Halmma abrió sus puertas hace unos meses en el número 47 de la calle Barquillo (Madrid). Aunque desde el exterior nadie se imagina lo que hay dentro, nada más acceder a este templo del bienestar logras una desconexión y un estado de relajación absolutos. ¡Es una experiencia mágica! El espacio muestra una cuidada decoración, con un juego de luces tenues, telas que se adaptan al cuerpo, y mucha calma, lo que para sus propietarios supone una terapia para el alma. Ofrece una carta de masajes exquisitos en los que el agua es protagonista de principio a fin, y el hilo conductor durante todo el tratamiento. Agua que se presenta en formato manantial, como espuma, en una pequeña piscina o como un bosque, porque hay mil maneras de sentir su poder en este lugar. Leire García, masajista del centro, nos explica que "la experiencia implica olvidarse del ser adulto que somos, y dejar que salga el niño que llevamos dentro. Disfrutar de todas las sensaciones que se tienen desde que se cruza la primera puerta, porque son un auténtico juego para los cinco sentidos".
Halmma, una experiencia de bienestar personalizada para cada cliente
Porque Halmma no se puede definir como un simple centro de masajes; es una auténtica filosofía, en la que todo está personalizado para cada cliente, desde la cabina donde se realiza el cambio de ropa -es imprescindible llevar traje de baño-, a toda la experiencia que continúa, que posee una duración mínima de 60 minutos-."No te cruzas con nadie durante el camino, y eso hace que te sientas especial. Para nosotros cada cliente es único, por lo que las experiencias son cien por cien individuales. Además, siempre hay una persona que te acompaña en ese camino. Aquí hay empatía, y el masajista sabe interpretar el estado en el que viene cada persona para darle lo que busca", añade Leire.
Los productos que emplean, tanto los aceites para el masaje como el incienso que ambienta el escenario, se han confeccionado expresamente para Halmma, según confirma Leire, "todos son especiales para nosotros, por ejemplo, el jabón tiene una peculiar esencia a nenúfar".
Por supuesto, no podemos hablar de Halmma sin referirnos a su exquisito y delicioso interiorismo, que consigue que el cliente entre en ese estado de bienestar perfecto. Obra del arquitecto Jesús Castillo Oli, no tiene nada que ver a lo que estamos acostumbrados en un spa o un hamman tradicional. ¿Por qué? Cuida los pequeños detalles tales como paredes de ladrillos, lascas de pizarra, piezas de cobre, objetos de artesanía, una iluminación tenue o una estructura de piedra a modo de camilla entre otras cosas.
La carta de masajes: mezcla de técnicas y estímulos sensoriales
En cuanto a los masajes, han tardado más de dos años en darles forma porque son totalmente diferentes a lo tradicional. "La clave está en la mezcla de muchas técnicas. Aquí lo importante es cómo lo hacemos, el mimo que ponemos y la presión que va progresivamente", puntualiza Leire. El tratamiento estrella es Inunda, "la energía del inunda es algo único y si es a cuatro manos es otra dimensión. Los expertos se compenetran hasta tal punto que crean una coreografía con la misma presión". Son ejecutados capa a capa y en cada punto del tratamiento entran en juego los estímulos sensoriales.
Pero, en realidad, es mejor no desvelar demasiado sobre los tratamientos para mantener el factor sorpresa. Aunque no podemos terminar este artículo sin hacer tres menciones especiales: la relajación de los peces que te encuentras en el camino, la sensualidad de las telas suaves y diferentes - allí no existen las toallas- con las que te envuelven, y la relajación de dejarse lavar el pelo al final...
Dónde: Barquillo, 47. Tel. 910 30 11 35. www.halmma.com
Fuente:https://www.telva.com/bienestar/2024/01/12/6596746001a2f16c278b45b4.html
