El mindfulness es una gran herramienta para controlar el estrés, incrementar la resiliencia, propiciar el bienestar y mejorar las relaciones interpersonales.
Mindfulness, ¿qué es? La palabra del millón de dólares que escuchamos en todos lados desde hace unos años. Si lo tradujeras literalmente, mindfulness significa atención plena, o sea enfocar todos tus sentidos en el momento que estás viviendo ahora. El mindfulness es una gran herramienta para controlar el estrés, incrementar la resiliencia, propiciar el bienestar y mejorar las relaciones interpersonales.
Puedes practicar mindfulness en cualquier momento pero, sobre todo, cuando el cuerpo te da ciertas señales inequívocas de que estás agotada mentalmente. El insomnio recurrente es una de las más importantes; quiere decir que ni para conciliar el sueño puedes darle calma a tu mente. También pon atención a qué tan cansada, irritable, triste o bajoneada estás sin razón aparente. Puede ser que tengas dolores de cabeza y contracturas muy seguido o que, de la nada, sientas palpitaciones. Todas son señales de lo mismo: tu paz mental no está equilibrada.
Nuestra mente es experta en el pasado o en el futuro, analizando cosas que ya pasaron o cosas que ni siquiera se han presentado. Estar en el presente y ser consciente es la manera más clara de entender la utilidad o inutilidad de cada pensamiento. Centrarte en el presente es esencial para aligerar el estrés que te causa perderte entre el pasado y el futuro tantas veces al día. Por ejemplo, ¿sabías que respiras en promedio 20 mil veces al día? Veinte mil. ¿Cuántas de esas haces conscientes?
Nuestra mente es la única responsable de nuestro bienestar. Todo está en nuestro cerebro, por eso, si aprendes a calmarlo y a centrarlo en el aquí y el ahora, cambiará tu forma de ver la vida y de enfrentar los problemas diarios. Tus pensamientos y la conversación contigo misma definirá tu nivel de estrés. Por lo tanto, lo que te pláticas definirá tu estilo de vida. Cuando enfrentas el estrés de manera positiva estás confiando en ti misma para manejar los desafíos de la vida y esto te da mucho poder: tu estrés se convierte en tu aliado, sin provocar ansiedad a tu cuerpo.
Reducir el estrés y a través de la respiración interrumpir esta reacción que tenemos en nuestro piloto automático es una gran forma de self care. Aquí te dejo una práctica de mindfulness que es muy sencilla y eficaz. Con pocos minutos al día para crear el hábito, ¡la idea es hacer de estos momentos una rutina diaria!.
Si en algún caso pierdes la concentración, o empiezan a llegar pensamientos – tareas, no te preocupes, deja que los pensamientos pasen por tu mente, imagínalos como una hoja volando en el aire, no una piedra cayendo en tu cabeza.
Pon en tu plan de la semana estos espacios para practicar con fecha, hora y alarma, te garantizo que si eres constante y consciente del aquí y el ahora empezarás a ver las mejoras.
