Monica Aurell siempre ha tenido vena emprendedora. A los 15 años se apuntó a un taller de costura y a los 18 empezó a coser vestidos para sus amigas cuando tenían algún evento. Tras estudiar la carrera de diseño de moda en IED Barcelona la fichó Inditex y durante cuatro años formó parte del equipo de diseño de Oysho. "En 2019 decidí dejar mi trabajo y renunciar a la estabilidad para volcarme en mi proyecto, así surgió BAYMO", explica. La idea no fue repentina, cada vez que Monica tenía una boda al no encontrar ningún vestido que le convenciera, "buscaba algo original y sencillo pero con ese toque que hace que el look sea diferente", terminaba comprando tela y creando su propio diseño. "Cada vez que llevaba mis vestidos a un evento me preguntaban por ellos. Mis amigas y conocidas empezaron a pedirme vestidos. Llegó un punto que los encargos eran tantos que se me fue de las manos. Ahí me di cuenta de que podía convertir mi hobby en mi propia marca". Y así fue, "casi cuatro años después hemos vestidos a más de 5000 invitadas y tenemos muchísimos proyectos entre manos", afirma, invadida por la misma ilusión que el primer día.