Especialistas afirman que la cuarentena pudo haber causado deficiencia de vitamina D en muchas personas. Y que su administración en pacientes con covid mejoró los resultados de los tratamientos utilizados en internación.
Según la Dra. Beatriz Oliveri, médica especialista en osteoporosis, es probable que con el confinamiento mantenido durante buena parte del año, un alto porcentaje de la población presente niveles disminuidos de vitamina D. Esto ocurre "ya que la fuente principal de la vitamina D es la síntesis en piel por efecto de la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol", aclara la médica, también directora asociada de Mautalen Salud e Investigación.
"Actualmente, sumamos dos factores de riesgo: la reclusión desde el mes de marzo, con menor exposición solar, y, además, que la radiación UV del sol disminuye sustancialmente en otoño e invierno, llegando a 20-25% de la que hay en verano en Buenos Aires. Por lo tanto, hemos sintetizado poca vitamina D durante casi todo el año, aunque nos hayamos expuesto al sol", explica Oliveri.
Riesgo de carencia en adultos mayores y mujeres
La médica agrega que "hay grupos que pueden tener un riesgo aumentado de deficiencia de vitamina D: uno a destacar es el de los adultos mayores, ya que con el envejecimiento disminuye la capacidad de sintetizarla en la piel a una tercera parte de lo que ocurría cuando se era joven".
En estudios realizados en la ciudad de Buenos Aires al final del invierno, se observó que entre el 65 y el 80% de los adultos mayores de 65 años que no recibían vitamina D, presentaban deficiencia, prevalencia que aumentaba a 85-95% en aquellos institucionalizados en geriátricos.
"También medimos sus niveles en época invernal en mujeres posmenopáusicas que consultaron para conocer su salud ósea, y si requerían tratamiento para osteopenia y/u osteoporosis, y se observó deficiencia de vitamina D en el 48-65 % de los casos", añade la especialista.
Qué alimentos aportan vitamina D
Oliveri explica que en realidad hay muy pocos alimentos que aportan vitamina D, entre ellos los pescados grasos (salmón, arenque y atún), huevos, hongos y los fortificados como los lácteos enriquecidos.
"La herramienta disponible para alcanzar niveles adecuados es la suplementación", afirma la doctora. "En este momento, en la Argentina, se comercializa en diferentes presentaciones: gotas, cápsulas, soluciones oleosas; con diferentes dosis y posibilidades de periodicidad de administración: diaria, semanal, mensual, cada 2 o 3 meses, según se requiera", añade.