Por Natalia Colombo
Con una inflación mensual en torno al 6,5%, la pérdida de poder adquisitivo del dinero es muy pesada, sobre todo para las empresas que además se enfrentan al problema de estimación del costo de reposición para su mercadería.
Te contamos algunas alternativas para que puedas manejar la liquidez de tu empresa.
- Fondos comunes de inversión Money market: son los fondos de liquidez inmediata llamados “T+0”. El objetivo es invertir en activos que den algún interés, pero siempre priorizando la liquidez, minimizando la volatilidad. Generalmente invierten en plazos fijos (tradicionales y precancelables), cauciones, cuentas remuneradas, otros fondos. Son estables, ya que no invierten en activos que coticen en bolsa (que son los volátiles) y diariamente van devengando intereses. Son ideales para períodos de tiempo, menores a los 15-20 días. En el último mes rindieron cerca de 5% y en el último año 48-50%.
- Fondos de inversión T+1: similares a los anteriores, pero incorporan letras cortas del tesoro que cotizan en bolsa. Tienen por objetivo apreciar el capital invirtiendo en instrumentos de renta fija, de corto plazo, alcanzando una tasa de rendimiento mayor al plazo fijo para mayoristas (tasa BADLAR). Si bien son bastante tranquilos, al tener títulos que cotizan en bolsa diariamente y éstos son volátiles, esa variabilidad se traslada parcialmente al fondo. La liquidez es a 24 hs. Son ideales para períodos entre 20 y 30 días o para quienes quieren estar líquidos, ganar algo más.
- Fondos de inversión T+2: en este grupo encontramos alternativas para todos los gustos. Hay fondos de renta variable (que invierten por ejemplo en acciones del Merval) y de renta fija (Obligaciones negociables, fideicomisos financieros, bonos que ajustan contra inflación, bonos que ajustan contra dólar oficial, etc). Hay en pesos y en dólares. Están los que invierten sólo en activos argentinos y otros que invierten en activos externos (Treasuries, bonos Latam). Lo que tienen en común es que la liquidez se cuenta a las 48 horas. Deben ser pensados como inversiones a mediano o largo plazo, más que para manejo de liquidez.
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- Cauciones: son similares a los plazos fijos, pero con plazos menores. Son operaciones garantizadas por el mercado, de corto plazo (entre 1 y 120 días). Intervienen dos partes: un colocador (el inversor) y el tomador (quien necesita dinero). El colocador le presta dinero al tomador por un plazo, a una tasa de interés, mientras que el tomador pide dinero prestado y entrega en garantía valores negociables que se liquidan en caso de incumplimiento. Al vencimiento, el tomador devuelve el capital y paga los intereses devengados al colocador. Los plazos más operados son 1, 7 y 30 días. Las tasas rondan entre 60 y 65% TNA.
Un fondo común de inversión es un patrimonio formado por aportes de personas que tienen similares objetivos de rentabilidad y perfiles de riesgo. Son administrados por profesionales, que buscan el mayor rendimiento, invirtiendo en distintos instrumentos (bonos, acciones, ONs, plazos fijos, dependiendo del objetivo del fondo, que se conoce de antemano y puede consultarse en lo que llama el factsheet).
Una gran ventaja es que son bien diversificados y cualquier inversor, con poco dinero, puede acceder a esa cartera. Cuando se ingresa al FCI, se suscriben cuotapartes, cuyos valores varían diariamente. Cuando el inversor desee retirarse, sólo tiene que rescatar estas cuotapartes. Siempre está la posibilidad de retirarse cuando se desea, no como el Plazo fijo, que paga buen interés, pero la estadía mínima es de 30 días. Todo dinero que se envía o rescata a una cuenta de un FCI está exento del impuesto al débito/crédito.
Estas alternativas no son exclusivas sólo para empresas ya que cualquier individuo puede hacerlas. Es común que un empleado que cobra su sueldo a principio de mes, suscriba a un FCI y vaya rescatando el dinero a medida que deba afrontar sus gastos.
Asesora financiera