Tomar decisiones es parte de nuestra vida. Elegimos desde qué desayunamos hasta en qué invertimos nuestro dinero. Ahora bien, algunas de estas decisiones son rápidas e inmediatas, otras, requieren de mayor pensamiento y tiempo. ¿Son todas correctas? ¿La intuición es buena consejera? El psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman ha estudiado cómo funciona nuestra mente en lo que a toma de decisiones se refiere y por qué no siempre somos tan racionales como creemos.
¿Cómo tomamos las decisiones? Daniel Kahneman define dos formas de pensar
Daniel Kahneman afirma que tenemos dos sistemas de pensamiento que nos llevan a tomar decisiones. Por un lado, el Sistema 1 es rápido, automático e intuitivo, podríamos definirlo como la parte eficiente que nos permite actuar sin gastar demasiados recursos mentales. Es, por ejemplo, el que te hace frenar el coche sin pensarlo cuando ves que alguien la cruza. Por otro lado, el Sistema 2 es más lento, lógico y requiere esfuerzo, se activa frente a situaciones más complejas, o esos momentos en que necesitamos tomar una gran decisión.
Explicaba Daniel Kahneman que por lo general usamos el Sistema 1, por su eficiencia, pero hay que tener en cuenta que este funciona con atajos mentales, y por lo tanto comete errores.
Los atajos mentales que te llevan a tomar malas decisiones
En su libro Pensar rápido, pensar despacio (Debate), el psicólogo y Premio Nobel de Economía, explica que estos atajos mentales nos hacen tomar decisiones rápidas que, en realidad, necesitarían de un pensamiento más lento. Con este tipo de elecciones, explica el autor, caemos en errores.
Ahora bien, Daniel Kahneman explica que a pesar de ello, lo que él mismo denomina como comodidad cognitiva hace que estemos "contentos" con esas decisiones erróneas influenciadas en muchos casos por emociones, contextos y sesgos mentales (como el del anclaje, que nos hace elegir en función de la primera información que recibimos, aunque sea irrelevante).
¿Cómo tomar mejores decisiones según el experto?
Evitar las malas decisiones pasa, según Daniel Kahneman por algo tan sencillo como ser conscientes de cómo pensamos. Es decir, cuestionemos las primeras impresiones cuando se trata de decisiones importantes, el Sistema 1 habrá sido el responsable de ellas y, como ya comentábamos, no siempre es fiable.
Tampoco debemos confiar en la intuición. Kahneman utiliza el siguiente ejemplo: "La intuición es pensar que sabes sin saber por qué lo haces. Como hojear tres currículums y, sin pensarlo demasiado, elegir al mejor candidato. Como fijarte rápidamente e las tres colas disponibles de cajas para pagar en un supermercado y decidir, sin pensar, cuál es probablemente la que irá más rápido (...) Por supuesto, a veces te equivocarás. Pero, dependiendo de tu nivel de inteligencia emocional, no tan a menudo como crees".
Recurre a tu experiencia en situaciones anteriores antes de tomar decisiones rápidas o recurre al "método de la referencia externa".
Fuente:https://www.telva.com/bienestar/psicologia/2025/04/21/68060a5e02136e14248b459b.html