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El Efecto: Belmondo, el artista plástico de la Mesa de los Galanes

 

Rodolfo Perassi se pasó la vida en bares. Desde el que era propiedad de su padre en la zona del parque Urquiza, pasando por el Lido y el Odeón del microcentro rosarino, al clásico El Cairo, donde formaba parte de la mítica Mesa de los Galanes junto a su amigo Roberto Fontanarrosa y varios parroquianos más. A punto tal que la actual icónica mesa que recuerda al Negro en el recinto de Sarmiento y Santa Fe es creación del propio Perassi.

El apodo “Belmondo” -por un parecido con el actor francés- lo acompaña desde su adolescencia, cuando cuenta que estaba algo “perdido”. Aunque el rugby lo encaminaba finalmente encontró el rumbo a partir del arte. Ingresó en la Escuela Provincial de Artes Visuales y entre 1972 y 1988 se formó con Julián Usandizaga, Pedro Sinópoli y Juan Grela; con este último colaboró en la creación de una obra majestuosa: La Mural.



Trabajó varios años como diseñador en una vidriería, que le abrió las puertas para exponer sus obras en Italia, y luego se sumarían otros destinos. Aunque manifiesta que nunca fue bueno para promocionarse en otros países. Por eso, y por su cariño hacia Rosario, permaneció siempre en su ciudad y desde hace casi dos décadas se desempeña como curador en el Centro Cultural Parque de España.

A propósito de una muestra en el Museo Estévez, la periodista y escritora Beatriz Vignoli describió el estilo de Belmondo de la siguiente manera en una crítica publicada en Rosario 12: “Son obras que desafían los límites entre las disciplinas de la pintura y la escultura. Algunas cuelgan de la pared y otras se posan en pedestales. Pero todas poseen, en lugar del clásico lienzo tensado, una estructura de recovecos y topografías que Perassi construye a partir de desechos y que luego pinta en combinaciones entonadas de colores, con formas abstractas pero alegóricas (en algunos casos) de la historia no oficial del presente”.

Obra con Grela

Uno de los grandes maestros de Perassi, fue el reconocido pintor Juan Grela (nacido en Tucumán, pero rosarino por adopción), con quien colaboró en una emblemática obra: La Mural. «Los miércoles iba a pintar con él», recuerda Belmondo, y sobre la pieza artística detalla: «Está conformada por ciento y pico de vidrios y tiene un total de 23 metros cuadrados«.

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El colosal trabajo demandó 18 años, desde 1971 a 1989, aunque nunca fue recién en 2013 cuando se expuso por primera vez al público. Para que finalmente vea la luz, Perassi propuso en el CCPE realizar una muestra con obras inéditas de Grela. Así fue que los rosarinos pudieron conocer el trabajo más impresionante del genial pintor.

Curiosamente, actualmente la obra -desmantelada- se encuentra guardada en cajas en la casa del propio Perassi. «Me pidieron que la guardara», explicó el alumno de Grela.

Mesa de los Galanes, creador e integrante

Si algo tenían en común Fontanarrosa y Perassi (aparte de la inclinación artística) es su gusto por frecuentar bares. Cuenta Rodolfo que la relación comenzó en el ámbito de la publicidad, donde ambos se desempañaron un tiempo, y luego se trasladó a las canchas de fútbol de Club Universitario. Luego sí, como comenzaron a coincidir en El Cairo.

Así, la Mesa de los Galanas “empezó como un encuentro casual, teníamos amigos en común y nos empezamos a encontrar. Llegábamos generalmente a las 19.30. Al principio no había un lugar fijo, hasta que después no empezamos a juntar en una mesa”.

“Se fue haciendo un ritual. Podíamos ser dos o doce, y después se podía volver a sumar gente. Los temas eran variados. La pasábamos muy bien”, recuerda con nostalgia Perassi.

 

Tras la muerte del alma mater de la Mesa, el Negro Fontanarrosa, le propusieron a Belmondo hacerle un homenaje a su amigo, fue así como se le ocurrió crear una mesa especial. La inspiración surgió de una historia que tuvo lugar durante la dictadura militar, cuando cierto periodista apuntó al aire que en El Cairo se juntaban los “zurditos”. Es así como los uniformados fueron a buscarlos, y tras pasar una noche en la cárcel, Fontanarrosa se defendió diciendo que allí “solo se hablaba de fútbol y mujeres”.

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“Esa síntesis me sugirió dividir la mesa con los colores rojo y negro y azul y amarillo, con una proporción exacta. Y las patas son piernas de mujer con tacos”, define la mesa su creador. Por supuesto que “hablábamos de todo”, hizo justicia Perassi.

Sus encuentros trascendieron el bar y se pasaron a las hojas de los libros de cuentos del Negro. Así, Belmando se transformó en un personaje de esos relatos de Fontanarrosa, así como otros integrantes del grupo. Pero el artista plástico siempre lo vivió con naturalidad y simplemente menciona: “Me divierte lo que cuenta el Negro”. Salvo cuando cambiaba los resultados de los partidos entre leprosos y canallas que hacían entre la barra de amigos. En la realidad, siempre los ganaba Newell’s, deja asentado Belmondo.

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