Por Gustavo Veiga
Si hay algo que florece en la Argentina cuando el país se marchita, es cada campaña de Abuelas de Plaza de Mayo. Una flor por la identidad que crece, sobresale, se levanta entre la maleza de injusticias e inequidades. Una flor que se riega con las mejores causas, como la que Boca y River abrazaron juntos para acompañar la lucha por la búsqueda de los nietos que aún no se sabe dónde están. Son casi 300, son también años de perseverancia para encontrarlos, de avances y retrocesos que ahora toman impulso porque, como dijo el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, “estos clubes son dos locomotoras. Y estas dos locomotoras tienen que estar con el pueblo, para lograr una mejor sociedad”.
Los dos clubes más grandes del país amplifican la gesta de este grupo de mujeres que el 22 de octubre cumplirán su 44° aniversario. Como lo hizo la Selección Nacional en otros momentos o artistas con fluida llegada a la sociedad. A ellas, las Abuelas, se debe que esa fecha coincida desde 2004 con el Día Nacional del Derecho a la Identidad. Se instituyó en su homenaje.
En el Espacio Memoria y Derechos Humanos de la Ex ESMA se firmó el histórico acuerdo donde Abuelas y las dos instituciones deportivas -asociaciones civiles sin fines de lucro y no S.A., como ciertos personajes pretenden todavía- se comprometieron a “intensificar la búsqueda”. Estela de Carlotto definió al encuentro como “fundante”. Como “un acto ejemplar para la sociedad: River y Boca y en el medio, las Abuelas”. Los pañuelos blancos se mezclaron con los colores de las dos camisetas. Los dirigentes levantaron el símbolo universal de los DDHH. La presidenta de Abuelas recibió una camiseta de Boca con su nombre y el número 10 en la espalda. También otra de River.
“Las Abuelas son eternas, estamos todos, millones para seguir la lucha de las Abuelas”, las reivindicó Jorge Amor Ameal, el presidente de Boca. “Nuestro compromiso tiene que ser permanente y nosotros, desde nuestras instituciones, podemos hacer mucho, porque hay una prensa que trata de ocultar”, dio en el blanco el dirigente. Se refería a los retoños de “la prensa canalla” -cómplice durante la dictadura- que en democracia pregona el negacionismo.
La campaña Florece Identidad que las Abuelas lanzaron este mes tendrá la visibilidad que el fútbol garantiza. Fenómeno de la cultura popular y masiva que, cuando aporta a luchas como ésta, permite ver que en su universo, puedan encontrarse los antídotos que superen al inventario de daños del pasado. Un pasado de desconfianzas entre organismos de Derechos Humanos y dirigentes deportivos que sigue reparándose con gestos como el de River y Boca.