El Hospital «Profesor Doctor Juan P. Garrahan» es el centro pediátrico más importante del país y una referencia a escala internacional, pero sus trabajadores tuvieron que iniciar este martes un nuevo paro de 48 horas para reclamar una actualización salarial que les permita superar la línea de pobreza. La medida de fuerza además forma parte de un plan de lucha que intenta visibilizar los ataques a la salud pública.
“Estamos empezando un paro de 48 horas que concluirá a las 7 del próximo jueves. Es el quinto que hacemos en los últimos meses a raíz del desastre salarial que padecemos. Se han hundido los salarios de todas las profesiones, disciplinas y tareas que se desarrollan en el hospital, que es de alta complejidad, con miles de trabajadores y trabajadoras. Todo está yendo hacia una situación insostenible”, explicó el secretario general de la Junta Interna de ATE en el Garrahan, Alejandro Lipcovich, este martes en declaraciones a Conclusión.
La medida de este martes incluirá una movilización a la Plaza de Mayo, en la Ciudad de Buenos Aires, en unidad con los profesionales del Hospital Laura Bonaparte, que denuncian que el Gobierno nacional busca cerrar la institución especializada en salud mental y consumos problemáticos.
En el caso del Garrahan, solo basta con observar las estadísticas internas del propio centro médico para darse cuenta del golpe crítico que se le está propiciando al esquema de salud pública en su integralidad. En el 2023, dicho Hospital atendió unas 668.417 consultas ambulatorias y casi 27 mil internaciones, pero también realizó 10.367 cirugías, con 118 trasplantes.
Estadísticas internas del Hospital Garrahan (Fuente: https://www.garrahan.gov.ar/hospital/estadisticas).
Tal detalló Lipcovich, estas tareas son efectuadas diariamente gracias a unos 4.000 trabajadores de planta, a los que hay que sumarle el personal de residentes, tanto de Nación como de Caba y becarios. “Acá hay miles y miles que trabajan todos los días de forma ininterrumpida. Se hacen las acciones más complejas de pediatría que se practican en el país y está en riesgo porque hay profesionales que si no reciben una remuneración justa, van a buscar empleo afuera”, alertó.
“Los profesionales que trabajan acá -acentuó- tienen un nivel altísimo de formación, muchísimos años de estudio. La propia práctica profesional en un hospital de estas características es formativa de toda la vida laboral, porque se ven enfermedades poco frecuentes; casos complejos; y mucho más. En ese marco, que tengan que renunciar para buscar otros empleos mejor remunerados o con mejores condiciones de trabajo, es una especie de descapitalización del hospital terrible. Termina siendo un crimen social, porque esas cosas que se pierden luego cuesta mucho esfuerzo y tiempo recuperarlos”.
La lógica planteada por el secretario general de la Junta Interna de ATE en el Garrahan es clara: la alta complejidad es posible porque el centro pediátrico cuenta con el personal correspondiente. Si continúa la merma de personal y se busca atender las mismas situaciones con un menor número de recursos, el funcionamiento será inviable.
Los salarios no alcanzan
El pasado 3 de octubre los trabajadores del Garrahan cobraron un bono de 500.000 pesos. Fue, por un lado, un logro de las medidas de fuerza realizadas anteriormente, pero también el intento infructuoso de parte de las autoridades de anular protestas futuras. Esto último no sucedió porque el personal entiende que ninguna suma extraordinaria y por única vez logrará compensar la pérdida de poder adquisitivo que registran los salarios que cobran mensualmente.
“Nos vienen aplicando la pauta salarial que acuerda el gobierno de Javier Milei con UPCN a espaldas de los trabajadores. Eso llega al nivel grotesco e indignante de 1% suba para este mes. Sobran las palabras para exponer qué implica eso sobre nuestro salario. Una enfermera con título de licenciada universitaria que arranca en el hospital no llega a los 800 mil pesos de asignación básica y la canasta de pobreza está en 1.000.000 de pesos, la familiar se ubica en el doble”, lamentó Lipcovich.
“Por empezar a trabajar en el Hospital Garrahan se es pobre desde el principio. Nos parece que es algo completamente inaceptable”, concluyó el gremialista.
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