Por Juan Cruz Acebey Marinaro y Agustín Ortiz
Debilidad institucional
Javier Milei asumió la presidencia el 10 de diciembre de 2023. Triunfó en la segunda vuelta electoral con el 55,65% de los votos. Aunque esto supone que cuenta con una importante legitimidad electoral, el diseño institucional argentino lo lleva a estar en una situación de debilidad. Es un presidente que carece de recursos de poder.
Para empezar, Javier Milei no cuenta con ningún gobernador perteneciente a su partido político (La Libertad Avanza-LLA) o que pueda considerarse aliado a su gobierno. Esto lo convierte en el primer presidente argentino sin ningún ejecutivo provincial de su espacio político. El presidente que menos gobernadores propios había tenido hasta la fecha fue Mauricio Macri, quien contaba con cinco pertenecientes a Juntos por el Cambio.
La situación se ve agravada por la estrategia que ha adoptado Milei. El presidente ha decidido confrontar con los mandatarios provinciales. Por un lado, acusa de traidores a aquellos gobernadores y legisladores que habían mostrado cierta predisposición de acompañar la agenda reformista de su gobierno. En lugar de buscar afianzar esas alianzas, sobre todo con gobernadores afines ideológicamente y de la UCR, Milei ha optado por el ataque continuo por medio de las redes sociales y en entrevistas; de hecho, desplazó del gobierno a funcionarios cordobeses tras la caída de la Ley Ómnibus.
Por otro lado, ha acusado a los ejecutivos provinciales de despilfarrar los fondos provinciales. En ese sentido, se inclinó por una estrategia de intentar ahogar a las provincias al no enviar fondos nacionales (por ej., para los salarios docentes) o quitar subsidios, además de una drástica reducción de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
Argentina es un país federal, razón por la cual los gobernadores cuentan con una importante cuota de poder. Muchos de ellos han apelado a la Corte Suprema para declarar la inconstitucionalidad del DNU 70/23. Podemos afirmar que, si el malestar en las provincias continúa expandiéndose, la coordinación política de los mandatarios provinciales podría dar lugar a la inestabilidad del presidente.
Un segundo aspecto que da cuenta de la debilidad presidencial es la situación minoritaria de Milei en el Congreso. El bloque de LLA sólo cuenta con 38 diputados y 7 senadores, lo que representa el 15% de la Cámara Baja y el 10% de la Cámara Alta. Según señala el especialista Pérez-Liñán, un presidente carece de un “escudo legislativo” cuando no cuenta con, al menos, el 33% de las bancas de alguna de las cámaras. Ese escudo le garantiza evitar el juicio político, mecanismo institucional que desplaza a un presidente cuando se presentan ciertas circunstancias (por ej., la comisión de un abuso en el ejercicio de la función pública). Incluso aunque el PRO, que ha funcionado circunstancialmente como aliado para Milei, se sume a LLA, en conjunto sólo suman el 29% y el 18% de las bancas en Diputados y en el Senado respectivamente.
Siendo un presidente minoritario, Milei decidió, al igual que con los gobernadores, confrontar con el Congreso. El primer mandatario continuamente insulta a los legisladores. Desde el inicio, habló de espaldas al Congreso y, recientemente, ha dicho que es “un nido de ratas”. A diferencia de otros presidentes de la región que, en su momento, decidieron ampliar sus bases legislativas para formar coaliciones parlamentarias, tal como señala el politólogo Chasquetti, el presidente argentino sólo ha tejido acuerdos con el PRO. Esta situación puede dar lugar a un bloqueo entre poderes, porque el presidente, al no consensuar con el Legislativo, no podrá avanzar con sus proyectos de ley. Tampoco podría gobernar por DNU, porque éstos no se extienden a todas las áreas de gobierno y, asimismo, deben ser ratificados por una mayoría en alguna de las cámaras legislativas.
El Poder Judicial también puede constituirse como un actor de veto que frene las iniciativas de Milei. A diferencia del ex presidente Macri, quien contaba con llegada en los fueros judiciales, Milei carece de este recurso. Ya la justicia laboral ha declarado inconstitucional la reforma laboral que estaba inserta en el DNU 70/23. Aún hay muchos pedidos de inconstitucionalidad de todo el DNU, los cuales deberán ser tratados por la Corte Suprema. Tanto el Congreso como la Corte, entonces, cuentan con la potestad para frenar el mega DNU.
Un último elemento a considerar es el rol de la vicepresidenta, Victoria Villarruel. El politólogo Mario Serrafero señalaba que la vicepresidencia puede funcionar como una “sombra del poder”, porque la persona que ocupa ese lugar reemplaza al presidente en caso de que ocurra una eventualidad. Milei ha mantenido una actitud indiferente e incluso excluyente con su vicepresidenta. No la hace participar en las reuniones del gobierno, ni tampoco mantiene reuniones periódicas. Villarruel, aunque no critica al gobierno, permanece en silencio, sin defender activamente las medidas de su presidente. A esto se añade que mantiene conversaciones con el ex presidente Macri, quizás al acecho de una eventualidad…
Ajuste económico y situación social
La economía argentina no registra precedentes de un ajuste semejante al del gobierno de Javier Milei en los últimos 30 años. Mientras el primer mandatario lo presenta en X (ex Twitter) como una hazaña, se generan dudas acerca de si es un ajuste sostenible en el corto plazo. Como producto de este super ajuste, en enero se registró un superávit fiscal, cifra no conocida en las arcas nacionales desde 2012. Sin embargo, se percibe un severo recorte en jubilaciones, planes sociales, subsidios al transporte y otros servicios y en el empleo público. En términos cuantitativos el ajuste estatal oscila entre un 30% y un 40%. El recorte más profundo lo sufrieron las provincias, percibiendo un 72% menos en sus transferencias desde la Nación.
A pesar del severo y dañino ajuste el gobierno elige una estrategia comunicativa de burla contra los principales perjudicados, algo que se refleja en la caída de la imagen del presidente desde diciembre.
En este sentido, el descontento se canaliza bajo distintas formas de protesta. El 24 de enero se registró el primer paro general organizado por la CGT, lo que constituye un hito histórico ya que Milei se convirtió en el primer presidente en sufrir una protesta de esa naturaleza. A su vez, durante las primeras semanas de gobierno, en donde primó el anuncio del mega DNU, cacerolazos policlasistas se registraron en las principales ciudades del país, con epicentro en las adyacencias del Congreso y esquinas neurálgicas de la ciudad de Buenos Aires.
A partir de ello se sucedieron distintos paros y movilizaciones de trabajadores de forma esporádica y aislada. En la última semana pararon ferroviarios y trabajadores estatales de la sanidad. Para fines de febrero y principios de marzo se estiman que lo harán los gremios docentes que rechazan el recorte en educación y el congelamiento salarial, demorando el inicio del ciclo lectivo.
El ajuste hacia los trabajadores y las clases populares, como así también a los recursos de las provincias, genera un clima insostenible en la sociedad que ve cómo tiene que pagar los platos rotos y no la casta política como había prometido Javier Milei en campaña.
La inexperiencia política y la inestabilidad: algunos casos de la región
Uno de las características distintivas de Javier Milei es su inexperiencia política. Su carrera política se reduce a menos de dos años ocupando una banca como diputado nacional, función que ni siquiera desempeñó con regularidad (no integró comisiones y estuvo ausente en la mayoría de sesiones). Tal vez esa inexperiencia y esa falta de sociabilidad política sea lo que lo lleva a no buscar consenso y acuerdos pese a su debilidad política institucional. Otros mandatarios de la región en las últimas décadas han compartido estas características con Milei.
Fernando Collor de Melo fue presidente de Brasil entre 1990 y 1992. Al igual que el actual presidente argentino, el ascenso de Collor estuvo ligado a los medios de comunicación, particularmente la televisión. El PRN, partido de Collor, sólo contaba con el 8% de las bancas de la Cámara de Diputados y el 4% de los curules del Senado. Pese a su debilidad, Collor decidió no buscar ampliar su base legislativa y gobernar mediante “medidas transitorias”. Aunque el presidente brasileño había sido gobernador de un distrito poco relevante, no contaba con experiencia política a nivel nacional y no tenía vínculos con los demás partidos. Su gobierno fue ineficaz en el manejo de la inflación y comenzaron a descubrirse hechos de corrupción en torno al presidente. Esto fue aumentando el descontento popular, dando lugar a un rápido deterioro de su imagen y su gobierno. Finalmente, la Cámara de Diputado halló culpable de corrupción a Collor y habilitó el juicio político. El presidente renunció antes de ser destituido por el Senado en un contexto de fuertes protestas callejeras.
Otro caso en el que puede reflejarse Milei es el de Ecuador. En ese país tenemos el caso de Abdalá Bucaram, presidente entre 1996 y 1997. Líder del Partido Roldosista, Bucaram llegó al gobierno luego de una campaña electoral en donde primaron las excentricidades y los insultos a sus adversarios. Estos elementos, una vez triunfado en las elecciones, se trasladaron a su estilo de gobierno. Durante su breve mandato, no pudo conformar una coalición que oficie de escudo parlamentario debido a que su estilo de gobierno se basaba en agraviar a los legisladores. El partido de Bucaram sólo controlaba el 23% de las bancas del unicameral Congreso ecuatoriano. Esto llevó a que sus medidas fuesen rechazadas por el Poder Legislativo y que se genere una disputa de poderes que provocó un divorcio poco conveniente para el presidente. En un contexto de crisis económica, su plan de ajuste y convertibilidad recibió un fuerte rechazo por parte de la sociedad civil. A esto se añadieron denuncias por corrupción y abuso de poder, y la convocatoria a un paro general multitudinario. Finalmente, el Congreso declaró a Bucaram “mentalmente incapacitado” y lo desplazó del cargo.
El año pasado, el banquero Guillermo Lasso puso fin a su mandato bajo el mecanismo previsto por la constitución del país de muerte cruzada, mientras la Asamblea Nacional trataba un juicio político en su contra por el delito de peculado. Lasso, un dirigente proveniente del empresariado más concentrado de Ecuador, había fundado el Movimiento CREO y previo a ser presidente tuvo un mandato como diputado. La muerte cruzada no sólo puso fin a su propio mandato, sino que convocó a nuevas elecciones para la renovación de todos los cargos.
A la luz de la evidencia empírica descripta, Milei conjuga una serie de factores que lo llevan camino a la inestabilidad. Su marcada debilidad institucional, su intransigencia para formar coaliciones, su confrontación con el Congreso, forman parte de elementos que suelen dar lugar a juicios políticos en la región. Además, el presidente está implementando un feroz ajuste, afectando a sectores que ya vienen siendo postergados hace 8 años, y, a la fecha, se encuentran en dificultades para estabilizar la economía. A esto se suma su inexperiencia política. El único recurso que aún mantiene el primer mandatario es el apoyo de la ciudadanía, a pesar de que ha disminuido desde su inicio y ya se encuentra por debajo del 45% de conformidad. ¿Podrá Milei tener un destino diferente al de otros mandatarios de la región cuando los índices de aprobación de su gestión disminuyan a valores más bajos que los actuales? ¿Con qué recursos de poder podrá contar el presidente argentino ante una avanzada opositora? ¿Tendrá Argentina un nuevo episodio de inestabilidad presidente de un mandatario no peronista?