Estrés y eustrés son dos versiones de un mismo tema. Ambos tienen una misma respuesta fisiológica, pero uno perjudica la salud (física y mental) y el otro no.
El estrés se ha convertido en parte de nuestras vidas, pero a pesar de su mala fama tiene también un lado positivo, mucho más desconocido. Su nombre: eustrés. Incluso cuando las circunstancias nos ponen a prueba, nos inundan las emociones negativas y hasta los espíritus más sosegados se sienten como una olla exprés a punto de hacer saltar la espita… hay mecanismos que nos permiten salir airosos de ese trance e incluso hacer revertir ese sentir. Es ahí donde entra en juego el eustrés: “se trata de la adaptación de forma positiva a una situación excepcional de amenaza o de otro tipo que requiere más esfuerzo», explica la doctora Isabel López Cotorruelo.
En este sentido, la psicóloga Rosana Pereira, directora de Haztúa y especialista en psicología positiva explica que las personas interpretamos los sucesos de la vida diaria considerando si tenemos recursos para afrontar la situación (entonces tenemos eustrés) o si somos incapaces y nos supera. En ese caso, se genera distrés (lo que comúnmente entendemos por estrés).
Cuando estás acostumbrado a pensar de una forma, cambiar de idea no es tan fácil. Pero se puede. Lo primero es tomar conciencia y luego parar ese diálogo interno, muchas veces inconsciente, que nos machaca con la idea de no ser capaces
Va a depender mucho de la explicación que nosotros elijamos darnos (porque esto lo elegimos cada uno) del suceso concreto
Es un poco como ese impulso que nos hace evolucionar. Hay como una sensación de estar seguro, de querer intentar…
En lugar de repasar todo lo que puede salir mal, pensar en todo lo que se ha hecho bien o puede llevar poco tiempo. También ayuda aferrarse a la sensación de poder contar con nuestras personas queridas
Según Rosana Pereira, la psicología toda la vida se ha enfocado en el trastorno, en lo que va mal, pero también se puede enseñar a la gente a que su vida sea más agradable. “Se ha demostrado científicamente que cuando tú eres agradecido y agradeces lo que tienes en lugar de enfocarte en lo que te falta, tu vida es mucho más grata. En definitiva, en lugar de llegar al 'estoy normal, ni bien ni mal', se trata de hacer por estar lo mejor posible. Y eso son decisiones que se toman a diario; y también hábitos.