Por Javier Carrodani
La actitud constante de algunos de denostar al país e insistir con que el mejor camino es irse a vivir al exterior puede generar un caso de profecía autocumplida, del cual luego no corresponde echarle la culpa a otro de que eso termine ocurriendo.
En los últimos días, el ex presidente Mauricio Macri aseguró a través de una carta pública que en la actualidad se está registrando "el mayor éxodo de argentinos de la historia", lo que motivó una rápida y dura réplica desde el gobierno nacional.
Además de que Macri no aportó ninguna cifra ni estadística concreta que avalara su afirmación, los datos de la Dirección de Migraciones indican que en los años del gobierno de Cambiemos el promedio diario de argentinos que salían del país y no volvían por al menos un año (164) duplica al registrado desde el 7 de septiembre de 2020 en adelante (78).
Pero lo más interesante es señalar que desde hace varios años se escuchan voces de los sectores políticos y sociales en los que se referencia el ex presidente acerca de "lo mal que está la Argentina", del "fracaso de su clase política", de "las décadas de decadencia", de "la ausencia de futuro". Es decir, dirigentes políticos, economistas y hasta miles de cuentas de redes sociales identificadas o anónimas vienen planteando que "la mejor salida para los argentinos es el aeropuerto de Ezeiza".
Lejos de apuntar a una recuperación del país, parece fomentarse su estancamiento, al alentar especialmente a los jóvenes a que se vayan. A esto se han sumado algunos empresarios que -con la excusa de que la carga impositiva sobre ellos es excesiva- prefieren radicarse en países donde se les exige pagar menos. Pero, eso sí, no dejan sus empresas y negocios en la Argentina, sino que los mantienen.
De prosperar en el tiempo esta prédica, se daría el fenómeno de la profecía autocumplida. Tanto insistir con que lo mejor es irse puede llevar a que cada vez más se convenzan de eso y dejen el país. Lo más insólito es además achacarle a otro la responsabilidad de que ello finalmente ocurra.
Una mención final a una consigna de Macri en su carta en cuanto a que "los argentinos que nos quedamos en el país tenemos una deuda inmensa con los que están yéndose". En todo caso, los que se quedan son los que resisten la situación y finalmente pueden revertirla, no los que se van.