdo puede indicar un tumor en la cavidad abdominal (estómago o hígado por ejemplo). Y si existe una tumoración en el pulmón puede percibirse un agrandamiento del ganglio derecho.
Pero no hay que asustarse, la inflamación de los ganglios puede darse por multitud de razones que no siempre responden a enfermedades graves.
Cuáles conviene controlar más
- Los ubicados en las axilas, ya que es una zona de drenaje de las mamas. De modo que en las mujeres (siempre que no haya alguna otra razón evidente que justifique la presencia de ganglios a ese nivel) es importante descartar una lesión tumoral en las mismas. De todas formas, también es el lugar de drenaje de las extremidades y, por tanto, cualquier arañazo, herida en las manos, dedos, codos... puede “inflamarnos” los ganglios axilares.
Su localización da muchas pistas de dónde se puede encontrar la posible infección
- En el cuello y los codos también suelen deberse a infecciones leves(o a traumatismos) pero conviene controlar su evolución. En el caso de tener los ganglios del cuello inflamados, la edad de la persona tiene un papel fundamental. En los menores de 50 años casi siempre se debe a un proceso infeccioso de la cavidad oral, de los oídos, del cuero cabelludo... Pero si la persona tiene más de 50 años, y sobre todo, si fuma o bebe alcohol, hay que descartar un origen tumoral.
Los que casi siempre son benignos
- Los ganglios que están en la zona occipital (por debajo de la cabeza) suelen inflamarse por una infección cercana (vírica, en muchas ocasiones). Los que están en la zona preauricular (por delante del pabellón auditivo) o retroauricular (por detrás del mismo) también se agrandan por alguna infección cercana, bien de cuero cabelludo, dentaria, del oído...
- La inflamación o agrandamiento de los ganglios de las ingles casi siempre tiene un origen benigno (infeccioso, generalmente). En los adultos, que midan hasta 2 cm de diámetro se considera normal.
¿CÓMO SABER SI UN GANGLIO ESTÁ “AVISANDO” ALGO?
- ¿Te duele? No suele ser un síntoma que deba alarmarte si el ganglio conserva su consistencia elástica, se mueve y mide menos de 2 cm. Suele ser reflejo de alguna infección cercana.
- ¿Está duro? Que su consistencia sea dura sí es un motivo para consultar con tu médico.
- ¿No se mueve? En caso de tumores suelen engancharse a los músculos cercanos, de forma que no se mueven cuando intentamos desplazarlos tocándolos con los dedos.
- ¿Ha crecido? Un tamaño superior a 2 cm en un ganglio debe examinarse. Y también si permanece inflamado durante más de 15 días.