Por Tona Galvaliz
“Todos podemos ser Grandes, y grande es quien para brillar no necesita apagar la luz de los demás”
Los egocéntricos y narcisistas con sus ansias por destacarse o ser el centro de atención se sienten amenazados por los éxitos y felicidad de los demás, viven compitiendo contra todo el mundo, sumidos en la envidia; “Esta es hoy la mayor de las pestes sociales”
Las mentes grandes hablan DE IDEAS, las mentes medianas hablan de eventos, las mentes pequeñas hablan de los demás.
La avaricia, la venganza, la mentira, vanidad, soberbia, amargura, tristeza, mediocridad, sentimiento de superioridad o inferioridad junto a la envidia son las principales enfermedades del alma, el envidioso no puede vivir la virtud.
Lo opuesto a la envidia es Un corazón noble que sabe amar, sabiendo que el amor construye, dignifica; la envidia destruye corroe, irrita, quita la paz.
La envidia es una enfermedad, es una emoción TOXICA; y no existe la envidia sana.
Los envidiosos se revisten de amor, engañan y traicionan como lobos disfrazados de ovejas. ¡Cuidado!
Expongo algunas tendencias que llevan a una persona a envidiar:
No saben lo que quieren hasta que te ven a ti, pero no quiere lo que tú tienes; solo quieren que pierdas lo que tú tienes o eres; se comparan con los demás, pretendiendo para si lo del otro, quiere ser como tú.
Se alimentan de la crítica hablando de tu vida criticándote, y sin darse cuenta sienten que tu vida es más importante que la suya.
Son insaciables, insatisfechos, no disfrutan, no aprecian lo que poseen.
Sus energías esta fuera de sí, miran a los otros de arriba a abajo buscando algún defecto y si lo encuentran te comentan y si no lo inventan.
Te observan, te critican, te envidian y al final te imitan.
Les molesta tu talento y tu luz propia, porque ellos permanecen en la oscuridad.
Desean que te vaya bien hasta que eso empieza a suceder y luego les carcome la envidia.
La alegría vengativa y resentida causada por la desdicha ajena es envidia también, lamentablemente muchos realizan manifestaciones de celebración por los triunfos ajenos, pero en realidad están corroídos por la envidia.
No se puede ser feliz y envidioso al mismo tiempo, son emociones incompatibles.
Al envidiar, el cuerpo libera una hormona llamada cortisol, hormona del estrés, los envidiosos se enferman, disminuye su sistema inmune, pierden la capacidad de ser creativos, de disfrutar, gozar.
Cuando se actúa desde el amor sincero, nos convertimos en personas valiosas y grandes; una fuerza nos empuja hacia la caridad, alegrándonos de verdad por el triunfo ajeno; esta conexión de amor hace que segreguemos una hormona de la felicidad llamada -oxitocina- y nos volvemos personas felices, nuestros sistemas biológicos se fortalecen sincronizando mejor.
¡Es por esto que el amor cura!
El alma también enferma: Alma = Ánima = lo que da vida.
Hablar de un alma enferma por envidia, es hablar de una persona lastimada en el amor; entre otras tantas cosas, significa que no puede confiar, que vive a la defensiva, controla, preso de miedos, carencias; vive con peligros anticipatorios, no puede proyectar o construir vínculos, relaciones saludables, profundas, duraderas y verdaderas.
Un envidioso es un ser humano doliente, sufriente, triste, inadaptado, atrapado por sentimientos destructivos y negativos, esto afecta su mundo de creencias, autopercepción y emociones.
Atravesado por heridas silenciosas y ocultas del alma que deforman la manera de valorarse, dañándose, disminuyendo su estima y amor propio.
Engendrando complejos de inferioridad, invalidando la posibilidad para captar y conectar con el lado luminoso y poderoso de sí mismo; no pudiendo Ser lo que el sujeto está llamado a Ser.
Un viejo refrán dice “Quiéreme cuando menos lo merezco y más lo necesito” reflexión que invita a empatizando con el dolor y sufrimiento.
MISERICORDIA significa: Miseria + cordis = miseria + corazón. Capacitarnos para pasar por el corazón la miseria propia y la ajena.
Es importante recordar que somos Creadores de realidad, lo que creemos de creencia, creamos, le damos forma y materializamos.
Es posible sanar y recuperar la luz propia que vive en cada interior, para eso hay que mirar para adentro.
Quien te lastima te hace fuerte, quien te crítica te hace importante, quien te envidia te hace grande.
Te mando un beso inmenso TG.
IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.