El Gobierno busca mediadores internacionales para liberar a Nahuel Gallo, gendarme secuestrado en Venezuela, mientras enfrenta limitaciones diplomáticas y cree que se encuentra detenido en un centro de torturas. Un funcionario argentino reveló “mucho no se puede hacer, tenemos las manos atadas” y agregó “no podemos iniciar una guerra contra Venezuela”.
Desde Casa Rosada entablaron comunicación con la esposa del detenido, María Alejandra Gómez, y sus familiares que aconsejaron iniciar acciones legales a través de la intervención de un abogado por la situación que atraviesa el gendarme que viaja a Venezuela a visitar a su familia.
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Mientras tanto, el canciller Gerardo Werthein activa la búsqueda de mediadores entre Colombia, Francia y Brasil, para replicar lo que ocurre con los asilados en la embajada argentina en Caracas, quienes se encuentran bajo la tutela del presidente de Brasil, Luiz Inació Lula da Silva.
Esto se debe a que Maduro se niega a entablar diálogo con el gobierno libertario, enemistado desde su autoproclamada reelección. Sin embargo, el funcionario lo hace con algunos limitantes, ya que en plena reorganización de la cancillería tras la salida de Diana Mondino, aún no nombró al encargado de llevar adelante de las negociaciones en Latinoamérica, tampoco a un vocero para cotejar la información.
Otro de los ministerios al frente de las conversaciones es Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, quien designó para la tarea al director de relaciones internacionales, Alberto Forigh.
El domingo, Bullrich reveló que el miembro de escuadrón de Gendarmería en Uspallata se encontraba en la base de Táchira, localidad a la que habría aterrizado por tierra tras llegar en avión a Colombia para abaratar el costo del pasaje, el director de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad, Fernando Soto, sostuvo que Gallo se encuentra en el Helicoide, el centro de torturas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.
“Es un tema grave internacional porque es un secuestro. Si fuera en la dictadura militar que tuvimos en la Argentina, es un desaparecido, porque si bien hay información que dice que está en el Helicoide, oficialmente no hay ninguna respuesta”, sentenció el funcionario.
El gendarme que viajó a visitar a su hijo Víctor, de dos años, y a su esposa, que residen en Venezuela desde hace siete meses a raíz de un problema de salud de su suegra, lo hizo de “la forma más barata posible” y para eso se trasladó de Chile a Bogotá y después a la frontera, en un remis. Esto llamó la atención de las autoridades de migraciones en la frontera entre Venezuela y Colombia, y procedieron a su detención al acusar al gendarme de ser un espía enviado por el gobierno argentino.
“Le sacaron el teléfono y se lo revisaron. Vieron los mensajes de la mujer y le decían, ‘esto es una dictadura’, ‘esto es un desastre’, ‘el país se va a desmoralizar’, cosas por el estilo. Entonces lo detuvieron. También detuvieron al remisero. Es algo terrible, porque hay una venganza con Argentina”, detalló Soto.