Por Franco S. García Cervera
El 4 de febrero es el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, un diagnóstico que nadie espera recibir pero, cuando ocurre, la psicooncología es una herramienta indispensable para aprender a aceptar el dolor y los miedos, tomar decisiones y progresar en el tratamiento. Al respecto opinó para Télam Franco S. García Cervera, médico especialista en psiquiatría y cuidados paliativos, psicooncólogo y miembro del Capítulo de Psicooncología de la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA).
Cada 4 de febrero, desde hace 24 años, se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer, con el objetivo de concientizar sobre mejorar la calidad de atención, difundir formas de detección temprana, tamizaje y el acceso a los cuidados paliativos de las personas con patologías oncológicas.
Una de cada 3 personas desarrolla cáncer en algún momento de su vida. Los avances médicos en los tratamientos oncológicos han hecho posible el aumento en la cura, la supervivencia y remisiones a largo plazo.
Esto implica un esfuerzo sostenido por parte del paciente y sus seres queridos; también, un esfuerzo mayor por parte del equipo médico en el abordaje multidisciplinario de los pacientes para lograr un enfoque integral de tratamiento.
El impacto del cáncer va más allá de lo físico, supone un fuerte impacto emocional que comprende aspectos personales, de la familia y de su entorno. Los factores psicosociales pueden alterar el curso de la enfermedad.
La mayoría de las personas presentan estrés desde el momento de la sospecha diagnóstica. La salud mental puede afectar la forma en que pensamos, sentimos, actuamos, tomamos decisiones y nos relacionamos con las demás personas.
Alrededor de la mitad de las personas que atraviesan una patología oncológica, suelen necesitar una interconsulta con un especialista en salud mental por presentar, por ejemplo, trastorno de ansiedad, depresión y/o trastornos adaptativos. A este porcentaje debemos agregar a las personas que presentan un trastorno de salud mental previo al diagnóstico oncológico.
En este contexto, es importante destacar la existencia de la psicooncología, un área de la psiquiatría y la psicología encargada del acompañamiento en el diagnóstico y el tratamiento (con la o el pacientes y con sus familiares), así como también en la remisión de la enfermedad o del seguimiento en caso de continuar con cuidados paliativos. Además ofrece apoyo y formación a otros profesionales que intervienen en el tratamiento oncológico.
¿Qué beneficios pueden tener las y los pacientes oncológicos concurriendo a un psicooncólogo?
En primer lugar, les permite contar con un espacio donde poder validar sus emociones, tomar en consideración la dimensión de los síntomas físicos, la angustia, la ansiedad, los dilemas existenciales, la alteración de la imagen corporal, la sexualidad, el duelo, el miedo a la recurrencia, los sentimientos de vulnerabilidad, las afectaciones cognitivas y la calidad de vida durante y después del tratamiento oncológico.
Puede además, ayudar en la toma de decisiones facilitando la evaluación y comprensión de las opciones terapéuticas, favorece la comunicación entre el paciente y el resto del equipo de salud, proporciona herramientas para el afrontamiento de la enfermedad y puede mejorar la adherencia a tratamientos.
Nadie espera recibir un diagnóstico de cáncer, pero nadie debería transitar este camino sin apoyo. Existen especialistas dedicados específicamente en el acompañamiento de estos procesos. Cuidar la mente es tan esencial como tratar el cuerpo.
Por Franco S. García Cervera, médico especialista en psiquiatría y cuidados paliativos (MN 145991). Psicooncólogo y miembro del Capítulo de Psicooncología de la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA).