Por Esteban “Kito” Sueyro
El conflicto por el cual los y las estudiantes de la Ciudad vienen llevando adelante las tomas y los pernoctes tiene tres pilares fundamentales.
El primero consiste en el pedido de mejoras en las viandas escolares que poco tienen de nutritivas y saludables. Los sándwiches que forman parte de estas, se encuentran regularmente en mal estado (con fiambres de dudosa procedencia) y las frutas sin madurar no pueden ser considerados alimentos saludables. Nuestres estudiantes merecen una alimentación acorde a la etapa de desarrollo que transitan como niñes, jóvenes y adolescentes.
El segundo pilar está vinculado a las Actividades de Aproximación al Mundo del Trabajo (ACAP), que se presentó como el encuentro entre los y las estudiantes y el mundo del trabajo. ¿Quién puede estar en contra de este encuentro? El problema no es ese. El problema es que las prácticas responden a una estrategia de marketing sin una planificación pedagógica que vincule seriamente la especificidad de la escuela con las áreas del mundo del trabajo, en el cual los y las estudiantes podrían profundizar sus saberes.
El tercer pilar es la persecución política e ideológica que sufren muches de los y las estudiantes que participan activamente en los centros de estudiantes. La falta de diálogo real es suplantada por este tipo de políticas y hoy lo vemos agravado por la presencia de la Policía de la Ciudad en las casas de los y las estudiantes para -incluso- culpabilizar a las familias.
Los y las docentes educamos ciudadanos y ciudadanas críticos y responsables de sus prácticas en todos los niveles y modalidades, apoyamos sus reclamos, y por eso le exigimos al jefe de gobierno porteño que reflexione y dialogue con los y las estudiantes, como lo hacemos los y las trabajadores de la educación todos los días en las escuelas.
* Secretario de Organización de UTE y dirigente de la Corriente de les Trabajadores de la Educación