Por GONZALO FIORE VIANI
Las luchas sindicales emergentes del personal de las empresas de entretenimiento. Un perfil de Chris Smalls, el empleado que logró crear el primer sindicato de Amazon.
Las luchas sindicales ligadas a empresas de entretenimiento y tecnológicas comienzan a emerger en medio de una economía fragmentada y una sociedad que no encuentra respuestas a una crisis que parecía impensada hace una década. Hace tiempo que, por ejemplo, los trabajadores de Amazon denuncian paupérrimas condiciones laborales y decidieron unirse en un sindicato a pesar de la oposición de los directivos de la empresa. A partir del 1 de abril de 2022, el Amazon Union Labor se convirtió en la primera entidad gremial de la empresa en ser reconocida por la National Labor Relations Board (NLRB) –la Junta Nacional de Relaciones entre Sindicatos—. El gremio ya había sido fundado en abril del año anterior, en 2021, por los activistas Chris Smalls y Derrick Palmer, en Staten Island (JFK8), New York. En aquel momento, incluso el presidente Joe Biden felicitó al sindicato através de su secretaria de Prensa Jen Psaki, quien afirmó que el gobierno estaba “contento de ver a los trabajadores asegurar que sus voces sean oídas” y que el mandatario “cree firmemente que cada trabajador de cada Estado debe tener una opción libre y justa de unirse a un sindicato”. Sin embargo, Amazon pidió a la NLRB que se realicen nuevas elecciones internas ya que, según la empresa, los sindicalistas electos “intimidaron empleados” y “distribuyeron marihuana a cambio de apoyo y votos”. La petición fue rechazado por la Junta.
Chris Smalls es un dirigente sindical atípico para los Estados Unidos, visto como un hombre de la “izquierda radical” por sus detractores. Es afroamericano, vinculado a las largas e históricas luchas de ese colectivo, reivindica el accionar de las Panteras Negras durante los años sesenta y setenta, pero también pide el fin del bloqueo a Cuba, se fotografía con retratos del Che Guevara y mantiene una estética que remite al gangsta rap de los años noventa, con Tupac Shakur, a quien suele citar en su cuenta de Twitter, como uno de sus principales referentes. Su propia trayectoria vital dice mucho de la situación actual en la que vive gran parte de los afroamericanos en su país. Smalls asistió a una universidad comunitaria en Florida, pero después de un semestre decidió regresar a Nueva York para estudiar ingeniería de sonido en el Instituto de Investigación de Audio. Abandonó sus estudios y comenzó a hacer música como rapero. Llegó a hacer una breve gira con Meek Mill. Sin embargo, abandonó su carrera para poder sostener a sus hijos, trabajando en una serie de empleos como Walmart, Home Depot y el Estadio MetLife de 2012 a 2015. Según ha dicho en distintas entrevistas, sus amigos le dicen que su voz estaba destinada para algo más. Antes de ingresar a Amazon en 2015 se desempeñó como trabajador de almacén en FedEx y Target.
Smalls fue transferido brevemente a un almacén en Connecticut, donde fue despedido y luego readmitido después de una apelación. En 2018, fue transferido al almacén de Staten Island (JFK8) donde trabajó como asistente de gerente. De acuerdo con Smalls, fue transferido debido a su buen desempeño, pero solicitó 49 veces un ascenso a puestos de gerencia durante su carrera, y nunca fue seleccionado para la promoción, lo que, afirma, refleja la discriminación racial sistémica que observó en la empresa. Smalls dijo que le gustaba trabajar en la compañía hasta que empezó a reconocer lo que él denomina problemas sistémicos graves, que incluyen cuestiones de seguridad, edadismo, sexismo, racismo y discriminación contra cuidadores. Comenzó a contactar a políticos locales y funcionarios de salud y de recursos humanos de Amazon, después de que a un colega, gravemente enfermo, le fue permitido asistir al trabajo con síntomas mientras esperaba los resultados de una prueba de COVID-19. Ninguna acción fue tomada por recursos humanos y Smalls organizó una manifestación el 30 de marzo de 2020 en JFK8 en protesta de los protocolos de seguridad de Amazon durante la pandemia de COVID-19. En el mismo día, Amazon despidió a Smalls, alegando que violó las políticas de distanciamiento social de la compañía. La Fiscal General de Nueva York acusó a Amazon de despedirlo ilegalmente y ordenó una investigación sobre el asunto. Los resultados señalaron que, efectivamente, el despido había sido ilegal por parte de la compañía y se emitió una solicitud de medidas cautelares para obligar a Amazon a recontratarlo. Esto tuvo consecuencias políticas ya que incluso el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el senador Bernie Sanders calificaron el despido como «vergonzoso».
De Blasio ordenó al comisionado de derechos humanos de la ciudad que investigara el despido de Smalls, y James pidió al Consejo Nacional de Relaciones Laborales que hiciera lo propio con la terminación. Nueve senadores, incluyendo a Elizabeth Warren, enviaron una carta a la compañía exigiendo más información sobre el despido de Smalls, junto con los despidos de otros tres denunciantes. Los líderes sindicales más prominentes del país enviaron una carta a Jeff Bezos, CEO de Amazon, exigiendo que Smalls fuera reintegrado.
Tim Bray, exvicepresidente de Amazon Web Services, renunció debido a los despidos, citando en una publicación de blog: «Estoy seguro de que es una coincidencia que todos ellos sean personas de color, mujeres o ambas, ¿verdad?”. Después de su despido de Amazon en 2020, Smalls fundó The Congress of Essential Workers –Congreso de Trabajadores Escenciales—. El 1 de mayo de 2020, ayudaron a orquestar una huelga del Día del Trabajador en Amazon, Target, Walmart y otras grandes empresas en todo el país. El 5 de octubre de 2020, el grupo llevó a cabo una protesta durante el Prime Day, en la que alrededor de 100 personas marcharon desde Will Rogers Memorial Park hasta la mansión de Bezos, valorada en 165 millones de dólares en Beverly Hills, California, para pedir aumentos de dos dólares por hora. La protesta también exigió que Amazon mejorara las condiciones laborales y proporcionara equipos de protección personal adecuados a sus trabajadores.
En el marco de un país profundamente dividido por luchas intestinas y desafíos abiertos a la democracia por parte de algunos de sus principales dirigentes, las organizaciones sindicales se plantan frente a la discriminación, el racismo sistémico y la precarización laboral. En su primer discurso del Estado de la Unión, Joe Biden afirmó que fueron los sindicatos quienes hicieron grande a los Estados Unidos y no los especuladores financieros. Hoy, nvianiuevamente, son los sindicatos quienes pujan por llevar al país a una nueva era. El tiempo dirá si efectivamente lo logran o si se trata de una nueva lucha perdida.