Por Julio Gerez
El kirchnerismo tiene dudas y las mismas lo posicionan entre la grieta y el abismo. ¿Saldrán por arriba? ¿Se van a atrincherar en el llano? La respuesta se verá en las PASO.
Entre la grieta y el abismo, el kirchnerismo mira hacia adentro y siente que la massa crítica del poder pasó a otras manos.
Gobernadores; gremialistas; y hasta el Presidente “estatuilla”, le salivaron el asado. El liderazgo personalista no consiguió que sus herederos salieran de la adolescencia. Y en política, además de votos, se necesita experiencia y audacia. Dos condiciones que los chicos de La Cámpora no heredaron. Por ahora.
LA MILITANCIA DUDA
Y con razón. La “jefa” no solo les cortó el fanatismo sino que además entregó la fórmula. Algo que en las “bases” huele a abandono.
De tanto manipular se olvidó que hay otros que también manipulan. Y en ese laberinto de juramentos traicionados, trastabillo un par de veces en pocas horas.
La sensación de los columnistas bien pagos, que no sintonizan las mismas necesidades insatisfechas que la militancia, es que CFK acomodó a su “entorno” ya acomodado.
Es decir, la “jefa” postuló a los miembros de su “corte”, en la idea de que atrincherarse en Buenos Aires más la “fija” de que Sergio Massa no ganará la carrera, es una confirmación para los acólitos rasos del kirchnerismo que solamente algunos privilegiados mantendrán sus niveles -altos y bien remunerados- de vida.
LA GRIETA Y EL ABISMO
La grieta del oficialismo que el kirchnerismo registró como propiedad intelectual, lo acercó a un abismo del que no pudo escapar sino retrocediendo.
La jugada de CFK incentivando la utopía De Pedro – Manzur, tuvo como contrapartida un juego de espejos personalizado en Daniel Scioli. Pero, el enemigo más íntimo estaba entre las filas de los gobernadores y los gremios, apoyados en una trabajada intención de Sergio Massa. Este último ya tenía armado su esquema de irrumpir con una lista propia en las PASO.
El resto de la historia, por todos contada a medias, es que Sergio Massa junto a los gobernadores y los gremialistas le tiraron abajo el proyecto a CFK, con solo avisarle que iban a las PASO.
Fueron minutos de furia. La “jefa” no podía creer lo que escuchaba. Una pena que no haya interpretado las señales evidentes de que se terminaba la “dulzura”. Le sobró “comprensión de texto” y algo de soberbia.
LA TRINCHERA BONAERENSE
No será su lugar en el mundo. Pero es el territorio desde donde intentará sobrevivir. Sin embargo, la trama que CFK escribe para la película de los próximos cuatro años, no la tiene como protagonista. Apenas si eligió los “actores” secundarios -como productora a riesgo propio- de una historia que tiene otros guionistas.
Atrincherarse en el distrito donde su voto duro es palpable y sus mejores espadas intentarán ganar la “madre de las batallas” es un riesgo medido.
Si pierde estará sitiada y el porvenir será una guerra de guerrillas. Si gana, le queda la opción de provocar algún que otro conflicto en las neurálgicas fronteras con la ciudad que alberga una fortalecida “La Rosada”.
LAS PASO Y DESPUÉS…
El resultado de la contienda electoral del 13 de agosto marcará señales inequívocas de como será el futuro del kirchnerismo.
Con los números en la mano habrá oportunidad para el “análisis descarnado”. El balance objetivo, sin magia y sin relato, permitirá que elija su destino.
¿Saldrá por arriba el kirchnerismo? Es decir, optará por afianzar lo que queda de su estructura compactándolo en un “nuevo partido”.
O, buscará sobrevivir acentuando su perfil ideológico, dentro de un “peronismo” que transpira pragmatismo.
Hasta el día después de las PASO, la incógnita, será como un reloj que va marcando el paso del tiempo en una cuenta regresiva…
Todo por culpa de la grieta que de tanto extenderse, los dejó al borde del abismo.
