Por Luis Zapiola
La palabra Patria es un término multívoco, de distintos significados según quien la pronuncie.
Para algunos, es tan solo un símbolo de escarapelas, banderas y desfiles militares. En su nombre y en el de dios, se han cometido los peores crímenes de la historia de la humanidad. Bajo ese manto de terror han surgido las ideologías más execrables que regaron de muertos este planeta en todos los tiempos. Esa patria llena de solemnidad pero vacía de Pueblo, no es mi Patria.
Patria y Pueblo son dos términos que se buscan, se armonizan y se funden en un espacio común y en un proyecto de futuro y con continuidad histórica.
Patria es pueblo, y en ellos nuestros héroes. Es Mariano Moreno publicando sus ideas en la prensa, y explicando que solo tendríamos Patria con un plan revolucionario. Mariano explicaba que “desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas”.Es Manuel Belgrano, generoso en la victoria y llorando por la Patria a la hora de la derrota en Ayohuma. Es José de San Martin, quien llamaba “compañeros” a sus soldados del Ejército de los Andes” y pedía permiso a los pueblos originarios para cruzar los Andes. Es Rosas resistiendo en el Río de la Plata al imperialismo Anglo-Frances en defensa de la soberanía Nacional con soldados que hasta se metían en el rio a caballo sable en mano a combatir a los barcos. Es el Chacho Peñaloza, aquel del “nadies mas que nadies y menos que nadies”.
Y en todos ellos y muchos más, nuestro pueblo humilde y trabajador, que ofreció a sus mejores hijos para ganar nuestra tierra.
Ese mismo pueblo que un 17 de octubre de 1945 salió a la calle a encontrarse con su destino, el de un proyecto liberador que los libere de una vez y para siempre de las minorías del privilegio y el autoritarismo. El mismo que luego fue perseguido, torturado, fusilado y a quien diezmaron en la noche del terror. El que en 2001 dijo basta a esa patria chiquita de banqueros y economistas del privilegio que hoy vienen por todo.
Ese pueblo que nos trajo a Néstor, el de las manos crispadas en la ESMA pidiendo perdón por tantos años de silencio ante las atrocidades del terrorismo de Estado. El que votó masivamente a Cristina en defensa propia, por la recuperación del salario y las conquistas sociales, por los abuelos y sus jubilaciones saqueadas, por la recuperación de las empresas públicas saqueadas y por tantas conquistas más.
No se puede estar en la misa y la procesión a la vez. Los que le mienten al pueblo con palabras huecas como “república”, honestidad, dolarización sabemos dónde están.
La Unión por la Patria no se pinta de naranja. Es celeste y blanca. No pacta con los que nos quieren destruir desde adentro.
Leopoldo Marechal decía que “La patria es un dolor que nuestros ojos no aprenden a llorar.” Y Raúl Scalabrini Ortiz remataba “Solo la muchedumbre se parece al espíritu de la tierra”. Unión por la Patria es ineludiblemente unión por nuestro pueblo. Y Patria y Pueblo y todos los mundos que caben en el: la familia, el vecino de al lado, el almacén de la esquina, el equipo de futbol de la otra cuadra, el sindicato que me defiende, el originario que aún resiste, el pequeño productor, el trabajador de la fábrica, el empaque, la chacra, el campesino que se la banca frente a la adversidad, la mujer que lucha por sus derechos. Y todos ellos y muchos mas cubiertos con colores celeste y blancos llenos de contenidos, de historias y de sueños.
En estas elecciones no dejes que te vendan una patria con flexibilidad laboral, con banco central quemado, con muchos millones de pobres, con arrodillados ante el poder financiero y el FMI. Y mucho menos que supuestamente de nuestro lado nos quieran robar nuestra historia, nuestros héroes, nuestras luchas y un futuro para todos.
En este 2023 nos jugamos nuestro futuro por décadas. A votar en defensa propia. Sin amarillos ni naranjas. Celeste y blanco lleno de pueblo, como es la Patria.
