Un informe publicado en un diario porteño indica a la zona norte y este de Corrientes como las “calientes” en robo de ganado. Un promedio de pérdida de entre tres y cinco animales por semana. La mayoría de los ganaderos montaron su propia seguridad ante la insuficiencia de la policía correntina. El año pasado el gobernador les había recomendado eso: seguridad privada en los campos.
Frente a la falta de soluciones concretas los productores de Santo Tomé, de Gobernador Virasoro y localidades aledañas decidieron -ya desde el año pasado- actuar por su cuenta e implementaron sus propios sistemas de vigilancia. "Formamos un grupo para tratar de frenar esta situación, pero no encontramos una solución efectiva. La inseguridad rural es cada vez peor", afirmó Fernando Stein, productor santotomeño que la semana pasada perdió tres vacas faenadas ilegalmente.
En la región ya hay establecimientos que han instalado reflectores y patrullas nocturnas para disuadir a los delincuentes. Sin embargo, está claro que estas medidas no son suficientes. El problema no es solo policial, sino también judicial. "No tenemos una legislación firme que impida que estos delitos se repitan.
Hoy los productores tenemos todo para perder y los ladrones, nada", denunció Stein. Además del daño económico, el temor crece entre los productores. "Evitamos cruzarnos con esta gente en el campo, porque puede pasar cualquier cosa. Nosotros recorremos con nuestras familias o empleados, y no sabemos si ellos están armados. Lo más seguro es que sí", manifestó en declaraciones al diario La Nación.
El accionar de bandas de cuatreros no se detiene en esa parte de la provincia, en especial en la zona rural de Santo Tomé, donde con el correr de los días se van conociendo hechos de abigeato que son cometidos en una zona determinada. Los productores ya no saben qué hacer, cada vez más los robos de ganado ocurren más de seguido y carnean animales aun estando preñadas. Así se desprende de las informaciones recabadas en relación al tema en cuestión.
La primera de ella es que a finales de la semana anterior, en el establecimiento "La Herencia", distante a unos cinco kilómetros al norte de Santo Tomé, por la Ruta nacional Nº14, en la zona conocida como "Naranjito", los delincuentes ingresaron en horas de la noche en el campo antes citado y carnearon dos vacunos. Según se pudo establecer, casi de manera mensual se carnean dos o tres animales vacunos. "Todos los meses hay que colaborar con los muchachos", dijo el propietario del campo un tanto de manera irónica, al referirse a la delicada situación que deben atravesar mes a mes.
El otro hecho se perpetró días después, también durante el siguiente fin de semana, o en la madrugada del sábado 15; personas desconocidas ingresaron a un campo ubicado también por la Ruta 14, en la zona del santuario del Gauchito Gil y a unos 15 km al norte de Santo Tomé. Fuentes calificadas señalaron que habrían cortado un alambrado para poder ingresar y proceder a carnear tres vacunos hembras, todas preñadas.
Las mismas fuentes señalaron que ya van seis vacas que carnearon en ese mismo lugar en los últimos dos meses. La delegación del Priar trabajó en la investigación de los hechos ocurridos, sin dar alguna novedad en cuanto a su esclarecimiento.
Zonas calientes
Santo Tomé, ubicada en la costa del Río Uruguay y en la frontera con Brasil, es una de las llamadas zonas calientes donde la faena ilegal acarrea un grave perjuicio a los productores ganaderos, mediante un sistemático robo de ganado. Hace un año el presidente de la Sociedad Rural de esa localidad denunció la presencia de "mafias organizadas", y el gobernador cuando inauguró un destacamento de policía rural -en un paraje de la localidad el año pasado les dijo a los ganaderos que ellos deben pagar su seguridad, y de hecho, no les quedó otra alternativa que hacerlo, pero aun así, el flagelo no se detiene.
Según reclaman los productores locales, la carne faenada en los mismos campos se vende en las carnicerías de la localidad, y ni el Municipio ni las fuerzas de seguridad controlan que esto no ocurra, por lo que entienden que también hay una mafia enquistada en la localidad, que se dedica a perpetrar este tipo de hechos.
