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Opinión del Lector

Argentina debe producir la vacuna política y económica

Damián Di Pace

Por Damián Di Pace

En la pospandemia muchos actores económicos tienen como máxima aspiración volver al estadio anterior a la aparición del coronavirus. El país se debe un profundo debate para corregir distintos problemas que ya son crónicos.

Hasta hace unas semanas para este 2020 las buenas noticias de una vacuna frente al coronavirus estaba en manos de los países desarrollados llegando este año a solo el 11 % de la población mundial entre la Comunidad Económica Europea, Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Canadá, y Rusia, entre otros. Nos encaminábamos hacia una economía mundial con dos polos. Los vacunados por un lado y los contagiados sin inmunidad con inconvenientes para desarrollar muchas actividades económicas.

De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la pérdida estimada de empleos a tiempo completo (40 horas semanales) en el primer semestre de 2020 en América Latina es de 65 millones, en Sudamérica es de 47 millones, en América Central 17 millones y en América del Norte 28 millones.

La producción local de la vacuna contra el coronavirus a través del laboratorio AstraZeneca en Argentina abre un horizonte nuevo desde el punto de vista sanitario y otro horizonte para muchas actividades económicas. Las ventas minoristas de acuerdo a la CAME caen 27,7 % en el mes de julio con una caída acumulada del 31,7% a lo largo del año. Sin embargo desacelera la caída. La producción industrial de acuerdo al INDEC recupera 7% en junio respecto de mayo con un 53,3%. El mayor crecimiento desde el inicio de la pandemia.

Argentina viene de décadas con falta de orientación y norte político para lograr un crecimiento con desarrollo a lo largo del tiempo. Aún no logra una “vacuna política” para el virus de la grieta y oscilación permanente de decisiones que alternan los diferentes partidos políticos que llegan al gobierno. Lo peor que ninguno demostró se mejor que otro. La caída de nuestra economía, el incremento de la pobreza y el cierre de pymes ha sido creciente en las últimas décadas. Vivimos con un virus que circula en nuestra economía y la gestión política no lo aborda encontrando una solución definitiva. El virus circula entre déficit fiscales crónicos que se financian con endeudamiento externo y default cíclicos o su financiamiento con emisión monetaria dejándonos un saldo de inflación de dos dígitos permanentes.

Frente a la gran noticia que el 2021 nos encontrará con una vacuna desde el punto de vista sanitario aún nos falta detallar el “vademécum” de una vacuna exitosa y definitiva para inmunizarnos de las malas decisiones políticas y económicas. La pandemia en la Ciudad de Buenos Aires está dejando el cierre del 22% de los locales comerciales minoristas de acuerdo a FECOBA. Las grandes cadenas de franquicias comerciales tampoco han quedado exentas cerrando definitivamente en el trimestre abril-junio el 14% de los puntos de venta y la pérdida del 15% de los empleos directos según relevamiento de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias. Si se proyecta al total del universo de las franquicias esto representaría el cierre de unos 4200 comercios y la pérdida de unos 30 mil puestos de trabajo.

Argentina tiene una pandemia no queda dudas y no es fácil de administrar y sobrellevar. Ahora tiene otro horizonte porque contará con una vacuna para enfrentar el virus en 2021. Sin embargo, es clave desarrollar una “vacuna política” con un debate serio que entienda que nuestro país ha tocado fondo y que la situación es muy pero muy frágil desde el punto de vista económico y social. Tiene que plantear reformas y cambios necesarios que incentiven la inversión privada, la creación de riqueza y la generación de empleo. Hasta ahora la mirada está puesta en el frente exportador y la reactivación del consumo en el mercado interno.

Si incentivamos el consumo en el mercado interno el pequeño empresario y prestador de servicios tiene el dilema de saber que la pandemia lo dejó con su emprendimiento al punto de cierre o en quiebra y si logra sortear este momento tan complejo su mejor horizonte es volver al estadio de la prepandemia donde no obtenía ganancias, pagaba impuestos intolerables como para dejar margen a la reinversión de utilidades que le permitan mejorar su productividad y competitividad en el tiempo para no perder mercado y no podía contratar empleados por que no era sostenible la contribución patronal para su pequeña estructura por lo cual lo hacía en la informalidad con los riesgos que eso acarreaba. Ahora se encontrará con una nueva ley de teletrabajo cuando en muchos casos tenía inconvenientes para administrar el trabajo y mantener las contrataciones de empleados que concurría a la empresa para realizar sus tareas.

La epidemia política y económica por la que atraviesa argentina hace décadas no hizo diferencias de sector económico ni situación social. El virus ataca y deteriora permanentemente nuestro bienestar. La vacuna sanitaria es creada por el hombre y será producida en Argentina. La “vacuna política” solo puede ser creada por la decisión firme de los representantes que votamos para que gestionen la decadencia de nuestro país en la cual estamos entrampados y la “vacuna económica” solo puede ser tomada por la decisión valiente que exceda a los intereses políticos de una elección de medio término. De manera contraria, el virus seguirá circulando. Una vez vencido el coronavirus la pospandemia en Argentina se encontrará con la prepandemia de hace décadas otra vez. Aún estamos a tiempo de crear la “vacuna política y la “vacuna económica” que nos inmunice de tantos males.

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