Beatrice Borromeo, Tatiana Santo Domingo, Alexandra de Hannover, Pippa Middleton, Amelia Windsor... La lista de royals que lleva sus zapatos en Europa resulta casi interminable. Todo comenzó en la pandemia, cuando Beatriz de los Mozos encargó el zapato de sus sueños ("Mitad alpargata mitad veneciana) a un taller artesanal junto a una pequeña producción que se le fue de las manos porque agotó existencias en un abrir y cerrar de ojos. A partir de ahí, todo se aceleró.
Hoy, Flabelus cuenta con 4 tiendas físicas en España, dos en París y uno en Milán, Londres y LIsboa y en enero abrirán en Nueva York. Actualmente, distribuye en 75 países y su facturación se cuenta ya en varios millones de euros. Quedamos con Beatriz, que vive en México junto a su marido belga, aprovechando una visita a Madrid para hablar de una de las firmas patrias con más éxito actualmente.
"Creé Flabelus con mi intuición de usuaria"
- ¿Cómo surgió la idea de crear Flabelus?
- Tengo problemas de espalda y a mí me encantaban las venecianas y las usaba muchísimo, pero siempre me producían molestias. Escribí al propietario de la firma que hace las venecianas más famosas a ver si me podía hacer un pequeño cambio a mis venecianas. El buen señor me respondió diciendo que no podía hacer ese cambio a mi zapato porque era un zapato tradicional que se hacía de una manera determinada. "No puedes pedir al jamón de Jabugo que sea chope", me dijo. Entonces empecé a escribir a empresas españolas de alpargatas. Nadie me respondía hasta que una chica que estaba en la parte de exportación de un taller, debí caerle bien y habló con su jefe, el dueño de la fábrica. Estuvimos trabajando tres meses hasta que me mandaron la primera muestra, poco antes de que España cerrara por Covid. Toda mi familia pensó: "Esto no es una veneciana, esto es algo mejor, un zapato en forma de alpargata pero con los materiales de la veneciana".
- Fue como crear tu zapato a la carta.
- Claro, lo hice todo con mi intuición de usuaria, Flabelus fue mi zapato ideal, como si escribiera una carta a los reyes magos con el zapato que siempre había soñado. Empecé con un pequeño pedido, en pleno Covid, vendiéndolo entre amigos y también mandándolo a tiendas multimarca. Después monté la página web con muchos pedidos de amigos de mis amigos que los habían visto y les habían encantado. El boca a boca fue lo que me hizo despegar. Recuerdo que con la web, el primer mes, había facturado lo que era mi sueldo de abogada de un año en Londres. Ahí fue cuando pensé que la empresa podía ir bien y que tenía que dejar mi trabajo.
- ¿Cómo gestionas ahora una empresa de esas características?
- Ahora ya tenemos un equipo de 30 personas y estoy buscando nuevos perfiles porque no podemos más. Esta semana, por ejemplo, he dormido tres horas por día, literalmente, sobre todo porque gestionamos muchos países y en diferentes zonas horarias.
"En marzo de 2025 vamos a inaugurar nuestra propia fábrica"
- Ese tallercito con el que empezaste se te habrá quedado ya pequeño.
- Claro. No es cuestión de capacidad de producción, es cuestión de organización de la producción. Estamos formando a más personas y estamos montando nuestra fábrica. Tenemos ya la nave, la hemos pintado, la estamos decorando con espíritu Flabelus, tenemos a nuestras señoras que están felices... Inauguramos en marzo de 2025.
- ¿Te imaginabas ese boom cuando empezaste hace 4 años?
- En realidad vives el día a día siempre resolviendo problemas. Y no disfrutas tanto, porque a mí por lo menos todavía como emprendedora me está costando el que el problema no sea más importante que las victorias que conseguimos. Porque al final mi cabeza está resolviendo los problemas en vez de disfrutando de las cosas buenas que han venido, que han sido muchas. Las emprendedoras necesitamos mucho apoyo del exterior y también de nosotras mismas, querernos más, porque es importante estar bien.
- Para ti es importante que sea un zapato realizado de forma artesanal, ¿no?
- Sí pero no solo eso. Nosotros en la fábrica estamos todo el día innovando, probando nuevos materiales. Es muy importante esto porque los materiales están muy en contacto con tu piel. Flabelus, por ejemplo, solo trabaja el zapato con terciopelo 100 por cien algodón porque es fibra natural que te permite mucha más respiración al pie.
"La chica Flabelus es cosmopolita y adora la comodidad"
- ¿Cómo es la chica Flabelus?
- La chica Flabelus es cosmopolita, es alguien que valora la comodidad y que valora la calidad, por supuesto. Le gusta disfrutar de su día a día y se pone las Flabelus porque quiere ir mona y cómoda. Pero es un zapato que adoran todas las generaciones, aquí viene gente muy mayor que busca la comodidad y luego vienen chicas jóvenes que se divierten con los colores, niñas pequeñas... Hemos descubierto, además, que funciona para personas que tienen problemas de piel. El caso más llamativo que hemos tenido, el de una señora que tenía mucha piel del cuerpo quemada y vino a Flabelus pero porque le gustaba mucho y por curiosidad. Se las probó y se dio cuenta de que no le molestaban. Nos mandó un mail precioso contándonoslo.
- Una curiosidad, ¿cuántos Flabelus hay en tu zapatero?
- Pues no muchos, te vas a sorprender con la respuesta. Tendré como unos 10 en total. Soy de las que me los pongo hasta que los termino rompiendo del uso. Intento aprovecharlas hasta el final, me encanta ese concepto.
- ¿Qué sueño te queda por cumplir?
- Uff, muchísimos. El principal es convertir Flabelus en una empresa súper establecida a nivel global y poder estar muy presente en todos los continentes. Quiero posicionarme como unas Birkenstock, por ejemplo.
"Me gustaría que la gente tenga una vibración especial cuando entra en una tienda Flabelus"
- ¿Tu familia qué te dice ante ese éxito comercial tuyo?
- En casa no son muy de piropos. Sé que están muy contentos pero no se pasan el día diciéndomelo. En casa hemos tenido una educación muy particular. Si sacábamos buenas notas jamás nos daban un premio porque ese era nuestro trabajo y punto. La educación y los valores que he recibido son fundamentales para mí. Quizá sin ellos habría triunfado igual pero no sería de la misma manera. Para mí triunfar es la gente de la que me rodeo, tener un entorno fuerte, que mi equipo esté contento, que Flabelus guste, pero no porque sea un zapato muy caro sino porque haga a la gente feliz.
- Estabas trabajando en Londres, ahora vives en México....
- Soy muy internacional, no sé por qué. Mi abuelo era un poco como yo siempre estaba fuera de España. Ahora vivo en México, mi marido es belga... Disfruto mucho con lo diferente, lo distinto, aprender otras culturas. Me enriquece muchísimo viajar, es que te hace entender tantas cosas... Y te vuelve mucho más humano también, porque te vuelve más comprensivo con lo diferente y aceptas todo mucho mejor.
- ¿Has conseguido lo que buscabas cuando surgió en ti esa chispa de crear una firma?
- Lo que quiero es transmitir sentimientos, que la gente tenga una vibración especial cuando entra en una tienda Flabelus y se pruebe los zapatos, estimular de alguna manera la creatividad, las emociones, el amor propio, el soñar. Cuando ves hoy en día los informativos te deprimes, así que puede ser que unos zapatos te hagan sentir un poco mejor. Parece una tontería pero la moda también tiene ese poder de hacer sentir un poco mejor. Te hace ser más auténtico, coger más confianza, imaginar, soñar...
Fuente:https://www.telva.com/moda/tendencias/2024/12/19/675acbeb01a2f137148b45a2.html