Por JULIO GEREZ
El elector correntino no tiene idea de qué esconden las urnas. Armado, boletas, transporte… Pero hay mucho más en esa precaria “caja de cartón”.
Alguna vez se preguntó ¿QUÉ ESCONDEN LAS URNAS? La simplificación de las cosas hace que, los ciudadanos en general, piensen que en la “caja de cartón” hay solo boletas. Sin embargo, en ese receptáculo hay mucho trabajo manual; industrialización; logística; estrategias; y, hasta negocios insospechados.
Además, todo lo mencionado representa gastos o inversiones. También incide en las sensaciones personales y grupales, una vez concluido el acto electoral, generando euforia o decepción. Depende del punto de vista desde dónde se lo observe.
¿QUÉ ESCONDEN LAS URNAS?
Excluyendo las sensaciones, es bueno preguntarse sobre todos los objetos y acciones que incluye y genera una urna. Lo principal es la urna en sí. Eso implica la compra de por lo menos menos 2.600, una por cada mesa de votación en el Distrito Corrientes.
Las mismas vienen desmontadas, es decir, se necesitará la participación de personal cuya misión será armarlas. Una vez terminadas, hay que agregarles en su interior: documentación relacionada al acto electoral; útiles varios; y las boletas.
Hasta aquí dos actos inevitables: comprar las urnas y contratar al personal que las acondicionará para que sean distribuidas en cada lugar de votación.
Pero, ¿alguien sabe como se implementa desde el Estado provincial la compra de las urnas y desde la Justicia Electoral la contratación del personal?
Correspondería que el Gobierno llame a licitación para la compra de las urnas. Todavía no se conoce acto administrativo al respecto. Pero, además, a poco más de un mes del acto electoral la disponibilidad y el precio de las urnas es un problema adicional.
Disponibilidad por el aumento lógico de la demanda del producto: urna de cartón. Precio: por el encarecimiento de la materia prima y su industrialización. Y, hay que agregarle un costo adicional por la “personalización de las urnas” que es simplemente imprimir sobre el cartón el escudo de la provincia y el texto identificatorio referente a las elecciones en las que se van a utilizar.
En cuanto al “personal” que trabajará “armando y cargando las urnas“, la Justicia Electoral provincial determina el modo de contratación y la cantidad de personal ha ser contratado. ¿El costo? Se ignora.
PAPELERÍA Y ÚTILES
Ya están las urnas y quienes las van a cargar. Falta la documentación relacionada al Acto Electoral y los útiles.
La documentación implica contratar la impresión o confección de: Actas de Apertura; Actas de Escrutinio; Formularios de impugnación y otros; Formulario de Telegrama.
Entre los útiles que contienen las urnas es inevitable: bolígrafos, reglas, correctores, sobres varios.
Es obvio que todo lo mencionado tiene un costo. Pero, nunca se publica a quién se le compró y mucho menos cuanto se pagó.
BOLETAS… OBSOLETAS (PERO CARAS)
En Corrientes, cada partido político que participe en la elección deberá imprimir un número suficiente de boletas. Usualmente se imprime el equivalente a dos padrones de electores. Es decir, si en el padrón hay 1 mil electores habilitados para votar, se imprimirían 2 mil boletas.
Los fondos para ese “gasto específico” en parte son cubiertos por aportes del Estado nacional. Sin embargo, en Corrientes, donde prevalece el sistema de “alianzas o frentes” involucrando a varios Partidos políticos, el mecanismo es otro.
Como viene ocurriendo hace varias elecciones, el oficialismo correntino -ECO y ahora Vamos Corrientes- centraliza la impresión de boletas de los partidos integrantes de su Alianza.
Fundamentalmente, por la imposición de la boleta espejo. Es decir, todos los Partidos de la Alianza tienen su boleta “propia” solo en el encabezado, donde se explicita: número que identifica al Partido; el nombre del Partido; y los símbolos partidarios. Pero las listas de candidatos son idénticas en todas las boletas.
Esa es la forma en que el “regente” de la Alianza, el radicalismo, le “cuenta las costillas” a sus aliados. Es, inevitablemente, la forma de contar cuantos votos tiene cada Partido integrante de la Alianza. Pero, ni siquiera ese “sistema” garantiza transparencia absoluta.
El Padrón de Electores para las elecciones del 11 de junio en la provincia rondará los 920 mil ciudadanos. Si los Partidos (cada uno de ellos) tuviera que imprimir dos padrones (casi 2 millones de boletas), en marzo hubiera tenido que pagar $ 2,5 millones; hoy ese costo asciende a $ 7 millones.
MÁS GASTOS SIN TRANSPARENCIA
A todo lo anterior que, queda claro implica gastos, hay que sumarle la “retribución” a las autoridades de mesa; también a los delegados de la Junta Electoral en cada escuela; las erogaciones por la “distribución” de las urnas en todo el territorio provincial; y los “viáticos en paralelo” que derrochan diferentes funcionarios cuando recorren los lugares de votación abusando del uso de vehículos oficiales, combustibles, etcétera.
De todas las erogaciones, una mínima parte tiene justificación contable real. La mayor parte del gasto se rinde “dibujado” gracias al aporte interesado de algunas empresas y empresarios o instituciones que no tienen problema en emitir “facturas” infladas con sobre precios.
URNAS ¿O CAJAS DE PANDORA?
Si los gastos que genera cada elección -no solo las que ocasionan las urnas- se explicitaran contablemente, el resultado sería asombroso. Cada voto válido emitido tendría un costo inadmisible. Pero, como la norma electoral vigente en la provincia es obsoleta e insuficiente y, el control sobre el uso y administración de la Hacienda pública es cuestionable, la irregularidades seguirán siendo una conducta dominante. Pero reprochable.
Politicaencorrientes.com seguirá abordando esta cuestión, la de los gastos electorales, con mayor profundidad. El ciudadano tiene derecho a conocer los pormenores de como se administra el desmanejo que, la falta de normas o leyes obsoletas permisivas, favorece la corrupción y la malversación de recursos públicos.
En la próxima entrega el tema a analizar será “Boletas”. El instrumento físico que sirve para demostrar la emisión de un voto, también sirve para un descarado negociado. Donde funcionarios, políticos, y empresas o empresarios, son cómplices en la concreción de una estafa impresionante.
