Hay muchas historias que han sido documentadas como asesinatos expresos a periodistas identificados y que han sido atacados o han sufrido agresiones durante operaciones militares israelíes. Esto por supuesto resalta el riesgo inminente de su labor más que en cualquier lugar del mundo. La región ha sido escenario de conflictos y guerras muy prolongadas, lo que aumenta el riesgo para los periodistas que quieren ser realmente la voz de los pueblos oprimidos, de sus propios pueblos sufridos en una guerra de exterminio que ejerce la entidad sionista en su contra.
Aniquilar la narrativa palestina, borrar a fuerza de bombas la documentación en primera persona de la deshumanizante masacre. Los periodistas suelen estar identificados, sin embargo, esto no siempre les garantiza protección. La guerra que lleva a cabo Israel, no le da brinda lugar a nada ni a nadie, no hay perdón para periodistas, civiles, niños, mujeres ni ancianos. Es una guerra de exterminio, y como muestra basta la devastación de Gaza. “Israel tiene la intención de ocultar lo que ocurre, de sofocar aún más la voz de estos pueblos que no tienen voz”, indicó la destacada periodista libanesa Wafica Ibrahim en dialogo con Conclusión.
Hubo casos de ataques contra periodistas que claramente estaban referenciados y vestidos con sus cascos, sus chalecos y con sus autos que llevan un letrero grande que dice prensa y, aun así, han sido objetivos de acciones militares y represivas. “Así ha pasado con nuestros colegas de Al Mayadeen, el 21 de noviembre de 2023 la reportera Farah Omar y el camarógrafo Rabih Me’mari fueron asesinados. Lo que ocurre es que hay un entorno internacional en donde la impunidad de Israel es prevalente, es muy evidente. Los ataques a la prensa pueden ocurrir en este caso, sin consecuencias. No temen a ninguna sanción, no temen nada. Si cualquier país comete lo que comete Israel, ya estaría siendo invadido por ejércitos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.
Con Israel esto no ocurre; y, esto, de por sí, aumenta la vulnerabilidad de los trabajadores de la prensa que son en realidad luchadores por la verdad de sus pueblos. “Muchas veces, los periodistas son el pueblo como tal; sobre todo, a partir del uso de las redes sociales la gente documenta cosas que ocurren delante de sus propios ojos y las publican en las redes. Esta gente se encuentra, aún más, en situación de vulnerabilidad y de riesgo extremo y no tiene los recursos adecuados para asegurar su protección. Entonces, la comunidad internacional y las organizaciones defensoras de la libertad de prensa, también deben jugar un papel crucial en la denuncia de esos ataques y siempre estar en búsqueda de la justica; la justicia para los afectados, exigiendo el fin de impunidad que se le otorga a Israel en este caso bajo el funesto pretexto que utiliza de la famosa autodefensa.”
Primero en Gaza, ahora en el Líbano
Desde el 7 de octubre de 2023 el número de periodistas asesinados por las fuerzas de ocupación israelíes son 12. Este es un número realmente fuerte para un país como Líbano, ya se si toma en cuenta el área de despliegue de estos periodistas, la geografía de la cobertura de estos periodistas; y las restricciones impuestas por Israel a las coberturas de los medios desde hace un año hasta el día de hoy, la exposición es brutal.
“Israel silencia deliberadamente la voz de la verdad atacando a los periodistas libaneses desde octubre del 2023; sufrimos ataques continuos en una clara violación al derecho internacional y se produjo incluso ataques aéreos contra periodistas en su propia residencia, como paso con compañeros nuestros en la región sur del Líbano lo que puso fin a la vida de tres periodistas. Eso hizo elevar el número de periodistas mártires a 12. El mayor número de esos mártires han sido de Al Mayadeen, recientemente, tuvimos el mayor número de ataque directos. Hemos perdido al mejor camarógrafo Ghassan Najjar y al ingeniero de transmisión Mohamed Reda; antes, en septiembre, fue asesinado Hadi Al-Sayed en un ataque aéreo israelí alcanzó el domicilio del joven periodista en la localidad de Borj Rahhal, en el sur de Líbano”, enfatizó Wafica Ibrahim.
Cabe destacar que al inicio de la guerra (noviembre 2023), la corresponsal Farah Omar con su fotógrafo la Rabih Me’mari quienes estaban en plena cobertura en el sur de Líbano, perdieron sus vidas. Allí se realizaron investigaciones que comprobaron que el régimen israelí asesino a estos periodistas de forma expresa y se presentaron las denuncias en Naciones Unidas ¿Y qué fue lo que sucedió? Absolutamente nada. Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando.
Realmente los periodistas, tanto en Gaza como en Líbano, enfrentan condiciones extremadamente difíciles debido a la violencia y el grado de criminalidad que caracteriza la guerra israelí. “Además de ser una tierra arrasada, a la hora de asesinar, no se diferencia entre niños, mujeres, hombres, periodistas, defensa civil, paramédicos. Todos son objetivos para Israel. A menudo enfrentan estos periodistas estos grandes riesgos, bombardeos, represión, detención, se utilizan muchas vías para hacerle la vida imposible. Ellos deben lidiar con estas restricciones impuestas, incluso dentro de la Palestina Ocupada (Cisjordania y Jerusalem), tienen que lidiar con esta situación, buscando la verdad, buscando la forma que tiene en su sangre el don de ser periodista; no puede dejar de informar, no puede dejar de ser los ojos y la voz del pueblo. No queda otra que arriesgar la vida, pese a todos los protocolos de seguridad y la capacitación, a pesar de todo esto a Israel nada lo frena cuando decide asesinar a un periodista.”
Solidaridad y empatía, por un lado, silencio y negación por el otro
“Los periodistas palestinos y libaneses tienen una alianza y solidaridad muy fuerte. Pensamos lo mismo, sentimos lo mismo, sufrimos lo mismo y prácticamente tenemos el mismo pueblo. Pero también hay mucha solidaridad en otros países, especialmente en el contexto de plena guerra. Continuamente periodistas de todo el mundo están sacando comunicados de apoyo y se movilizan levantando la voz”, expresó la directora de Al Mayadeen Español.
También los periodistas colaboran con ellos mismos y con medios de comunicación, como así también con organizaciones periodísticas internacionales a la hora de cubrir estos acontecimientos. Esto permite fortalecer las voces, compartir las historias que a menudo son ignoradas en los grandes medios corporativos. “Esto ha abierto puertas a fortalecer las voces con medios alternativos y con muchos otros medios, Radio Popular Che Guevara de Rosario, Resumen Latinoamericano, Telesur, muchos son los medios en el mundo que apoyan a los pueblos y a la verdad. La solidaridad es realmente el oxígeno para los trabajadores en el campo de la información porque los desafíos son comunes, aunque somos de diferentes partes del mundo; todos nos enfrentamos a la censura, a la represión, el riesgo físico”.
Hay muchas causas en común, sobre todo en el tema de la defensa de la libertad de prensa. Eso puede llevar a tener una relación de hermandad. La solidaridad es un reto. Yo creo que los periodistas hemos ganado, sobre todo en los medios alternativos. Esto hace efectiva la relación entre los periodistas, porque este enemigo nos gana en este campo y ese reto lo tenemos. Tenemos que avanzar para permitirle a nuestro pueblo que aprenda y que conozca la realidad, porque de esta manera podrá defenderse muchísimo mejor”.
El alto el fuego entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) entró en vigor a finales de noviembre y estipula que el régimen sionista retire sus tropas del sur del Líbano y entregue el control al ejército del país árabe. Informes recientes indican que Israel tiene la intención de quedarse en el Líbano más allá del período de 60 días establecido por el acuerdo de alto el fuego. Hasta ahora, Israel sólo se ha retirado de dos de las muchas partes que ocupa en el sur del Líbano y ha seguido atacando lo que afirma que son bases de Hezbolá.
Beirut ha acusado al régimen israelí de violar repetidamente el alto el fuego y ha presentado queja ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), denunciando ataques terrestres y aéreos de los sionistas, los cuales han obstaculizado los esfuerzos del Ejército libanés por desplegarse en el sur y mantener el alto el fuego. “Se sabe que la situación del Líbano ha estado marcada por toda esta guerra devastadora del régimen colonial israelí sobre el pueblo palestino. Cualquier escenario de conflicto en la región afecta al Líbano; es decir, recibe toda la influencia de los conflictos regionales que pueden ocurrir. Si ocurre algo en Palestina, afecta al Líbano, si ocurre algo en Siria, afecta al Líbano, si ocurre algo en el Golfo, afecta al Líbano”.
Ahora, el alto al fuego que existe actualmente, se trata de un alto al fuego que, aunque todavía es reconocido como un alto al fuego, es de una sola parte. Solo el Líbano lo está respetando al pie de la letra. “La resistencia libanesa decidió dejar ese tema a solicitud del Estado libanés; de que su legalidad y con el despliegue del ejército oficial iba a lograr un alto al fuego y el cese de la guerra del régimen de ocupación israelí. Por su parte, la resistencia dijo: bueno, vamos a darle chance, pero que esta paciencia puede llegar un momento en que se agote y que empiece de nuevo el derecho a la resistencia a ejercer la fuerza contra la ocupación. La resistencia no es un ejército, digamos, regular, organizado frente al ejército israelí, sino una resistencia que se dedica a hacer operaciones y otro tipo de accionar armado”, indicó Wafica Ibrahim a Conclusión.
El alto al fuego ha sido producto de negociaciones entre el estado libanés y los mediadores estadounidenses que representan de una manera o de otra, por supuesto, a los israelíes. Se ha llegado a este alto al fuego, pero Israel continúa destruyendo hogares impulsando muchos ataques dentro del sur libanés en la zona que queda al sur de rio Litani bajo los ojos de lo que se llama la de la FPNUL (que son las fuerzas de paz de las Naciones Unidas que hay en el Sur Libanés – Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano).
Esta fuerza provisional de las Naciones Unidas en el Líbano, tiene como papel principal monitorear la frontera y relatar lo que sucede. “Se pasa la vida contando las violaciones de Israel a la seguridad del Líbano, a la soberanía del Líbano, a las leyes internacionales, a las resoluciones del Consejo de Seguridad, todo eso, pero no pasa nada. La efectividad de estas misiones no ha servido para nada, no resultó para nada y sigue siendo un tema de mucho debate dado el contexto geopolítico cambiante y la agresividad y la expansión, digamos la política expansionista de Israel para con el Líbano y los países limítrofes con la Palestina ocupada. Tengo la esperanza de que 2025 sea un año de paz y restauración de derechos en la región, tras un 2024 devastador para los pueblos de la región”, concluyó.
En su último comunicado de prensa, la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza anunció que el número de periodistas asesinados por «Israel» desde el 7 de octubre de 2023 ha aumentado a 203, tras el asesinato del fotorreportero Saed Abu al-Nabhan. La oficina explicó que Abu al-Nabhan estaba de servicio cuando fue abatido a tiros por un francotirador israelí en el campo de refugiados de Al-Jadeed, en Nuseirat, en el centro de Gaza.