El fiscal Adrián Casarrubia espera los resultados de las pericias a los celulares secuestrados para intentar determinar quiénes son los posibles autores intelectuales de los homicidios.
A más de un mes de los asesinatos de Sergio “Checho” Canteros, de 33 años, y su padre, Julio “Milton” Canteros, de 64, en una disputa por puestos de venta en el santuario del Gaucho Gil de la ciudad de Mercedes, la Fiscalía aguarda los resultados de las pericias a los celulares secuestrados para intentar localizar e identificar a los posibles instigadores.
El fiscal Adrián Casarrubia afirmó que aún no se pudo dar con los posibles autores intelectuales del doble crimen.
“La querella plantea la hipótesis de una autoría intelectual y nosotros no descartamos esto. Lo que ocurre, es que la autoría intelectual o la instigación tiene un proceso más complejo que el hecho material y por ello se necesita paciencia para determinar esto”, indicó el funcionario del Ministerio Público Fiscal.
En este sentido, sostuvo que, para avanzar en esa parte de la investigación, “será clave el resultado de los peritajes realizados a tres teléfonos secuestrados”.
Asimismo, se refirió a la posible vinculación de la exadministradora del predio del santuario en el crimen. “La señora Ramona Villalba, quien era presidenta de la asociación Devotos del Gaucho Gil, no fue llamada a declarar”, pero aclaró que esto se debe a que aún no existen elementos objetivos para relacionarla con el hecho.
Explicó que para citarla se debería contar con pruebas y también serían importantes los informes de los peritajes técnicos. “Estamos viendo si (Villalba) declara como testigo o como imputada. Hay que tener cautela y trabajar con evidencias objetivas”, dijo el fiscal al programa Buen Día Mercedes.
Cabe recordar que el doble crimen que conmocionó a Corrientes se produjo el 6 de agosto, cuando, de acuerdo con la investigación, un grupo de personas vinculadas con la anterior administradora del santuario, Ramona Villalba, irrumpió en terrenos donde se domicilia la familia Canteros con el fin de tomar posesión de un predio pretendido como lugar de instalación de puestos de venta, ubicado frente al santuario.
Como consecuencia de los ataques con armas blancas, Sergio Canteros murió esa misma noche y su padre falleció el lunes 9 de agosto, cuando permanecía internado en el Hospital Las Mercedes.
El expediente está caratulado “de oficio por supuesto homicidio agravado por ensañamiento y en concurso real y homicidio en grado de tentativa, una vez reiterado, agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”. Por el caso hay 11 personas detenidas. Entre ellas, tres mujeres.