La industria santafesina atraviesa meses difíciles, marcados por un desplome de ventas y altos costos de producción, a lo que ahora se suma la preocupación por posibles cortes energéticos y por la cada vez mayor presencia de productos importados en el mercado interno. Desde el sector advierten que, si la situación no mejora, muchos empresarios podrían verse obligados a “reestructurar” sus compañías y el fantasma de cierres y despidos –que hasta el momento había sido exorcizado por la “enorme responsabilidad” de los industriales– amenaza con agudizar aún más la crisis.
En diálogo con Conclusión, el tesorero de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) e integrante de la junta directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA), Mariano Ferrazzini, informó que en julio el sector fabril de la provincia usó aproximadamente el 60% de su capacidad instalada, mostrando una leve recuperación con respecto a junio, donde sólo se puso en marcha el 50% de las máquinas y equipos industriales.
“Son números muy duros, tener el 60% de la capacidad instalada en producción es verdaderamente bajo. Si este va a ser el piso, seguramente habrá empresas que estén reconsiderando sus planes futuros”, apuntó el industrial, quien señaló que, tanto para Fisfe como para la UIA, la salida de esta crisis es “con más valor agregado, más trabajo y más empleo”.
Sin margen
Según explicó el referente industrial, el sector fabril viene atravesando contextos complicados: “El 2023 fue muy difícil por la sequía, y este año comenzamos muy mal. Tenemos una caída de producción acumulada de casi el 10%, que es sostenida por algunos sectores que tuvieron buen desempeño, como la molienda de oleaginosas, sino el número sería aún peor”.
Y agregó: “Cada vez que llega una nueva administración se plantea cuál va a ser el escenario y las nuevas políticas, pero creo que esa instancia está superada. Hoy estamos atendiendo la crisis de la baja de ventas y los considerables aumentos de los costos de producción. El 73% de las ramas industriales en Santa Fe presentaron caídas en la actividad, aún en el mes de julio. Son números muy difíciles de asimilar y significan no poder sostener ni siquiera los costos fijos. Si esto va a ser definitivo, las decisiones lamentablemente se van a ir tomando y van a ser difíciles”.
En cuanto a los despidos y suspensiones de trabajadores, Ferrazzini anticipó: “Hasta junio, por la enorme responsabilidad del sector industrial, no veíamos un impacto tan fuerte en el sector del trabajo. A partir de julio, agosto, septiembre, aquellas industrias que no tengan una perspectiva de cambio analizarán de qué forma rearmar o reestructurar su producción y sus empresas”.
“En el rubro de la madera –añadió– las caídas han sido enormes, en indumentaria y calzado el impacto es muy fuerte, pero la verdad es que hay otros sectores que buscaron mercados alternativos. Hoy todos estamos buscando alternativas para paliar la situación, pero consideramos analizar si la caída de ventas y el aumento en los costos de producción va a ser de mediano plazo o algo que podamos atravesar en uno o dos meses más”.
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El integrante de Fisfe expresó, además, que las industrias nacionales están muy ligadas al mercado interno y la creciente oferta de productos importados –provenientes, principalmente, de Asia o Brasil–, representan una fuerte competencia que las pone en riesgo.
La generación de empleo como objetivo
Sobre el modelo productivo que propone el gobierno de Javier Milei, Ferrazzini observó: “Aparentemente, se busca la primarización de la producción, pero creemos que allí no está la respuesta a los problemas del país. Traíamos situaciones muy complejas al inicio de esta administración, pero entendemos que la salida es con más trabajo y con más gente en la formalidad”.
Al ser consultado sobre la reforma laboral incluida en la Ley Bases, el industrial consideró que soluciona un problema para el sector, pero admitió que no era lo prioritario en este contexto de caída de producción: “Apunta a solucionar algunos problemas de litigiosidad, que en Argentina es alta y cada vez que uno va a contratar a una persona es algo que tiene en mente. Pero si no movemos la economía y empezamos a facturar, la creación de puestos de trabajo no va a ocurrir”.
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Y manifestó: “Nos preocupa que no hay políticas industriales ni de generación de empleo real. Todos estamos de acuerdo en que hay que equilibrar las cuentas públicas, pero si no entendemos cómo la Argentina va a facturar y generar riqueza, entonces el ajuste va a ser infinito”.
Procupación por la energía
Días atrás, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, habló con Radio Mitre y recordó que “en los últimos tiempos no hubo inversiones” para fortalecer el sistema eléctrico, y si en el verano hay una gran demanda de energía podría haber faltante de este recurso, lo que obligaría a “programar cortes y hacer acuerdos con los sectores productivos, como el industrial”.
El referente de Fisfe se hizo eco de esta declaración y apuntó: “Hasta hace unos días solamente sabíamos lo que había comunicado Francos, sin mayores precisiones. En la última semana empezaron a haber algunas charlas para ver cómo se puede afrontar esta situación, que es de arrastre, porque el sistema de distribución de la energía en Argentina, en altas temperaturas, siempre está al borde del colapso. La falta de inversión le hace cada vez más daño”.
Ferrazzini aseguró que, en caso de concretarse, los cortes energéticos “impactarán negativamente” en el sector, y pidió que el Gobierno Nacional “dé precisiones”. “Cuando sepamos cómo van a ser los cortes, vamos a poder ir analizando cuál va a ser el impacto en el sector industrial, pero, sin lugar a duda, esto va a afectar a las empresas, que ya vienen trabajado bastante menos en la provincia de Santa Fe. Venimos escuchando que, aparentemente, están buscando algunos consensos con grandes consumidores para bajar el uso de energía en horarios picos, pero no tengo mucha más información que esa”, detalló.
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El integrante de Fisfe indicó también que con la Empresa Provincial de la Energía (EPE) hay “contacto permanente”, principalmente en el verano, para analizar el estado de las líneas ante las altas temperaturas, mientras que aseguró que este organismo no tuvo mucho que hacer ante el fuerte aumento que registró la tarifa de luz en los últimos meses.
“El aumento de energía –señaló Ferrazzini– fue muy importante y se dio, principalmente, por quita de subsidios a nivel nacional. Para la industria tuvo un impacto directo, pero la EPE compra y vende la energía, no tiene demasiadas posibilidades de subsidiarla u ofrecernos un precio diferencial. Hemos intentado gestionar ante la distribuida algunas alternativas, como revisar los contratos a la baja de forma excepcional, sobre todo por la caída de la actividad, pero no lo hemos logrado. Sin embargo, si estos bajos niveles de producción se sostienen, vamos a tener que presionar mucho más sobre instancias como estas”.