Por Alicia Barrios
Dejar testimonio en los tiempos difíciles. De eso se trata. Unas 10.000 personas se unieron en el barrio 21-24 de Barracas, ciudad de Buenos Aires. Abrazaron espíritus y corazones en una misa. Demostraron que están juntos frente a las declaraciones de Javier Milei, quien agravió a Bergoglio al considerarlo "un jesuita que promueve el comunismo.Este hombre cree en la mierda de la justicia social. Es un personaje nefasto y representante del maligno en la Tierra". La respuesta no se hizo esperar. Fueron los curas villeros quienes se pusieron al frente de la convocatoria para repudiar los agravios.
Milei no contempló que Francisco no sólo es el argentino más importante de la historia, sino que en este país la mayoría de sus habitantes profesa la religión católica, apostólica y romana.
Tal vez tratando de invocar un protagonismo -que sin duda a Milei se le volvió en contra- injurió a Bergoglio. La respuesta fue una masiva multitud en la calle, a los pies de la Virgen de Caacupé, en el barrio porteño de Barracas.
En el comunicado firmado por la diócesis de los curas villeros, se deja constancia de la reivindicación del Papa Francisco y el rechazo a todo tipo de injurias, mentiras e insultos que se están manifestando en esta campaña electoral. La misa fue en apoyo al Papa y los pobres. Cuando Milei dice que "este hombre cree en la mierda de la justicia social" su explicación es que la justicia social nace de la envidia y el rencor.
Ignorante de la Biblia, no se da cuenta de que está bastardeando uno de los principios de la doctrina social de la Iglesia. Tal cual lo expresó el padre Pepe Di Paola: "Es un desagravio ante esta catarata de insultos vergonzosos para quien pretende ser presidente de la República".
El staff de los curas villeros tuvo asistencia perfecta, con el obispo Gustavo Carrara a la cabeza. En ese mismo lugar, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio acompañó a la Virgen de Caacupé hace 26 años. Hay que dejar constancia de que fueron los propios vecinos quienes pidieron un pronunciamiento de parte de los sacerdotes frente a las manifestaciones de Milei, que demostró ser un analfabeto de la Biblia.