Por VERONICA RAMOS
La construcción de una nueva cultura de economía circular tiene su eje en la educación ambiental para que los plásticos sean responsablemente consumidos, reutilizados, reciclados y recuperados.
¿Qué valor aportan las certificaciones y ecoetiquetas para la economía circular de los plásticos? Permiten que todos los actores de la cadena de valor puedan establecer mejores evaluaciones y decisiones y orientar a los consumidores en sus elecciones. En este sentido, los que venimos impulsando una nueva cultura de consumo más responsable, entendemos que es una medida que ayuda a promover el reciclado, permite identificar los productos sustentables, garantizar su calidad y generar confianza en los consumidores.
En Argentina ha sido recientemente presentada a nivel internacional la Certificación Contenido de Plástico Reciclado en Productos. Se dio en el webinar organizado por la Coalición de Economía Circular para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Consejo de la Infraestructura de la Calidad de América (QICA).
La certificación desarrollada por INTI y Ecoplas tiene una ecoetiqueta cuyo isologo va en el producto final e indica la proporción de material plástico reciclado de producto, con un código QR que redirige hacia contenido sobre los beneficios ambientales de la práctica de la economía circular. Por eso el sello es un también instrumento de comunicación de sello.
Es un paso más que damos con acciones concretas y deseamos inspirar a más modelos que irradien a la cadena de valor de los plásticos. Creemos firmemente que es posible dejar atrás un modelo lineal -donde se fabrica, se usa y se tira el plástico- por el de economía circular, donde los plásticos son recursos que se reincorporan al circuito de producción para generar nuevos productos y trabajo, ahorrar recursos , y reducir el impacto ambiental, con menos desperdicios y emisiones.
Para ello, sabemos que la implementación de normas y certificaciones ayuda a que las empresas hagan una correcta gestión de los residuos plásticos e incorporen prácticas sostenibles en toda la cadena de suministro. Para ello, las certificaciones deben estar respaldadas por normas internacionales, sistemas de acreditación o verificación de tercera parte, que aseguran la transparencia e imparcialidad. Eso está logrado con la Certificación INTI- Ecoplas.
Afortunadamente, estamos viendo un cambio sustancial y virtuoso: las empresas quieren ofrecer productos más amigables con el medio ambiente y las personas son cada vez más conscientes de la importancia de su rol de consumidores responsables. De hecho, el 43 % de los argentinos estaría dispuesto a pagar más por un producto realizado con ese material reciclado, de acuerdo a una encuesta realizada junto con Opinaia.
El sello surge en un momento en el que la Argentina recicla cada vez más plásticos y el sector refuerza su compromiso sustentable con el medio ambiente. En 2021, por ejemplo, se recuperaron 307.000 toneladas de plásticos en el país: equivale a 11 estadios de fútbol (llenos), 4100 obeliscos y 238.000 autos (tamaño promedio), según el índice realizado por Ecoplas en colaboración con Cairplas.
Este escenario es favorable para potenciar la economía circular en la que creemos. La construcción de una nueva cultura de economía circular tiene su eje en la educación ambiental para que los plásticos sean responsablemente consumidos, reutilizados, reciclados y recuperados. Se trata de un trabajo colaborativo que debe articularse con el accionar del sector público, las empresas, las asociaciones y la ciudadanía.
Verónica Ramos es directora ejecutiva de la asociación civil Ecoplas, una entidad técnica profesional especializada en plásticos y medio ambiente.