Por Ramón Cavalieri
Años atrás existía un mito que afirmaba que los sueldos de los empleados judiciales eran los mejores del país, y aún muchos piensan así. En verdad, gracias a una lucha de unión y fuerza se consiguieron salarios que, lejos de ser modelos, eran aceptables. Fueron muchos años de lucha para conseguirlo. Eso nunca fue un privilegio, por el contrario, todos deberían tener un sueldo digno.
Pero esa imagen, que aún existe, ha quedado sepultada en sólo meses o un par de años. Nada es más como se dice y se cree que es. El actual STJ de Corrientes se encargó de triturar los salarios a tal punto que una gran mayoría están por debajo de la canasta básica de alimentos y componen el grupo de la pobreza. Así, literal. Basta de espejismos. El máximo tribunal primero abolió la posibilidad de realizar reclamos, especialmente los paros que se volvieron ilegales, y después los aprietes que se ven en todos lados y que algunos alcanzaron los estados de la justicia.
Todo parece indicar que ganar bien es un pecado o un delito, por eso TAL VEZ SE ENCARGARON DE DESTRUIR LA MASA SALARIAL DEL EMPLEADO JUDICIAL. El único aumento en el año fue del 10% cuando el mismo gobierno dice que la inflación anual supera casi el 50%y que todos sabemos es mucho más.
Nada le importa a los jefes mandamas actuales, solo arreglar edificios a costa de los salarios. Hoy todos sabemos lo que cuesta vivir. Se han muerto varios empleados de COVID y muchos, muchísimos terminaron con enfermedades de depresión por ESTRÉS LABORAL. Empleados muy enfermos, que debieron enfrentar una dura realidad muchas veces también en lugares insalubres, en doble turno con casos de abuso de autoridad o presiones verbales.
Pero acá parece que todos deben ganar mal. Es la estúpida postura que muchas veces quiere instaurar el capitalismo salvaje.
Hoy los judiciales salen con sus parlantes a gritar y pedir auxilio. Gritar al aire, gritar a la nada porque nadie escucha,,, y si escuchan,,, es como si no escucharán. La justicia correntina el modelo a no imitar para no destruir lo poco que se tenga.