El pedido había sido formulado por la junta interdisciplinaria de Gendarmería Nacional. De acuerdo con el juez Ercolini dicho estudio, para determinar si el arma dejaba restos de pólvora en las manos del tirador, ya se realizó en dos oportunidades.
El juez federal Julián Ercolini rechazó un pedido de los integrantes de la junta interdisciplinaria de Gendarmería Nacional para que se realice un nuevo peritaje sobre el arma de la que salió el disparo que terminó con la vida del fiscal Alberto Nisman.
Fuentes judiciales confirmaron que el coordinador de la junta, el comandante mayor de Gendarmería Nacional, Orlando Caballero, había pedido en mayo pasado autorización para realizar un nuevo estudio a la pistola marca Bersa, modelo 62.
El pedido fue rechazado. El juez argumentó que ese estudio ya se realizó y que además no se fundamentó debidamente el motivo para la realización de una nueva pericia.
El arma en cuestión es del perito informático Diego Lagomarsino, que está acusado en la causa de haberle facilitado la Bersa al fiscal Nisman cuando el sábado 17 de enero de 2015 se la llevó a su departamento de las torres Le Parc.
El nuevo pedido estaba relacionado con una toma de "adhesivos de carbono" de ambas manos del tirador. Esos adhesivos servirán "para la incorporación de datos accesorios a valorar en la realización de nuevos estudios de restos de disparo", explicó en su momento el coordinador de la junta, según fuentes judiciales.
Ese peritaje sobre los adhesivos se iba a realizar mediante un Microscopio Electrónico de Barrido, un sofisticado sistema para saber si en las manos quedan restos de pólvora.
Ese estudio ya se hizo dos veces, una en un laboratorio de La Plata y otra en Salta. En ambos casos el resultado fue que en las manos de Nisman no había restos de pólvora.
Sin embargo, los peritos que trabajaron en Salta señalaron que el resultado no es concluyente porque no se pueden repetir las mismas condiciones de ambiente y temperatura del lugar en el que falleció Nisman.