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Opinión del Lector

El hombre sí llegó a la Luna

Fernando Halperín

Por Fernando Halperín

Casi desde el día en que el hombre hizo pie en la polvorienta superficie de la Luna (19 de julio de 1969) comenzó a difundirse la teoría de que, en realidad, todo había sido un enorme montaje de la NASA.

Con el avance de las tecnologías, los últimos años, esta teoría conspirativa, conocida por los angloparlantes como “Moon hoax”, ganó fuerza. Al fin y al cabo, el sentido común indica que es mucho más fácil montar en un estudio de TV una fraguada llegada del hombre a la Luna, que la casi inimaginable epopeya de llevar tres seres humanos de verdad, en una cápsula, hasta nuestra eterna vecina blanca, y traerlos de vuelta, sanos y salvos, una semana más tarde. Eso, sumado a que los seres humanos tenemos tendencia a creer en teorías conspirativas.

Los defensores del Moon hoax -es decir, aquellos que creen que el hombre jamás llegó a la Luna- basan sus afirmaciones en sospechas técnicas. Dicen: ¿Por qué no se ven las estrellas en las fotografías de los astronautas?. O, ¿por qué si el módulo lunar pesaba 17 toneladas apenas si dejó pequeñas huellas con sus patas en la superficie de Selene? ¿Cómo es posible que, habiendo una única fuente de luz (el Sol), las sombras de astronautas y objetos no se vean paralelas entre sí? ¿Por qué flamea la bandera norteamericana, si en la Luna no hay viento? Y decenas de otros interrogantes.

La ciencia tiene respuesta para cada uno. Pero, en rigor de verdad, debería comenzarse por las más contundentes que, paradójicamente, no requieren datos técnicos.

La epopeya lunar llevó más de una década de desarrollo, y el trabajo de cientos de miles de personas. Y no sólo de la NASA. Participaron otros organismos oficiales y empresas privadas. ¿Cómo es posible que nadie, en más de cuatro décadas, haya contado la “verdad” sobre el fraude? Peor aún: los soviéticos, primeros interesados en que los norteamericanos no llegaran a la Luna, contaban con la tecnología para seguir cada paso de las naves Apolo, desde el lanzamiento, hasta el alunizaje. De hecho, lo hicieron. ¿Por qué jamás denunciaron nada?

Los astronautas, además, trajeron de la Luna cientos de kilogramos de rocas, que repartieron en centros de investigación de todo el mundo. Las rocas son especiales, porque se han formado en condiciones diferentes a las que existen en la Tierra. Y se condicen perfectamente con rocas traídas años más tarde por sondas no tripuladas, incluso de otros países.

¿Cómo es posible que ningún hombre de ciencia de ninguna parte del mundo haya hecho objeción alguna ni haya descubierto el fraude? ¿Qué necesidad habría tenido la NASA de “fraguar”, por ejemplo, el drama del Apolo XIII, que no sólo no llegó a la Luna, sino que estuvo a un tris de convertirse en la tumba de tres astronautas?

Sobre las objeciones técnicas, aquí van algunas.

La bandera norteamericana flamea, cuando en la Luna no hay viento, sino vacío

En realidad, siempre se la ve “flameando” al ser manipulada. A veces, queda flameando tras ser manipulada, porque en el vacío lunar no hay resistencia, y el paño puede quedar en movimiento por un tiempo.

¿Por qué no se ven estrellas en las fotos?

En el espacio, el Sol y las estrellas se ven al mismo tiempo. Y las estrellas son especialmente brillantes. Sin embargo, no salen en las fotografías debido a la gran luminosidad de la superficie lunar. ¿Acaso tiene usted alguna foto casera tomada de noche en la que se vean las estrellas?

¿Por qué no deja el módulo de 17 toneladas un profundo cráter en la superficie lunar?

En la Luna, la gravedad es equivalente a la sexta parte de la de la Tierra, por lo tanto el peso del módulo lunar era la sexta parte del que tenía en la Tierra; algo menos de 3 toneladas, equivalente a dos automóviles.

Las teorías conspirativas son muy atractivas. Pero la epopeya lunar no es el caso.

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