Las mujeres que tienen piel mixta saben de sobra que un solo hidratante puede no darle a su piel lo que necesita. Así es como puedes solucionar ese problema.
Cómo hidratar la piel mixta es la gran pregunta que queda cuando tienes áreas que tienden a acumular más grasa y otras que permanecen secas a pesar de aplicar crema sobre ellas. Podría parecer un verdadero dolor de cabeza si esperas conseguir darle todos los nutrientes que necesita con un solo producto, pero la solución podría ser más sencilla de lo que crees y está basada en el equilibrio.
El hidratante que debes usar a partir de los 30 debe ir acorde a tu tipo de piel. Por lo general solemos tener un hidratante especial para el día y otro que aplicamos por la noche. Si tienes la piel mixta o sensible seguramente sepas que una sola crema no deja tu piel brillante y flexible, como debería ser su cometido.
Si este es tu caso, un consejo fácil para tener una piel bonita consiste en invertir en dos humectantes para hidratar tus zonas secas y grasas. Será la mejor solución para un rostro perfecto. Pero antes de entrar de lleno repasamos algunos puntos básicos importantes.
¿Qué es la piel mixta y qué la provoca?
Tener piel mixta significa que tener una mezcla de zonas secas y grasas. Esto puede variar en cada caso e intensificarse con el tiempo; pero por lo general la zona T, que incluye frente, nariz y mentón, tiende a acumular más sebo; mientras que el área de la mandíbula, mejillas y cuello pueden ser más secas.
Existen muchos motivos por los cuales esto puede suceder, en su mayoría tiene que ver con una tendencia genética. Sin embargo, si no es tratado correctamente, algunos productos hidratantes pueden incluso agravar esta situación y es bueno probar diferentes cosas para ver qué resulta mejor para ti, siempre sumando la opinión de un experto. Una solución sencilla es que tengas dos hidratantes: uno para piel seca y otro para grasa.
¿Cómo hidratar la piel mixta?
Lo primero será identificar correctamente las diferentes áreas de tu rostro, cuáles son las secas y cuáles las grasas, para aplicar hidratantes diferentes, especiales para cada zona. Si esto te resulta muy complicado, entonces podrías aplicar de manera general en todo el rostro una fórmula liviana, como las que vienen en geles y son de fácil absorción.
Posteriormente aplicar una crema más espesa (o suero) exclusivamente sobre las zonas que tienden a estar secas. El secreto residirá simplemente en que tengas estas secciones bien identificadas y sepas dónde aplicar los productos para poder conseguir un balance.
Para mejores resultados pon atención a que ambos productos sean compatibles con pieles sensibles para no agravar el problema e irritarla. Eso quiere decir evitar a toda cosa los productos con fragancias. Invertir en cremas dermatológicas puede parecer una fuerte inversión de inicio pero son duraderas y algo que vate totalmente la pena.
