Por Adolfo Duzdevich
Un sueño del gobernador Axel Kicillof y de la mayoría de los bonaerenses esta cerca de hacerse realidad.
En su primer mensaje de apertura de sesiones legislativas el 1 de marzo del 2020, Kicillof expresó : “Queremos convertir a la provincia de Buenos Aires en petrolera. El petróleo crudo se produce en diez provincias, muchas de ellas en la Patagonia, pero el 80 por ciento se destila en la Provincia. No se carga petróleo crudo en los autos, sale por los puertos de la Provincia. Es necesario encontrar un papel porque Vaca Muerta es una oportunidad en materia industrial ."
"Nuestras pymes petroleras tienen que ser partícipes de Vaca Muerta", enfatizó. "sLa Provincia les pide al resto del país y a los empresarios que usen productos de la provincia. Vamos a tener los mejores precios y la mejor calidad para la industria petrolera. Buenos Aires es socia del desarrollo de Vaca Muerta.”
Aunque el gobernador ya tenía conocimiento de las licitaciones de exploración de áreas offshore, la información era demasiado reciente y difusa como para adelantarse en materia de anuncios. Tres años atrás aún no estaba claro que la llamada Cuenca Argentina Norte, a 300 kilómetros de las costas bonaerenses, podía tener un potencial de reservas petrolíferas superior a Vaca Muerta, y que las pymes bonaerenses debían prepararse para un desafío de desarrollo industrial de dimensión inimaginable.
El primer punto que es necesario aclarar es de que estamos hablando en términos productivos y económicos respecto el potencial de la CAN (Cuenca Argentina Norte).
En la CAN 100 - una de las 8 áreas ya licitadas - se va a perforar el primer pozo exploratorio llamado Argerich. Los especialistas estiman que ese yacimiento podría producir 200 mil barriles de petroleo día ( bbl/d) equivalente casi a la mitad del total de producción nacional (550 mil bbl/d). Monetizados, significan unos u$s 7 mil millones al año de producción. Pero los estudios de YPF y otras empresas determinan que puede haber 10, 20 o mas yacimientos del volumen del Argerich. Entonces podemos pensar en multiplicar esos 200 mil barriles por diez o por veinte.
Y no estamos hablando de ninguna fantasía, Brasil, que inició la producción offshore en 2006, ya esta llegando a producir 4 millones de barriles día. Eso representa unos 140 mil millones de dólares año, dependiendo del valor del barril que es fluctuante.
Es decir, si las estimaciones de reservas posibles se convierten en realidad, el offshore no solo va a cambiar definitivamente el perfil productivo de la provincia de Buenos Aires sino que va modificar positivamente la macro economía nacional al incorporar un enorme flujo de divisas por exportaciones.
¿Si es tan beneficioso porque no se hizo antes? Es la pregunta natural. Hagamos una breve historia. El primer pozo de petróleo se perforó en 1859 en Pennsylvania y a los 21 metros salió petroleo por surgencia natural. Paradójicamente fue el descubrimiento que salvo de la extinción a las ballenas (pero eso será parte de otra nota). En la medida en que se fue imponiendo como combustible y otros usos, su búsqueda y producción se expandió por todo el globo. Ya en 1930 YPF perforó los primeros pozos en el Golfo San Jorge, en aguas poco profundas. Pero recién en los años 2000 la tecnología evolucionó lo suficiente para perforar en aguas de 1500 metros de profundidad y más. Y, mientras los costos la fueron haciendo rentable, la producción offshore se expandió en el mundo. En 2010 se desarrollaron nuevos conceptos geológicos, asociados a la apertura del Océano Atlántico, que permitieron a YPF hacer una nueva evaluación de nuestro fondo marino.
En el año 2013 luego de la reestatización de YPF, el CEO Miguel Gallucio realizó una apuesta audaz: probar en Vaca Muerta una nueva tecnología, que hacía poco tiempo se estaba desarrollando en EEUU, el fracking. En octubre de 2014 se modificó la ley 17319. Incorporó un régimen de promoción para el fracking y el offshore en aguas de profundidad mayor a los 90 metros. Recién en 2018 se convocó una licitación para otorgar permisos de exploración de áreas costa afuera, las cuales fueron adjudicadas en mayo del 2019. Como son concesiones en áreas de jurisdicción nacional, debió intervenir el Ministerio de Ambiente, que emitió la primer Declaración de Impacto Ambiental (DIA) el 30 de diciembre del 2021. Todo el 2022 se perdió por la impugnación judicial que realizó el Intendente de Mar del Plata Guillermo Montenegro junto a grupos ambientalistas impulsados por Greenpeace.
Días pasados en el Congreso Productivo Bonaerense realizado en Mar del Plata, tal como informó este diario la ministra de Desarrollo Ambiental de la provincia Daniela Vilar expresó : "Es falsa la dicotomía entre ambientalismo y producción. (…) De nada sirve una Provincia con una producción excepcional en detrimento del cuidado ambiental, como tampoco un conservacionismo con la gente en situación de pobreza extrema. (…) Cuando empezamos a trabajar lo que planteamos fue un paraguas filosófico, un paradigma que nosotros denominamos ambientalismo popular. Esta filosofía del ambientalismo popular es con la gente adentro, pensando en la inclusión social, es construyendo políticas para la inclusión y además es profundamente soberana”.
El proyecto offshore estuvo al borde de fracasar y ser sepultado como lo fué el proyecto minero Navidad en Chubut (la segunda reserva mundial de plata) . Se combinaron contradicciones entre funcionarios nacionales, la acción de Greenpace junto a partidos de izquierda, más la oposición del Intendente Montenegro. Todo derivó en una cautelar dictada por un juez federal con ansias de vedettismo, que paralizaba totalmente el proyecto, . Solo la decidida acción de la CGT marplatense, junto a organizaciones empresarias y de profesionales de la ciudad, puso freno y abrió el debate en favor del desarrollo y la producción.
La campaña antioffshore fue montada sobre la base de fake news. Una, que las plataformas petroleras iban a arruinar el paisaje de la costa, a sabiendas de que la producción estará localizada 300 kilómetros mar adentro. O usando imágenes de jóvenes empetrolados saliendo de la playa.
Es cierto que esta actividad, como la mayoría de las actividades industriales que desarrolla el hombre, no esta exenta de riesgos. Pero esos riesgos están mensurados y controlados por los organismos del Estado y la propia industria.
Solo la información seria puede despejar las dudas y los temores.