Domec, una de las principales fabricantes de electrodomésticos de la Argentina, fundada a principios de 1948 a partir de la producción de cocinas a gas que luego siguió con calefones instantáneos, estufas, termotanques a gas y cocinas comerciales, acordó con el gremio un esquema laboral con un día menos de trabajo para soportar la fuerte caída en las ventas de la empresa en los últimos meses.
De hecho, en los primeros diez meses de este año acumula pérdidas por $286 millones contra una ganancia de $272 millones de igual período del 2023, sufriendo además una caída de su margen de utilidad dado que la situación del mercado no permitió que se trasladen en su totalidad a los precios de venta los incrementos de los costos de producción.
Así, en un escenario complicado, la compañía debió firmar un acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), considerando la disminución de la demanda, en el cual se planteó reducir el plan de producción y se acordó suspender la actividad un día por semana a partir del 22 de noviembre pasado y hasta el 3 de enero próximo, hecho que impactará en el próximo cierre de balance anual.
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EL INFORME DE DONEC
El directorio de Domec acaba de presentar un informe de situación a la Comisión Nacional de Valores (CNV), en el que se hace referencia al escenario económico en general, con altos índices de inflación, reducción del crédito para el consumo y pérdida del poder adquisitivo de los salarios, combo que no logró reactivar el nivel de actividad a los volúmenes esperados.
En ese sentido, entre mayo y octubre pasados y comparados con igual período del ejercicio anterior, el nivel de actividad de Domec refleja un incremento de las unidades facturadas, superior al 12%, en tanto que los pesos facturados no muestran la misma tendencia, lo que evidencia que la evolución de los precios durante el año fue inferior a la inflación de ese período, la que alcanzó un 193%.
Por el lado de los costos de producción y a raíz del alto impacto inflacionario, sumada la devaluación del tipo de cambio de diciembre de 2023, se incrementaron sustancialmente, no habiendo podido trasladar dicho incremento a precios en su totalidad.
«La evolución comparativa en unidades refleja en el balance un pequeño rebote de la caída sufrida en años anteriores, aunque sin alcanzar aún los volúmenes deseados», asegura el reporte de la compañía.
«En relación con las cifras del Estado de Resultados Integral Intermedio, se observa que, pese a incrementarse levemente las unidades facturadas, en moneda constante el valor promedio unitario de venta ha disminuido respecto del período anterior equivalente, reflejando que la inflación superó los incrementos de precios», agrega el documento.
A esto debe agregarse el incremento sostenido de los costos de producción y la dificultad de lograr que las inversiones financieras no se vean resentidas respecto de los índices inflacionarios.
En conclusión, el resultado del período arrojó una pérdida de $763 millones, sobre una venta de $6.158 millones, y muestra las dificultades que la empresa está atravesando a raíz de la transformación de las medidas económicas adoptadas por la nueva gestión de gobierno.
Sin embargo, desde la compañía aseguran haber logrado mantener la participación de sus productos en el mercado tradicional, y continuar sosteniendo vigente su política de desarrollo de nuevas líneas de productos, así como también de mejoramiento de los actuales modelos, tal como asegura José Luis Terragno, presidente de Domec.
Con respecto a las medidas adoptadas por el Gobierno para atravesar este momento, la de mayor contundencia fue la disminución sustancial de los índices inflacionarios, ya que operar en un escenario de estabilidad monetaria facilita la gestión y mejora la confianza de los consumidores.
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De todos modos, en la empresa reclaman a las autoridades nacionales que comiencen a instrumentar la disminución o eliminación de impuestos, «que distorsionan y encarecen notablemente los costos, como también la simplificación o eliminación de gestiones que representan altos costos administrativos».
Además, señalan que el sinceramiento de las tarifas de servicios públicos a raíz de la disminución de subsidios y el incremento de los precios de la canasta básica impactaron negativamente en la capacidad adquisitiva, por lo que aún no se observan mejoras en la economía doméstica, lo que dificulta la tan esperada reactivación del mercado y aumento del consumo.
