Por Francisco Pedrazzi
La construcción en general es responsable del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Por eso la eficiencia energética se erige como un pilar fundamental en la lucha contra el cambio climático.
La eficiencia energética en la construcción se erige como un pilar fundamental en la lucha contra el cambio climático. En un mundo donde las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzan niveles preocupantes, adoptar prácticas que reduzcan el consumo de energía en este sector es esencial para mitigar los impactos ambientales, dado que la construcción en general es responsable del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
Argentina, comprometida con la agenda climática global hacia el 2030, ha reconocido la importancia de este enfoque y está tomando medidas significativas para impulsar la eficiencia energética en sus proyectos de construcción, desafiando a la industria a contribuir con soluciones a los objetivos globales.
En este contexto, es necesario repensar la industria de la construcción para que sea sostenible. Y el ahorro energético forma parte del compromiso por minimizar la huella de carbono, optimizando el uso de energía durante todas las etapas del proceso constructivo, desde el diseño hasta la operación y el mantenimiento de los edificios. Esto incluye la implementación de tecnologías innovadoras, la mejora de los estándares de construcción y el uso de materiales sostenibles.
La construcción en seco y, en particular el Steel Frame, es un sistema constructivo liviano y sustentable que minimiza el impacto ambiental de la actividad al utilizar materiales aislantes térmicos, que permiten reducir las pérdidas de energía durante la operación del edificio. Además, genera sólo un 1% de desperdicio de perfiles gracias a que se pueden entregar precortados en las longitudes necesarias, y el acero tiene la capacidad de conservar su masa durante todo el proceso productivo, lo que lo convierte en el material de construcción más reciclado del mundo, contribuyendo a la disminución de desechos.
A su vez, cada vez son más los casos de empresas que han establecido compromisos y objetivos para el año 2030 que contribuyen a habitar un planeta más sustentable. Entre ellas, Barbieri, empresa líder de construcción en seco en la región, instaló más de 1700 paneles solares en su planta ubicada en el Parque Industrial de Burzaco, lo que implica más de 900 kilovatios pico de potencia instalada, cubriendo potencialmente el 45% de su consumo energético. Esta inversión sostenible equivale a sacar de circulación 280 autos en un año.
Al adoptar medidas significativas en este sentido, Argentina no sólo cumple con sus compromisos internacionales tomando responsabilidad sobre el impacto en el ambiente, sino que también incentiva a las empresas a tomar acción y construir un mundo más sostenible para las generaciones futuras.